Suprimir Calle 30 para ahorrar más
Lissavetzky promete disolver la empresa mixta que gestiona la carretera de circunvalación y gestionarla directamente
El candidato socialista a la Alcaldía de Madrid, Jaime Lissavetzky, se ha comprometido esta mañana a disolver la sociedad mixta que gestiona Madrid Calle 30 y hacer que sea "una empresa absolutamente municipal" en caso de ganar las elecciones del próximo 22 de mayo. La creación de esta empresa fue "un artificio contable" para camuflar la deuda de la operación de la M-30 y un ejemplo de la política de "absoluta falta de gestión" del alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón.
Lissavetzky ha explicado que esta sociedad se creó en el año 2004 y a los pocos meses se incorporó un 20% de capital privado (procedente de las empresas que construyeron la M-30), que Gallardón justificó en su momento, entre otros motivos, por el ahorro de costes. "Pero no solo no se ha ahorrado sino que nos ha salido caro", ha asegurado Lissavetzky.
"Una sangría inútil de los recursos municipales"
El candidato socialista lo ha explicado con números, en concreto los de 2010. El canon que el Ayuntamiento pagó a la empresa fue de 350,9 millones de euros. Según sus cálculos, si se hubiese gestionado de forma municipal esa cantidad se habría reducido a 183 millones de euros. De este modo, según sus estimaciones, solo el año pasado se podrían haber dejado de gastar 167 millones de euros. En los últimos cinco años, las arcas municipales se podrían haber ahorrado más de 500 millones de euros, por lo que Lissavetzky ha concluido que "esta sociedad no ha supuesto un ahorro de costes" sino "una sangría inútil de los recursos municipales".
Respecto a los 14 trabajadores empleados actualmente en las oficinas de la empresa, el candidato socialista ha asegurado que "serían reubicados en los servicios municipales correspondientes". Lissavetzky ha hecho el anuncio de la disolución de la empresa frente a sus oficinas, en Méndez Álvaro, justo al lado del centro logístico de Renfe de Abroñigal y en un cruce de varias carreteras. Suerte de la megafonía, porque el tráfico hubiera hecho imposible escuchar al candidato, que instaló un pequeño atril en una isleta. Los ocupantes de los coches que se paraban en el semáforo miraban con curiosidad y alguno pitaba al arrancar.
El Ministerio de Economía y Hacienda autorizó en diciembre pasado al Ayuntamiento de Madrid para subrogar los cerca de 2.300 millones en que se calcula deuda de Calle 30. La subrogación significa que el Consistorio asume directamente en su patrimonio la deuda de la M-30, en lugar de hacerlo a través de la empresa Madrid Calle 30, en la que participa con varias constructoras. Con esta medida se facilitaba un ahorro de unos 100 millones de euros anuales en forma de reducciones fiscales, básicamente de IVA, ya que las administraciones públicas tributan de forma diferente que las empresas.
La subrogación fue la única medida autorizada de todas las que el Ayuntamiento remitió al Gobierno en el Plan de Refinanciación 2011-2012. Lissavetzky ha asegurado esta mañana que Gallardón "ya reconoció el error" de la creación de la empresa Calle 30 cuando se subrogó la deuda.
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