La Complutense ordena un recorte del 35% en los gastos de sus facultades y vicerrectorados
El centro educativo madrileño prorroga los presupuestos de 2024 al no poder elaborar unos nuevos
La vicerrectora económica de la Universidad Complutense de Madrid, María Begoña García Greciano, acaba de anunciar la prórroga de los presupuestos para el año 2025 con una retención inicial de crédito del 35% con el objetivo de contener las facturas ordinarias de esta entidad educativa, según confirma la propia universidad, que evita pronunciarse al respecto por el momento. El rectorado ya había anunciado en un claustro anterior que no saldrían adelante los presupuestos. Las facultades, los vicerrectorados y todas las unidades con competencias de gastos tendrán que aplicar el recorte sobre sus fondos y redistribuirlo entre las distintas partidas.
“Necesitamos 64 millones de euros más cada año, vivimos una situación deficitaria desde el 2022, nos quedamos sin presupuestos y prorrogamos unos que ya han producido déficit”, aseguran con preocupación fuentes vinculadas a la entidad, a las que les inquieta la estabilización y la promoción de plazas del profesorado. En ningún caso se verán afectados los sueldos de la plantilla actual, pero “la política de promoción de prácticas se va a ralentizar por la incertidumbre presupuestaria”.
Con el dinero recibido hace cuatro años, 456 millones para repartir entre las seis universidades públicas madrileñas, gracias a las sentencias ganadas al Gobierno de Esperanza Aguirre por incumplir su plan de infraestructuras, la Universidad Complutense de Madrid mantuvo las cuentas bastante saneadas, pero la partida se acabó el pasado mes de julio, cuando empezaron los recortes.
Este centro educativo comunicó en verano por escrito a sus facultades que tenían que recortar un 30% de los saldos de créditos disponibles, a fin de racionalizar y contener el gasto ordinario. Por ello, para poder proceder a cualquier compra que se vea afectada por dicha retención, es necesario la autorización previa, priorizando los gastos esenciales y aplazando o anulando el resto.
El anuncio emitido este martes supone cinco puntos más de reducción que la prevista en verano y golpea con mayor fuerza a la entidad porque durante el estío la mayoría de las partidas del presupuesto para 2024 ya estaban invertidas. El escenario del 2025 es todavía más desolador. “No pueden presentar un presupuesto que no esté balanceado”, aseguran las fuentes.
En la Universidad Complutense de Madrid reconocen que no es fácil que la entidad pueda resolver el déficit estructural: “Seguiremos demandando un incremento de financiación que sea consolidable, que equilibre la infrafinanciación acumulada y garantice servicios públicos esenciales”, ha expresado Greciano en el Consejo de Gobierno, celebrado en la sala de juntas del rectorado.
Madrid es la comunidad autónoma que menos invierte en sus campus por alumno. Atendiendo a los presupuestos liquidados de las universidades públicas presenciales, es la región que cuenta con menos transferencias corrientes y de capital recibidas por alumno, así como la de mayor recaudación por estudiante en concepto de precios públicos, algo más de 1.700 euros. Son datos que recoge el análisis ‘Las universidades españolas. Una perspectiva autonómica. 2024′, publicado en julio por la Fundación Conocimiento y Desarrollo.
En el curso 2021-2022, las transferencias aportaron 4.779 euros por alumno matriculado en grado en Madrid, cuando la media española estaba en 6.118 euros. En gastos en personal por empleado, con la renta per cápita más alta de España, invirtió 34.738 euros, frente a la media española: 35.688.
El año pasado la Universidad Complutense de Madrid arrastraba una deuda de 65 millones de euros con un presupuesto anual de 367 millones. Todo ello deriva en profesores que no llegan al salario mínimo interprofesional, falta de dinero para realizar prácticas o eliminación de cafeterías. Este centro educativo destinó en 2023 a labores de limpieza 16,3 millones de su presupuesto, 3,3 millones menos que en 2022.
Desde hace 15 años padece una importante crisis económica que se agrava cada año. En este periodo la inflación ha subido un 34% y las partidas que reciben las universidades madrileñas solo un 5%. En 2023 se matricularon en la Universidad Complutense de Madrid 47.500 estudiantes de grado, pero hace una década sobrepasaban los 54.000.
En 2007 recibió 32 millones de euros para arreglar o acometer infraestructuras y en 2025 le tocará repartir en sus 27 facultades seis millones (tras subirse 3,7 por las protestas de los rectores). De los nueve centros adscritos, cinco se están dando de baja, de forma que el pasado curso se inscribieron 2.094 alumnos menos en grado (35%) y 99 en máster (22%) que en 2015. Dos de ellos, CUNEF y Villanueva, se han constituido como universidades privadas.
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