Solidaridad europea
Es conocido que Alemania y Francia, impunemente, no respetaron los acuerdos sobre el déficit cuando les convino; y que posteriormente Alemania practicó, unilateralmente y rompiendo las políticas de convergencia, un régimen de contención salarial y flexibilización del mercado laboral que desequilibró la eurozona aumentando la competitividad exportadora de Alemania en detrimento de sus socios. Esto produjo un exceso de recursos financieros en su banca, cuyos préstamos imprudentes terminaron generando la burbuja inmobiliaria y el aumento de la deuda privada en otros países miembros. Préstamos a la banca privada que el BCE ha ido renovando e inversiones en deuda pública que también se ha encargado de ir rescatando a nuestra salud, haciéndose cargo de todo el riesgo y liberando a los bancos acreedores.
Alemania sigue yendo a lo suyo. La solidaridad europea para facilitar la unión de Alemania pronto se ha olvidado. Ya no somos una familia. Los oligarcas de Bruselas siguen al pie de la letra los designios de la señora Merkel. Nadie ha dimitido o se ha disculpado por los actos u omisiones que nos llevaron a la crisis. Ni nos entienden ni nos representan. La prioridad es recuperar cuanto antes todo el dinero prestado e invertido, caiga quien caiga. Corta memoria.— Javier Díaz Aspe.
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