La IA en el aprendizaje de idiomas: ¿aliada o adversaria?
Insertar estas nuevas tecnologías en el aprendizaje de otras lenguas requiere de formación al docente y asegurar estándares de calidad en su uso
En 2006, el Parlamento Europeo y el Consejo de la UE adoptaron la Recomendación sobre las competencias clave para el aprendizaje permanente, que pedía a los Estados miembros estrategias precisas para su desarrollo, incluyendo criterios para lograr la alfabetización universal. Un texto que serviría de referente para el desarrollo de la educación, la formación y el aprendizaje orientados a alcanzar la capacitación necesaria para desenvolverse en la sociedad actual.
El marco de competencias se actualiza así para capacitar a las nuevas generaciones ante el actual entorno VUCA (volátil, incierto, complejo y ambiguo), y el aprendizaje de idiomas se ha convertido en una de esas habilidades esenciales para la realización personal, la empleabilidad, la ciudadanía activa y la inclusión social, como señala dicha Recomendación del Consejo. Y en esta enseñanza de otras lenguas, la inteligencia artificial (IA) se presenta como una herramienta útil, concretada, por ejemplo, en un procesador de texto, un buscador o chats conversacionales para mejorar destrezas orales o escritas.
¿Pero cómo funciona la IA generativa aplicada al aprendizaje de idiomas? Marta Guerrero, coordinadora de los proyectos de PLN y lingüista computacional del Instituto de Ingeniería del Conocimiento (IIC), explica que dicha tecnología “está entrenada con grandes cantidades de información escrita, extraída, sobre todo, de internet: noticias, webs o Wikipedia, pero también de foros, blogs o contenidos de redes sociales”. Además, “se le ha enseñado [en diferentes idiomas] a hacer distintas tareas, como traducir un texto, resumir, generar un esquema, generar preguntas sobre un modelo, etc.”, agrega la experta.
Detectar emociones
Uno de los principales desafíos de la IA al procesar el lenguaje es detectar ambigüedades, emociones y figuras como la ironía o el sarcasmo. “Aunque llevamos muchos años investigando en el procesamiento del lenguaje natural (PLN) y ha sido uno de los retos desde que se crearon los primeros computadores, nos encontramos en un estado incipiente” advierte Alfonso Ureña, catedrático de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de Jaén. Y eso pese a logros como ChatGPT. Algunos expertos consideran, eso sí, que en próximos años asistiremos a una explosión de servicios “empowered by AI”.
Fernando Trujillo, profesor de la Universidad de Granada y miembro de Conecta13, asegura que “el PLN es uno de los campos donde más avanza la IA por sus múltiples usos potenciales en sectores comerciales o industriales; su aplicación en aprendizaje de lenguas, que es uno de los sectores de mayor crecimiento de la IA en educación, resulta revolucionario en múltiples sentidos”, por su capacidad de leer, valorar y generar nuevos textos”. Este profesor afirma que, “si somos capaces de verter una mirada pedagógica sobre la IA, y no me cabe duda de que podremos, los próximos años van a ver un enorme desarrollo de estas aplicaciones movidas por redes neuronales y aprendizaje máquina”. Ureña añade que estas herramientas, “con una supervisión humana, pueden ayudar y complementar considerablemente la tarea de su enseñanza-aprendizaje”, mostrándose partidario de “una IA más humanizada”.
La implementación de la IA en el aula requiere de un conocimiento amplio de esta tecnología por parte de los docentes, y de estándares de calidad en su uso como, cita Trujillo, “la definición de objetivos didácticos pertinentes y relevantes, la selección de las herramientas adecuadas para alcanzar esos objetivos, la capacidad crítica en relación con la herramienta o el uso seguro de la misma”. Coincide así con Marta Guerrero, para quien el uso de la IA en la enseñanza “debe cumplir unas pautas muy claras, donde alumnos y profesores dominen esta nueva forma de adentrarse en el curso”. A esto hay que unir el conocimiento que los docentes deben poseer sobre las limitaciones que tienen estos modelos, añade la especialista, “como por ejemplo el caso de las alucinaciones, textos donde toda la información no es real o mezcla información real con inventada, o los sesgos del modelo, ya que ha sido entrenado con una muestra de nuestra realidad del lenguaje, que es la que está en internet, y que perpetua también los sesgos culturales que están presentes en los datos”, detalla.
Aunque los expertos abogan por la prudencia en el uso de la IA en la enseñanza y aprendizaje de idiomas, parece que la utilización de herramientas como chatbots puede ser de fácil inserción en la docencia. “Uno de los grandes problemas de la enseñanza de lenguas en nuestro país, especialmente en educación formal, es proporcionar oportunidades de habla o de escritura con un interlocutor real para nuestros estudiantes, dada la ratio con que trabajamos; sin embargo, los chatbots proporcionan esas oportunidades y simulan una interacción real con una máquina para poder trabajar en la lengua que estemos estudiando, o con los temas que queramos discutir, poniendo en funcionamiento los conocimientos y las competencias que tengamos en cada una de las lenguas que estemos aprendiendo”, declara Trujillo, de Conecta 13. En todo caso, añade, “la idea no es solo aprender con IA, sino usar más preposiciones gramaticales en nuestra relación con la IA. Es necesario también aprender sobre IA, e incluso qué hay detrás de la IA, o aprender sin IA aunque la IA esté omnipresente en cualquier dispositivo o servicio digital”.
Asimismo, es importante señalar que no existe un desarrollo de esta tecnología de procesamiento del lenguaje natural en todos los idiomas de la misma manera. “En estas tecnologías predomina el inglés y también hay modelos multilingües para el resto de idiomas. En las lenguas minoritarias el desarrollo tecnológico es menor, debido a que no tienen tantos datos disponibles en internet”, apuntilla Guerrero.
Evaluar (riesgos) antes de usar
Los profesores del British Council School de Madrid han empezado este año a utilizar varias herramientas de IA, aunque no de forma sistemática. Vasanti Ramdeen, senior leader de Secundaria en este centro, comenta que “antes de su implantación siempre se realizan pruebas para evaluar el rendimiento, los riesgos e integrar aquellas consideraciones necesarias antes de generalizar su uso”. Entre las herramientas de apoyo que utiliza el centro, Ramdeen habla de “ChatGPT para generar preguntas para cuestionarios, subtítulos en vivo con PowerPoi nt para apoyar la accesibilidad y el aprendizaje de idiomas, Microsoft Forms para la calificación automática y Microsoft Insights para recopilar datos basados en respuestas a cuestionarios y uso de Teams”. Algunos profesores y estudiantes utilizan también Reading Progress, Reading Coach y Immersive Reader de Microsoft para apoyar el desarrollo de la lectura, la pronunciación y la fluidez, así como el Speaker Coach para desarrollar habilidades de presentación.
Joshua Underwood, profesor de inglés, formador de profesores y experto en nuevas tecnologías del centro, considera que “la IA es una herramienta con un gran potencial para apoyar el aprendizaje y la enseñanza de idiomas en formas que aún estamos descubriendo y explorando”. Esta circunstancia hace necesario que tanto educadores como estudiantes reflexionen sobre su implementación en el aula. Entre otras cuestiones, destaca Underwood ,“los valores que los profesores humanos pueden proporcionar y la IA no. Y, por otra, la propia naturaleza del aprendizaje, que requiere atención y esfuerzo. Una realidad de la que, tanto profesores como alumnos, debemos ser muy conscientes y valorar antes de delegar en esta herramienta. Está demostrado que es poco probable que aprendamos de tareas en las que no nos involucramos”.
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