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El profesorado español da más horas de clase y tiene más estudiantes en el aula que la media europea

España tiene un 17,8% de jóvenes que ni estudian ni trabajan, un porcentaje que solo superan Italia y Grecia en la UE, según un nuevo informe de la OCDE

Informe de la OCDE
Primer día de clase en el colegio público Lluís Vives de Valencia, este lunes.Mònica Torres
Ignacio Zafra

El profesorado español da más horas de clase que sus colegas de la UE, sobre todo en Primaria, donde los docentes dedican a la enseñanza directa un 20% más de tiempo que el promedio comunitario: 854 horas a lo largo del curso frente a 703. Y tienen un número medio de estudiantes en el aula superior, sobre todo en secundaria, donde se sitúa en 24 en la educación pública y en 26 en la privada, frente a 21 y 20 respectivamente en la Unión. El salario, que, según la OCDE, constituye el otro elemento clave para “determinar el atractivo de la profesión” es, en cambio, más alto en España que en el promedio europeo, tanto el que reciben al principio de su carrera docente como el sueldo máximo al que pueden llegar. Si bien el plazo necesario para alcanzar este último es mucho más largo en España; necesitan 39 años, 7 más que la media de la UE.

La OCDE, una organización formada mayoritariamente por países ricos, publica el informe Panorama de la Educación anualmente, ofreciendo una exhaustiva radiografía del estado de la educación en el mundo desarrollado. La edición de 2024, publicada este martes, contiene otros datos llamativos. Uno de ellos es que España sigue siendo uno de los países europeos con mayor población de 18 a 24 años que ni estudian ni trabajan (los llamados ninis), un 17,8% en el año 2023, solo por detrás de Italia (18,7%) y Grecia (19,4%). El dato empeora ligeramente, seis décimas, respecto al año anterior, y pese a ello resulta una cuarta parte inferior al nivel de 2016. La media en la OCDE es del 13,7%, y en la UE, del 12,9%. Si se baja a detalle, se observa que en España el porcentaje de inactivos se sitúa en el 8,2%, por debajo de la media de la OCDE (8,6%) y cerca del de la UE (7,6%).

Entrada a un colegio de Madrid, este lunes.
Entrada a un colegio de Madrid, este lunes. Eduardo Parra (Europa Press)

España iguala, con un 4,9%, el promedio de porcentaje del PIB destinado a la educación de la OCDE. Y ha superado por cuatro décimas el de la UE. En el año 2005 España dedicaba el 3,9% y en 2015, el 4,4%. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que el dato publicado ahora por la OCDE corresponde al año 2021 y está marcado, por tanto, por la coyuntura de la pandemia del coronavirus. Refleja al mismo la contracción del PIB generada al inicio de la pandemia (de hecho, con datos de 2020, el porcentaje español del PIB que fue a educación alcanzó el 5%), y el esfuerzo presupuestario realizado sobre todo por el Gobierno para compensar los efectos de los confinamientos, así como, por otra parte, para ampliar las plazas en educación Infantil y FP.

Los docentes españoles dan más horas de clase que sus colegas europeos en primaria (un 20% más que la media de la UE) y secundaria (un 4% en la ESO, y un 6% más en Bachillerato, con un total de 656 horas, en España, en ambas etapas). Aunque ese es el tiempo de trabajo que más desgasta al profesorado, no es el único que integra su horario laboral. Si se incluye su jornada completa, incluyendo el tiempo dedicado a actividades como la preparación de clases, la corrección de trabajos, la coordinación interna, las tutorías y la comunicación con las familias, el horario total de un docente español en el último curso de la ESO y el Bachillerato (que son los únicos cursos que concreta el informe) suma 1.406 horas a lo largo del curso, y 1.511 de promedio en la UE.

Hay dos formas de calcular cuántos estudiantes hay por docente. La primera es la ratio de alumnos por profesor. En este caso, la cifra, que se calcula dividiendo el total de alumnado por el total de docentes, resulta en España (con datos de 2022) menor que en la UE en Primaria (12 frente a 13) y la segunda etapa de la secundaria (que englobaría cuarto de la ESO y Bachillerato, con 11 frente a 12), e igual en la primera etapa de la secundaria (11). Dicho cálculo está condicionado por el número de horas lectivas de cada sistema educativo. Y como en España es mayor que en los países vecinos, por la cantidad de contenidos que incluye su currículo, especialmente en secundaria, el número de profesores necesarios resulta mayor y la ratio, más baja.

Estudiantes por docente

La otra forma de calcularlo es ver cuántos estudiantes tienen de media los docentes en clase. Y en este caso, España sale peor que la media de la UE. En Primaria hay un promedio de 20 niños en los centros públicos y de 23 en los privados, frente a unos promedios de 19 y 18 en la Unión. Mientras que en la ESO tienen 24 en la pública y 26 en la privada, de media, frente a 21 y 20 en la UE.

La OCDE calcula el salario medio del profesorado en bruto, incluyendo los complementos y las aportaciones que los docentes hacen a la seguridad social y al régimen de pensiones (pero no la parte que desembolsan sus empleadores) al inicio de su carrera y respecto al máximo que podrían alcanzar por etapas. España se sitúa por encima de la UE en ambos casos en todas las etapas educativas. De 51.280 dólares (el cambio a finales de 2023, que es el año que recoge el informe de la OCDE, era de 0,9 dólares por cada euro; es decir, que en este caso sumarían 46.152 euros) al principio a 73.536 (66.020 euros) como máximo en Primaria, frente a un promedio comunitario de 40.810 dólares (36.729 euros) y 67.285 (60556,5) respectivamente. Y, en la ESO, de 57.427 dólares (51.684 euros) a 82.111 (73.900), frente a una media de 42.327 (38.094 euros) y 69.994 (62.994) en la UE. Pero para alcanzar dichos máximos, en España son necesarios muchos más años, 39, que en el promedio comunitario, que es de 32. En términos reales (una vez ajustada la inflación), los salarios de los docentes españoles han aumentado un 2% en los últimos ocho años, frente a un 4% de promedio en la OCDE.

El informe muestra que, en el camino de España para convertirse en un país educativamente plenamente homologable a los países desarrollados, su tasa de escolarización entre los 15 y los 19 años alcanzó en 2022 el 87,8%, una décima por delante de la UE y 3,7 puntos por encima de la OCDE. En términos de repetición de curso, España todavía se encuentra lejos de dichos estándares: lo hace un 7,8% del alumnado de la ESO, frente a una media comunitaria del 2,1%. Y aunque la Formación Profesional ha experimentado un fuerte aumento, en dicha franja de edad quienes estudian Bachillerato en España, el 44,9%, siguen siendo muchos más que quienes eligen la FP (en parte, por falta de plazas públicas), frente a porcentajes mucho más equilibrados, del 34,1% y el 30,1% respectivamente, en la UE.

La menor brecha salarial de género

Las mujeres superan a los hombres en titulación tanto en Bachillerato (55,1% del total) como en FP de grado medio (50,3%). Pero la proporción de las que se matriculan en educación terciaria (FP superior y universidad) en la rama STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas por sus siglas en inglés) solo alcanza el 13% en el caso de las españolas, por debajo de la media de la UE (16%). El 16% de las españolas se matriculan en titulaciones relacionadas con la educación (el 11% en la Unión). Y el 23% en títulos relacionados con la salud y el bienestar (19% en la media comunitaria). Al mismo tiempo, España es el país, entre todos los analizados, que menor brecha salarial por razón de género presenta entre las personas con estudios superiores. Las mujeres ganan el 91% del salario de los hombres, frente a un promedio del 82% en la UE. Las mujeres españolas con estudios de secundaria postobligatoria, la brecha se agranda; ganan el 82% que los hombres con el mismo nivel de formación. Y todavía lo hace más entre las que tienen como mucho la ESO, 78%. La diferencia, en ambos niveles, es un punto mayor que en el promedio europeo.

La población con estudios terciarios gana en España un 51% más que los que solo completaron el Bachillerato o la FP de grado medio, una diferencia casi igual que la UE (52%) y no muy distinta al del conjunto de la OCDE (56%). Las diferencias más pronunciadas se dan en países, que perteneciendo a la OCDE, están menos desarrollados y son más desiguales, como Chile, donde la diferencia alcanza el 161%. Las distancias más bajas se dan en países escandinavos con tradición igualitaria como Noruega (18%) y Suecia (25%).

La tasa de empleo de las personas con estudios terciarios se situó en España en el 83% (el 87% en la UE) en 2023. La de la población con estudios de secundaria postobligatoria, en el 71% (80% en la media europea). Y la de quienes acabaron como mucho la ESO, en el 63% (58% en la UE). Si se compara con 2016, la tasa de empleo de aquellos que tienen estudios terciarios ha aumentado un 9,2%, frente a un 4,4% de quienes solo tenían la secundaria postobligatoria y un 5,5% de los que solo acabaron como mucho la ESO.

En una década, entre el curso 2012-2013 y el 2022-2023, el coste en términos reales de las tasas universitarias ha caído en España un 14% para estudiar grados y un 50% en el caso de los másteres. En el entorno europeo, la evolución presenta mucha disparidad, que va de un encarecimiento del 100% de los grados en Inglaterra a una bajada del 20% en Austria (el informe no ofrece promedios ni de la UE ni de la OCDE). En el mismo periodo, la matrícula en títulos de educación superior (lo que incluye a la FP superior) ha sido del 9% en la OCDE y del 17% en España. Y el porcentaje de estudiantes que reciben becas pasó de abarcar al 33% al 40% del total.

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Sobre la firma

Ignacio Zafra
Es redactor de la sección de Sociedad del diario EL PAÍS y está especializado en temas de política educativa. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y Máster de periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid y EL PAÍS.
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