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Una adolescente británica subasta su virginidad en Internet para pagarse la universidad

Rosie Reid mantuvo relaciones sexuales con un ingeniero divorciado a cambio de 12.500 euros

"Estudiante universitaria de 18 años quiere vender su virginidad. No la ha perdido porque es lesbiana. Responderá si la oferta es buena. Fotografía disponible". Rosie Reid estaba a punto de iniciar una carrera universitaria que, según sus cálculos, la obligaría a pedir prestadas al banco 15.000 libras (casi de 22.400 euros), así que, medio broma medio en serio, decidió poner este anuncio en una página de subastas en Internet. Recibió más de 400 respuestas, y, según publica hoy el diario News of the World, la joven británica ha consumado el negocio.

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Reid, una pelirroja londinense, quería estudiar Ciencias Sociales en la Universidad de Bristol, pero no estaba dispuesta a cambio a endeudarse para toda la vida. Según declaraba a principios de año a la BBC, prefería acostarse una noche con un extraño antes que hacer frente a años de pobreza. Así que se decidió a poner un anuncio en el sitio de Internet eBay, y en tres días tenía centenares de ofertas esperando, algunas de ellas de hasta 10.000 libras. En cuanto tuvo noticia de ello, eBay canceló la subasta, pues atenta contra su reglamento interno, pero Reid decidió seguir adelante desde su propia página.

"Llorando y llorando"

En febrero decidió dar por terminada la subasta, con más de 2.000 ofertas mediante, y proclamó ganador a un pujante desconocido que había ofrecido 8,400 libras (más de 12.500 euros), al que se comprometió a conocer en persona el 11 de ese mes. El diario británico ha publicado ahora que el individuo en cuestión es un ingeniero de 44 años, divorciado y con dos hijas.

"Fue horrible. Me sentía nerviosa y asustada, y obligada a complacerle, ya que habí pagado todo ese dinero", ha declarado Reid al mencionado periódico. "No me sentí como si estuviese ocurriéndome a mí, sino como si estuviera observando lo que le pasaba a otra persona", ha añadido. Durante la cita, que tuvo lugar hace tres semanas en un hotel, su novia, Jess Cameron, aguardaba en una habitación contigua. La mañana siguiente se la pasó, según ha declarado, abrazada a su pareja, "llorando y llorando".

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