La ponencia del Estatuto inicia sus trabajos con la negativa de ERC y la intransigencia del PP

La ponencia para la reforma del Estatuto de Cataluña, integrada por 22 diputados y parlamentarios catalanes, se ha constituido esta tarde en el Congreso y tendrá un plazo de un mes para redactar el informe que debe discutir la Comisión Constitucional. La primera sesión, en la que los grupos han censurado la negativa del PP al texto, ha servido también para constatar una vez más la oposición de ERC. En este clima de recelo, el presidente de la Comisión Constitucional, Alfonso Guerra, ha invitado a los ponentes a inspirarse en el consenso con el que se redactó la Constitución en 1978 y aparcar la confrontación, porque "todo es posible si todos quieren".

El ex vicepresidente ha recordado que España tiene una historia de "confrontación y enfrentamiento, pero la Constitución de 1978 vino a romper el círculo viciado de la historia", por lo que ha llamado a los grupos al mismo "esfuerzo de consenso, sobre la garantía comprobada de que las cesiones de cada uno se traducen en el triunfo de todos". En el turno de los portavoces de la Cámara Baja, el socialista Diego López Garrido ha dicho que se trata de un "acuerdo político sólido, entre fuerzas de amplio espectro, que aporta solidaridad y confianza", de acuerdo con el mandato constitucional, y por ello se ha mostrado convencido de que "recibirá una amplia mayoría de síes".

La "errática estrategia" del PP

López Garrido ha criticado al PP ya que, a su juicio, "este acuerdo ha desfondado y desmontado" su "errática estrategia" y su "especie de pataleo antisistema". López Garrido ha denunciado que, "cualquiera que hubiese sido el texto, el PP habría dicho exactamente lo mismo, el hundimiento de la Constitución, del Estado, de España", por lo que se ha comprometido a no entrar en esa dinámica y a trabajar para garantizar los principios de "libertad, igualdad, justicia y pluralismo político". Por su parte, el portavoz del PP en el Congreso, Eduardo Zaplana, ha denunciado que el Estatuto nace con "fecha de caducidad" tras las exigencias planteadas por partidos nacionalistas como CiU y ERC para que este nuevo marco normativo sea un primer paso para metas posteriores.

Zaplana ha sentenciado que es "una obra de ingeniería contra la libertad" y ha anunciado que el PP intentará acreditarlo "punto por punto en el debate parlamentario" para que los ciudadanos lleguen a comprenderlo. Entre las inconstitucionalidades ha citado la obligación de conocer el catalán, el reconocimiento de derechos distintos en Cataluña y el trato bilateral de la Generalitat con el Gobierno. El portavoz de CiU, Josep Antoni Duran i Lleida, se ha comprometido a aportar el "máximo sentido común" para evitar la "crispación" y a "hacer pedagogía" para hacer frente a la "demagogia que crea confrontación". Duran ha garantizado que Cataluña "seguirá siendo solidaria" tras la aprobación del Estatuto porque la intención del nuevo modelo de financiación es hacerlo compatible "con el déficit fiscal" de la comunidad con respecto al Estado.

El portavoz de ERC, Joan Tardá, ha presentado la reforma como un "tránsito hacia la España federal" y ha señalado que acude al debate con el propósito de defender el "no a la desnaturalización" del proyecto aprobado en Barcelona el 30 de septiembre. Tardá ha advertido al PSOE de que se encuentra en una "encrucijada" en la que tendrá que tomar importantes decisiones sobre el futuro de Cataluña y del País Vasco. El diputado del PNV Aitor Esteban ha ensalzado la capacidad del Parlamento de Cataluña para remitir la reforma estatutaria y ha expresado sus "mejores deseos" para que la tramitación transcurra por buenas vías.

"Con argumentos y sin mentiras"

El de IU-ICV, Joan Herrera, ha hecho un llamamiento para "trabajar con argumentos y sin tantas mentiras" durante el trámite parlamentario y ha confiado en que pueda alcanzarse un pacto estatutario "si no puede ser de todos, de casi todos". Previamente, habían tomado la palabra los portavoces de los grupos del Parlamento de Cataluña para presentarse como miembros de la ponencia. El presidente de CiU, Artur Mas, ha exigido como condiciones imprescindibles para apoyar el Estatuto que "no se dé marcha atrás" en los acuerdos alcanzados hasta el momento, especialmente la "inclusión del término 'nación' en el preámbulo" y diversos aspectos de la financiación que son "un salto hacia adelante" con respecto al modelo actual.

Mas ha hecho un llamamiento al PP para que abandone la "intransigencia" y la "rabia" e intente sumarse al acuerdo porque "quien quiera gobernar España no puede dar la espalda a Cataluña". La vicepresidenta del PSC, Manuela de Madre, ha prometido "respeto, diálogo y pacto" para tratar de incorporar a ERC y al PP al acuerdo que ya han alcanzado los socialistas con CiU e ICV. El presidente de Esquerra, Josep Lluis Carod Rovira, ha reivindicado que Cataluña es una "nación" y ha advertido de que "no existe ley alguna que pueda regular los sentimientos, que pueda anular la voluntad".

Carod ha criticado que todavía no exista un "texto concreto" del acuerdo alcanzado por PSOE y CiU sobre el Estatuto, si bien ha confiado en que el debate sirva para consensuar un texto del que depende la "credibilidad del discurso plural de España". El líder del PP catalán, Josep Piqué, ha negado que su formación se haya "automarginado" del debate y ha asegurado que han sido el resto de los partidos los que le han dejado al margen durante todo el proceso. El consejero de Relaciones Institucionales de la Generalitat, Joan Saura, ha calificado de "impecable democráticamente" el debate sobre el Estatuto.