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El principal acusado sostiene que Ussía "se resbaló o tropezó" tras salir de la discoteca

Los dos acusados de colaboradores necesarios contradicen la versión de Pitoño y aseguran que le vieron con una rodilla sobre la víctima

La sección 23 de la Audiencia Provincial de Madrid ha retomado a las diez de la mañana el juicio por la muerte de Alvaro Ussía, el joven de 18 años que falleció en noviembre de 2008 a las puertas del Balcón de Rosales de la capital. La sesión ha comenzado con las cuestiones previas por parte de las defensas y de las acusaciones, a lo que ha seguido la declaración de los tres porteros de la discoteca acusados de la muerte de Ussía: Antonio Sánchez, alias Pitoño, David Alonso y David Sancio. Los tres se han contradicho sobre Pitoño, el principal acusado, si inmovilizó o no a la víctima colocando sus rodillas sobre su pecho. Pitoño, para el que la fiscalía pide 15 años como autor material del crimen, ha asegurado que el joven salió a la calle borracho, muy nervioso e insultando a todo el mundo, que él no le agredió sino que "se resbaló o tropezó" y que nunca le aplastó el pecho con la rodilla, como sostiene la acusación. Sin embargo, Sancio y Alonso, para quienes las se solicita 13 años como cooperadores necesarios, han asegurado que le vieron con una rodilla sobre la víctima.

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El principal acusado, de 35 años y el único de los tres que se encuentra en la cárcel, ha explicado que si se acercó a él fue porque estaba "muy borracho e insultando a todo el mundo -"chillaba 'hijos de puta', 'maricón', 'gordo', de todo"- y "para hacer un bien y evitar una reyerta". El acusado, que ha reconocido que le llaman Pitoño, ha asegurado que trató de separar a Ussía, que estaba peleándose con un amigo suyo, Rafael Lebrusán. "Rafael le agarró para llevárselo y empezaron a forcejear. Y yo actué, cogí a los dos chicos y les subí. Intenté separarles para que no se pegaran. No sé que pasó". Luego fue cuando, según su versión, se resbaló o tropezó la víctima, que se encontraba "muy nerviosa y agresiva", se agarró a él y cayeron juntos al suelo. "Que tropieza y se cae el suelo. Se agarró a mí y me llevó con él. Me caigo encima. Estaba muy agresivo. Le cogí de las manos para que no me pegara. Seguía en el suelo insultando. Le agarraba para que no me pegara", ha relatado Pitoño, para añadir que lo que intentó fue "ayudarle porque sufría convulsiones". "Veo que le empiezan a dar arcadas y le pongo en posición lateral para que no vomitara. No soy médico. Algo le pasaba. Vienen tres chicas que trabajaban en la Cruz Roja", ha añadido, para subrayar que estaba consciente.

Ya no será emitido en directo

A preguntas de la fiscal, el procesado ha negado que le hiciera un barrido y que se tirara a plomo encima del chico. "En ningún momento le puso la rodilla en el pecho ni en ningún sitio. Tenía una rodilla flexionada y la otra en el suelo", ha apuntado, al tiempo que ha comentado que en la época del suceso, como ahora, pesa unos 95 kilos. Pitoño, que ha asegurado que tiene formación como vigilante de seguridad y escolta privado y que ha explicado que solo estaba como coordinador de los porteros de la discoteca y que trabajaba para la empresa Fortesa pese a que no tenía contrato, ha señalado que se enteró de la muerte de Ussía al día siguiente de los hechos, ocurridos el 15 de noviembre de 2008, ya que cuando abandonó la discoteca el joven estaba inconsciente y siendo atendido por el SAMUR. La Fiscalía sostiene que Sánchez, ayudado por los otros dos acusados y valiéndose de una zancadilla, tiró a Alvaro al suelo boca arriba para a continuación, de forma intencionada y siendo consciente de que con ello podía provocarle la muerte, tirarse de rodillas sobre el pecho del joven y mantenerse en esa posición hasta romperle el corazón.

Por su parte, David Sancio ha asegurado que no tiene nada que ver con los hechos y que estaba alejado de Ussía y del otro acusado, aunque sí que pudo ver cómo Pitoño le propinaba "un golpe en el tobillo" al joven y este caía al suelo. Una vez en el suelo los dos, forcejearon mientras el primero tenía una rodilla en el pecho de Álvaro, al que le dio "unas bofetadas". Si en una primera declaración dijo que Antonio Sánchez "se había tirado a plomo" sobre Alvaro, ahora Sancio, que ejercía de portero recibidor de la discoteca y que ha dicho que las taquillas estaban a esa hora "prácticamente cerradas", ha rectificado porque "realmente", no lo vio. Sancio, al igual que el último en declarar, David Alonso, han negado haber dado ningún tipo de golpe a Álvaro. Alonso ha recordado que Alvaro salió a la calle profiriendo insultos y, en un momento dado, Antonio Sánchez se puso encima de él "con la rodilla izquierda sobre su cuerpo", agarrándole una muñeca y diciéndole que estuviera quieto". La última vez que vi a Alvaro "estaba inmóvil y boca arriba", por lo que dijo a Pitoño "que le despertara", ha aseverado Alonso.

La de hoy es la segunda sesión de juicio después de la selección ayer de los miembros del jurado popular. Antes de las tres declaraciones, la presidenta de la sala ha aceptado una petición de la fiscal para que durante el juicio se realice una nueva prueba pericial, a la que las defensas han mostrado su desacuerdo: la declaración de un médico forense especialista en toxicología. La vista oral, que durará hasta el día 18, estaba previsto que fuera emitida en directo en una sala para los medios de comunicación, pero El Mundo ha publicado hoy las conversaciones entre los posibles miembros del jurado durante la selección, por lo que el tribunal ha aceptado la petición de las partes para que no se siga retransmitiendo y los miembros del jurado no se vean influenciados por un posible "juicio paralelo".

Las acusaciones y las defensas tardaron ayer tres horas y media en elegir a los 11 integrantes (nueve titulares y dos suplentes) del jurado. Seis hombres y cinco mujeres se encargarán de decidir si los tres acusados son culpables de un delito de homicidio con la agravante de abuso de superioridad. A la selección del jurado acudieron 34 personas. Las partes (fiscalía, acusación particular, acción popular y las defensas) preguntaron a los candidatos acerca de su opinión sobre los porteros de discoteca y las funciones que tendrían que desempeñar. También se les interrogó sobre si conocían algunos extremos del caso que tendrían que juzgar. La mayoría respondió que sí, que habían oído o leído noticias sobre el caso, que ocurrió el 15 de noviembre de 2008. Además de los acusados, declararán los amigos de Ussía que vieron la supuesta agresión cometida por Pitoño y que costó la vida de Ussía.

Un grupo de jóvenes observaba anoche la entrada de la discoteca Balcón de Rosales.
Un grupo de jóvenes observaba anoche la entrada de la discoteca Balcón de Rosales.ULY MARTÍN
Amigos de Álvaro Ussía, delante de la Audiencia Provincial antes de comenzar el juicio.
Amigos de Álvaro Ussía, delante de la Audiencia Provincial antes de comenzar el juicio.SAMUEL SÁNCHEZ
Antonio Sánchez Serrano, David Alonso de Aubarede y  David Sancio Gutiérrez, los tres porteros acusados de la muerte de Álvaro Ussía.
Antonio Sánchez Serrano, David Alonso de Aubarede y David Sancio Gutiérrez, los tres porteros acusados de la muerte de Álvaro Ussía.

Con el corazón reventado

Los hechos que se juzgan ahora ocurrieron a las 5.15 del 15 de noviembre de 2008 en la discoteca Balcón de Rosales, en el paseo del Pintor Rosales (Moncloa). Álvaro Ussía, de 18 años, tuvo un pequeño incidente dentro del establecimiento: cuando estaba a punto de marcharse, empujó a su amigo Rafa y este, a su vez, a una mujer que resultó ser la novia de uno de los porteros del local. Y estos le sacaron de allí de inmediato. Cuando Álvaro estaba en las escaleras que unían la discoteca con el paseo de Pintor Rosales, la emprendió a insultos con los porteros. Les espetó "foca" e "hijos de puta", según los relatos de los testigos. Tres de los porteros -todos acusados- salieron del local y se dirigieron hacia él, en especial Pitoño. Este le hizo la zancadilla y le tiró al suelo boca arriba, según recoge el fiscal en su escrito de acusación. "Intencionadamente, y siendo consciente de que con ello podía provocarle la muerte, se arrojó fuertemente contra él, tirándose de rodillas sobre su pecho.

Se mantuvo así mientras le seguía golpeando, provocándole una rotura traumática del corazón", recoge el ministerio público. Los otros dos acusados impidieron en todo momento que los amigos de Ussía le ayudaran o le quitaran de en medio a Pitoño. Es más, cuando el joven ya estaba moribundo en el suelo, comenzaron a pegarles patadas en el costado. Cuando llegaron los facultativos de una UVI móvil del Samur-Protección Civil, la víctima estaba inconsciente y no respondía a los estímulos de los facultativos. En ese momento, entró en parada cardiaca. Los médicos lograron sacarle de ella durante el traslado al hospital Clínico. Murió a las siete de la madrugada a consecuencia de la rotura del corazón.

La autopsia practicada al cuerpo por los forenses Enrique Fernández Rodríguez y Cristina García-Andrade confirmó este extremo: "La causa inmediata de la muerte es una rotura cardiaca de naturaleza traumática, siendo el mecanismo de producción más probable el de aplastamiento. Muerte de etiología violenta". El fiscal considera a Pitoño como autor de un delito de homicidio con la agravante de abuso de superioridad. Sin embargo, el informe elaborado a petición de la defensa de Pitoño apunta a que el joven podría haber muerto a consecuencia del masaje cardiaco que se le práctico por parte de los efectivos del Samur-Protección Civil.

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