Las pruebas de ADN vinculan los crímenes de Coín y Mijas
El ADN de los restos de piel localizados bajo una uña de Sonia Carabantes coincide con el encontrado en la saliva de un cigarro hallado en el lugar del enterramiento de Rocío Wanninkhof
El caso del asesinato de la joven Sonia Carabantes, ocurrido el pasado 14 de agosto en Coín (Málaga), ha dado un giro sorprendente. Según han confirmado a EL PAÍS fuentes de la Guardia Civil, los investigadores vinculan este asesinato con el de Rocío Wanninkhof, que se produjo hace cuatro años en la localidad malagueña de Mijas. En ambos sucesos, coinciden las muestras de ADN encontradas en el escenario del crimen.
ASESINATOS EN LA MISMA ZONA |
Rocío Wanninkhof , Mijas (Málaga), octubre 1999. Rocío, de 19 años, desapareció en 1999. Iba a pie por un descampado de Mijas (Málaga) y estaba unos 500 metros de su casa. Quería ducharse para ir a la feria de Fuengirola. Apareció muerta en Marbella tras un intenso rastreo de tres semanas. |
Ana Elena Lorente, Álora (Málaga), septiembre 2000. En septiembre del 2000, Ana Elena Lorente, de 20 años, no regresó de la Romería de las Flores. Desapareció en Álora (Málaga). También apareció muerta después de una intensa búsqueda. |
Sonia Carabantes Coín (Málaga), agosto 2003. Sonia Carabantes, de 17 años, desapareció cuando regresaba este verano de la feria de su pueblo. Apareció muerta, semienterrada bajo grandes piedras en una zona arbolada de la localidad de Monda, tras seis días de batida por la zona. |
María Teresa Fernández, Motril (Granada), agosto 2000. María Teresa Fernández, de 18 años, desapareció en Motril (Granada) en el verano de 2000. Tenía previsto encontrarse con unos amigos para ir a las fiestas del pueblo. No se ha vuelto a saber nada de ella. |
Fuentes del Instituto Armado han explicado a este periódico que, tras analizar el ADN de los restos de piel hallados bajo una uña de Sonia y de la saliva de una colilla descubierta junto al cadáver, los investigadores lo han cotejado con las muestras que obran en los archivos de la Guardia Civil en Madrid y han establecido que son idénticos a los tomados al analizar la saliva que contenía una colilla que se encontró a pocos metros de donde se halló el cuerpo sin vida de Rocío Wanninkhof. Todos estos datos se encuentran ya en poder del Juzgado numero 2 de Coín.
Según fuentes de la Guardia Civil consultadas por este periódico esta circunstancia prueba que una persona que peleó con Sonia Carabantes poco antes de su muerte (y a la que la fallecida arañó) estuvo presente durante el enterramiento de Rocío Wanninkhof. En ambos casos la mecánica del crimen fue la misma. Primero hubo una pelea entre el agresor o agresores y la víctima. Luego la víctima fue trasladada con vida en coche a otro lugar donde se consumó el crimen. Además, en ambos casos los cadáveres fueron sólo semienterrados, de forma que más que ocultar los asesinatos los culpables simplemente retrasaron el hallazgo de los cuerpos. En ninguno de los dos casos se habían encontrado pruebas concluyentes que inculparan a los sospechosos, que lo han sido sólo por convencimiento policial.
ELPAIS.es ha podido saber también que en el cadáver de Sonia Carabantes no se han encontrado restos de semen, lo que no quiere decir necesariamente que no sufriera una agresión sexual. Sin embargo, las mismas fuentes de la Guardia Civil han señalado a EL PAÍS que estas revelaciones no suponen "un vuelco" en el caso y que piensan seguir con la misma línea de investigación. Hasta ahora, se apuntaba que los asesinos se fijaron en esta chica durante su estancia en la feria de Coín, y que la esperaron con un coche a la entrada de su casa, donde la golpearon y se la llevaron, para luego estrangularla y dejar su cuerpo semienterrado bajo unas piedras en Monda, a cinco kilómetros de su domicilio.
¿Es Dolores Vázquez inocente?
En todo caso, estas pruebas ponen en tela de juicio todas las hipótesis sobre el asesinato de Rocío, del que se culpó a una amiga de la familia, Dolores Vázquez, de 50 años. El cadáver de esta joven apareció en Marbella, a 33 kilómetros de donde fue asesinada, en noviembre de 1999 después de tres semanas de intensa búsqueda. El caso originó una gran conmoción, al igual que ha sucedido ahora con Sonia. Las localidades de Mijas y Coín se encuentran a 16 kilómetros de distancia por carretera.
La Audiencia de Málaga que declaró a la acusada culpable de un delito de asesinato por el que debería cumplir 15 años de condena. Sin embargo, el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) anuló la sentencia del jurado al considerar que la decisión del jurado no había sido suficientemente motivada y ordenó la celebración de un nuevo juicio, fijado para el próximo 14 de octubre.
Después de 17 meses en la cárcel, Vázquez salió de prisión en febrero del año pasado, tras pagar una fianza de 30.000 euros. La familia Wanninkhof recurrió el fallo del TSJA y, desde entonces, Vázquez se encuentra vigilada por la policía a la espera de un nuevo juicio. Precisamente, la madre de Rocío, Alicia Hornos, visitó recientemente a la familia de Sonia para trasladarles su pesar por el hallazgo del cadáver de su hija.
"Un cuento chino"
La tía de Rocío Wanninkhof, Josefina Hornos, ha calificado de "cuento chino" los análisis de ADN que relacionan el asesinato de Sonia Carabantes con el de su sobrina en 1999. Hornos ha recordado que "en el caso de mi sobrina nunca se encontró ninguna colilla" y que "en ninguna parte se recoge nada sobre ninguna colilla de cigarro en el secreto de sumario".
Además, la tía de la joven asesinada en Mijas ha asegurado que "tan sólo se trata de un bolo más para hacer daño a la familia" y ha explicado que su hermana Alicia "está destrozada en estos momentos". Según Hornos, "el asesino de mi sobrina está en la calle tomando café", en relación a Dolores Vázquez, a quien considera "la verdadera culpable en el asesinato de Rocío".
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