La nueva ley universitaria castigará a los colegios mayores que sigan segregando por sexos, como el Elías Ahuja
Estas residencias perderán las exenciones fiscales y su participación en la vida deportiva y cultural de los campus públicos, porque no se renovarán los convenios tras admitirse una enmienda a la norma de Más País-Equo
La orden de San Agustín no ha castigado como se comprometió al alumno que lideró los cánticos machistas en el colegio mayor masculino Elías Ahuja ―“¡Putas, salid de vuestras madrigueras! ¡Sois unas putas ninfómanas...!―, pero esa ofensa a las colegialas del centro vecino Santa Mónica, que escandalizó a la clase política, no va a quedarse sin penalización. La Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU), que se vota en el Congreso el 22 de diciembre, va a contemplar a petición de Más País-Verdes Equo que las universidades públicas dejen de tener adscritos como colegios mayores a las residencias estudiantiles que segreguen a chicos y chicas, como estos centros religiosos hermanados. Esta enmienda se incluirá este martes en la norma, según confirma el Gobierno, en la comisión de Universidades del Congreso. Dejar de estar adscritos supone para los colegios perder exenciones fiscales ―los donativos, donaciones y aportaciones que no gravan la renta o actividades que celebren sin fines lucrativos― y dejar de usar las instalaciones deportivas y culturales de la universidad; y para la sociedad es una pérdida la vinculación de estos centros con la educación pública. Su única salida es intentar la adscripción a un campus privado.
Este curso hay 50 colegios que son mixtos en España y 59 femeninos o masculinos, siendo mayoría, pues, los que segregan. Son muy demandados por las familias para sus hijos. “Los colegios mayores privados que tengan un sistema no mixto o segregado no podrán adscribirse a una universidad pública”, reza este cuarto punto de la disposición adicional de la LOSU sobre colegios mayores. “Aquellos convenios que se encuentren vigentes a la entrada en vigor de esta ley, podrán mantenerse hasta su vencimiento, pero no renovarse”. Es decir, el proceso no es inmediato. Los convenios duran cuatro años y si hay acuerdo entre la universidad y el colegio se reanudan por otros cuatro.
Estos alojamientos segregados podrían adscribirse a universidades privadas, pero la mayoría están situadas en el extrarradio. En el caso de la Complutense (UCM) ―con 28 colegios privados adscritos, entre ellos el Elías Ahuja y Santa Mónica― la gran mayoría se han levantado en terrenos de la universidad y pagan un canon. La UCM explica a este diario que el convenio de renovación se firmó el 14 de julio de este año con todos sus colegios, por lo que si el Ahuja sigue segregando, dejaría de ser un centro adscrito en julio de 2026.
“Gracias a nuestra enmienda”, se enorgullece Inés Sabanés, la diputada del partido de Íñigo Errejón que trata temas de educación superior, “los colegios mayores que estén adscritos a universidades públicas no podrán segregar por sexo. Es una actualización que va en la línea del sentido común y que creemos va a ayudar a evitar comportamientos sexistas como los que hemos visto recientemente”.
Si el colegio mayor segregador no se adhiriese a una universidad privada, perdería esta condición, y pasaría a ser una simple residencia sin pedigrí. ―Se supone que el universitario no solo se hospeda, sino que aprende valores ciudadanos en las actividades programadas― y permite a los colegiales utilizar las instalaciones deportivas y participar de la vida cultural de la universidad a la que está adscrito el centro, algo a lo que ya tienen derecho quienes estén matriculados en estudios de esa institución. En el Ahuja son minoría, pero suelen ser mayoría de la universidad porque tienen preferencia para inscribirse.
En los otros tres puntos de la disposición de la LOSU se explica que un colegio mayor nunca puede tener afán de lucro y que se considera una “institución universitaria” porque, además de proporcionar residencia, “promueve actividades culturales y científicas de divulgación que fortalecen la formación integral de sus colegiales”. Además, se detalla que en los estatutos de cada universidad se tiene que reflejar “el procedimiento de adscripción de los colegios mayores adscritos, que gozarán de los beneficios o exenciones fiscales de la universidad en la que estén integrados”.
Director designado por el rector
Las universidades tienen también potestad ―sin una ley por medio― de anular el convenio con un colegio mayor adscrito si consideran que no está cumpliendo las normas acordadas. Además, puede cambiar al director, porque lo designa el rector, aunque sea el centro el que presente a un candidato. El Sindicato de Estudiantes pidió a la Complutense que rompiese el acuerdo con el Ahuja, pero la Complutense ha optado por hacer pedagogía. Hace dos semanas su vicerrectora de Estudiantes, Rosa de Lafuente, contaba a este diario que entre los compromisos adquiridos por el colegio con la UCM está mejorar la profesionalización del equipo directivo a través de mentorías sobre mecanismos de mediación y resolución de conflictos. Además, van a tener que formarse en perspectiva de género y en mejora de la convivencia.
Los agustinos tienen en la Ciudad Universitaria de Madrid un tercer colegio, el Mendel, que era masculino y es mixto desde el curso 2019/2020. Tenía fama de acoger muchas de las peores novatadas y el clima desde que es diverso ha mejorado, promoviéndose desde el primer día la integración de los nuevos colegiales a través de actividades conjuntas con los veteranos. Aunque aún colean tradiciones machistas del pasado. Los chicos entonan la canción Libre, de Nino Bravo, con la siguiente letra: “Más allá del Mara [la calle que da a la residencia del Ahuja] hay un lugar, donde para entrar hay que ser subnormal. A sus novias follamos, de sus cuernos gozamos, menudo cabezón tenía el cabrón”.
Las intenciones de Más País- Verdes Equo en esta enmienda transcendieron el 13 de octubre, una semana después de celebrarse La Granja, la coreografía grupal en la que los colegiales del Ahuja simularon ser animales mientas el cabecilla insultaba a las vecinas, en su mayoría amigas o familiares que no se sintieron vejadas. La intención de las colegialas del Santa Mónica que hablaron con la prensa el 6 de octubre, tras destaparse el escándalo machista, es mandar en un futuro a sus hijos varones al colegio para chicos y a las féminas al suyo, siguiendo la tradición familiar, pues sus padres se alojaron antes allí. Para entonces serán colegios mayores mixtos, privados o residencias que segregan sin las ventajas de estar adscritos.
Trampas para dejar de segregar en los colegios
La no renovación del convenio es la fórmula que se está usando para quitar el concierto a los centros educativos que siguen segregando. En Cataluña los centros el Opus o de los Legionarios de Cristo matriculan a niños y niñas para mantener la financiación pública, pero después los separan en las aulas: Mientras que el Gobierno Navarra incumple la ley, pues asegura que la red pública y concertada no puede absorber a los más de 1.700 alumnos afectados.
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