La crisis centra el único debate de los candidatos catalanes
Los políticos obvian el Tratado de Lisboa o las fronteras de la UE
En una legislatura europea donde será clave la entrada en vigor del Tratado de Lisboa o la delimitación de las fronteras de la Unión, los candidatos catalanes a las elecciones al Parlamento Europeo, del próximo día 7, no dedicaron ni un minuto a estos trascendentales asuntos en su primer y único debate celebrado anoche en TV-3. Maria Badia (PSC); Alejo Vidal-Quadras (PP); Ramon Tremosa (CiU), Oriol Junqueras (ERC) y Raül Romera (ICV-EU) prefirieron dedicarse a encontrar culpables a la crisis económica y a darle vueltas a la sempiterna cuestión del encaje de Cataluña en España. El moderador, Josep Cuní, acertó al señalar: "Tienes ustedes una habilidad innata para solapar los temas de este debate".
Los cinco candidatos ?que no cabezas de lista, excepto Tremosa y Junqueras? siguieron sus propios guiones de campaña. Badia compitió directamente con Vidal-Quadras, representantes ambos de los dos grupos mayoritarios en la Eurocámara. Badia por el Partido Socialista Europeo y Vidal-Quadras por el Popular. La socialista reivindicó un cambio de mayorías en Bruselas y culpó a los gobiernos conservadores ?mayoritarios en los estados de Europa? de la galopante crisis económica y de su "incapacidad" para resolverla.
Alejo Vidal-Quadras, con su habitual sorna dialéctica, insistió en encontrar causas internas a la crisis en España por culpa, dijo, de las políticas "erráticas" de los socialistas. "Si el PP es especialista en levantar países, los socialistas lo son en arruinarlos". El popular, ya al final del debate, no pudo evitar sacar a colación uno de sus caballos de batalla: la inmersión lingüística que, a su juicio, es un problema de restricción de libertades.
Frente a ellos, el resto de los candidatos cumplieron su objetivo de marcar perfil propio y situarse como alternativa a los grandes. Tremosa, con su estilo académico, se centró en la reivindicación del corredor mediterráneo como una infraestructura vital para el futuro económico de Cataluña y alertó del "escaso" interés del Gobierno central que, en su opinión, quiere priorizar el corredor por Aragón.
El republicano Junqueras aprovechó cada intervención de sus adversarios para tratar de demostrar "el mal negocio" que España es para Cataluña y los denominados Países Catalanes. El ecosocialista Raül Romeva denunció, una y otra vez, las "fracasadas" políticas neoliberales y apostó por una "Europa más social" mediante un incremento de los impuestos. Incluso se atrevió a pedir que la presión fiscal alcance porcentajes del 50% como en Dinamarca. Sin embargo, los cinco coincidieron, eso sí, en alertar sobre la abstención y convencer al electorado de que estas elecciones no son un trámite ajeno a sus intereses colectivos.
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