A la caza de votos en Madrid... para un escaño en Perú

El candidato Luis Hidalgo (Chimbote, 1959) recorre los barrios de Madrid, da discursos, estrecha manos y come con sus posibles votantes. Hasta aquí, todo normal. Lo curioso es que el escaño que persigue este abogado no está en Madrid, sino en Perú. Hidalgo busca un sitio en el Congreso de su país. Es un peruano residente en el extranjero que compite en las listas. "El peruano que vive fuera del país es invisible para el que vive en Lima", explica. Hay otro, residente en Madrid, Wilfredo Contreras, y busca escaño por la formación Gana Perú.

Los inmigrantes de origen peruano representan un 3,7% del censo electoral. En España vive la segunda comunidad más grande en el extranjero, solo superada por la de EE UU. Aquí votarán más de 123.000 peruanos, más de la mitad en Madrid. "Un político que vive en Perú no entiende las necesidades de los que vivimos en el extranjero", asegura Hidalgo, que compite por el partido Cambio Radical (centro-derecha). "Lo más que hacen es llamar por teléfono a sus familiares en el extranjero para que hagan campaña".

"Quiero que los peruanos que vivimos en el extranjero dejemos de ser los grandes olvidados", dice Hidalgo

Hidalgo, en cambio, asiste a las verbenas que organizan sus compatriotas y a las comidas dominicales en Vallecas. En las calles le gritan "¡L-20!", por el número de la lista en la que compite. Aunque lleva más de 27 años en España, dice que es "uno más". Llegó a Madrid en 1983 para estudiar un posgrado en leyes. La estancia inicial estaba prevista para durar dos años. En ese tiempo conoció a su esposa (extremeña, de Cáceres), tuvo dos hijos y estudió un doctorado. "Al terminar el tercer año mis posibilidades se agotaban aquí", recuerda. En 1987, casado y con una hija, volvió a Perú. Su país sufría los embates de una feroz crisis económica y social. "No podía comprar ni pañales para mi hija", comenta. La familia duró cuatro meses en Perú.

"Regresé, pude traer mis contactos, me colegié", relata. Describe con gracia sus primeros pasos vestido para ejercer la abogacía en España. "Me veían con la toga y decían: ¿Pero qué hace ese indio con eso?", cuenta entre risas. Subraya, no obstante, que su integración ha sido "estupenda". Abrió su propio despacho y construyó una vida en su país adoptivo.

Su trabajo, sin embargo, no le ha desvinculado de su colectivo. Pese a que las remesas que envían los peruanos en el extranjero representan un 3% del PIB peruano, Hidalgo opina que "nadie atiende las necesidades de los inmigrantes". Su objetivo, explica, es promover la creación de una institución dedicada a los peruanos en el extranjero, similar a la Secretaría Nacional del Migrante ecuatoriana.

De resultar ganador el domingo, Hidalgo deberá mudarse a Lima por cinco años. Por ahora el cambio parece no importarle. "¿De qué sirve votar si no hay nadie que ha estado aquí? Quiero que los peruanos que vivimos en el extranjero dejemos de ser los grandes olvidados".