Salud, de todos para todos
Vivo en Holanda, donde existe un sistema semiprivado parecido al copago sanitario. Aquí, pagamos alrededor de un 40% de impuestos acompañado de un seguro de salud obligatorio de 100 euros mensuales. Si quieres mayor cobertura, pagas más. Si no eres de la comunidad europea o no tienes seguro y vas a urgencias pagas 400 euros. Es decir, quien tiene más dinero tiene mejor asistencia sanitaria. Este sistema es increíblemente injusto ya que la salud es un derecho humano universal sin condición alguna.
Hoy he ido al médico para saber si me tengo que operar. Sorprendentemente, no hemos hablado sobre eso, sino sobre como estaba mi cuenta bancaria y me han señalado “Puedes ir al especialista pero al final de año no se te devolverán los 200 euros que se devuelven cuando no vas”. “Tú decides. Pero el fisio también hay que pagarlo”. ¿Qué hará alguien con pocos recursos que se encuentre algún bulto?
En un buen sistema sanitario aquellos que tengan más deben financiar a aquellos que tienen menos. Y no se trata de bondad ni caridad, se trata de justicia. Porque no olvidemos nunca que vivimos en sociedad, en comunidad, sin la cual el desarrollo y la calidad de vida de cada individuo serían inviables. Es decir, que el que tiene mucho tiene mucho no solo por sí mismo, sino porque el resto de la sociedad le ha ayudado a ello.
El sistema sanitario español es (mejor dicho, era) envidiable, con muchísimas cosas que mejorar, pero al menos justo. Un sistema donde cualquier ser humano, repito, cualquier ser humano, podía ser atendido sin temor alguno. Yo sinceramente, esta tarde, por un momento he pensado en el dinero más que en mi salud.— Marta del Campo Milan.
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