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La seguridad en las aulas, ardua tarea en las escuelas andaluzas

“Estamos pidiendo plantilla para cubrir huecos y no nos ha quedado más remedio que ir a la huelga”, dice una representante sindical

Cabecera de la manifestación de profesores en Sevilla para exigir más inversión a la Junta andaluza.
Cabecera de la manifestación de profesores en Sevilla para exigir más inversión a la Junta andaluza.PACO PUENTES (EL PAÍS)
Javier Martín-Arroyo

La vuelta segura al cole es un asunto muy cuesta arriba en Andalucía. Con la mayor comunidad educativa del país -1,8 millones de alumnos en 7.099 colegios e institutos-, los sindicatos y las familias exigen más profesores para bajar la ratio de alumnos, desdoblar clases y frenar el avance del coronavirus, pero la Junta (PP y Ciudadanos) responde que no tiene dinero para eso, a pesar de haber sumado 600 millones más al presupuesto y contratado a 6.419 nuevos profesores que refuercen la plantilla de la enseñanza pública.

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¿Garantiza ese esfuerzo presupuestario la seguridad en las aulas? La Junta dice que sí porque lo esencial es llevar mascarilla, no cumplir la distancia de seguridad, mientras que las familias y los docentes responden que las clases son focos de contagio asegurado porque con una media de 40 metros cuadrados por aula, mantener la distancia entre estudiantes es una quimera. Andalucía ha batido este viernes su récord de contagios en un día, con 1.617 nuevos positivos por covid.

7.636 profesores del total de 107.249, el 7,1% de los que forman la plantilla de la educación pública en Andalucía, han secundado este viernes la huelga para reclamar mayor seguridad en las aulas, según datos de la Junta. El Ejecutivo autonómico asegura que solo ha parado un 13,9% de la plantilla docente en primaria y el 1,5% en secundaria, mientras que los sindicatos elevaban los porcentajes al 70% en primaria y al 50% en secundaria.

La cara de la protesta ha sido una manifestación con 800 docentes en la capital andaluza este viernes, con lemas para exigir a la Junta mayor inversión en educación. “La ratio de mi clase es de 27 alumnos de siete años, de ahí no bajo, y tengo una clase de 30 metros cuadrados con cinco maestros todo el tiempo saliendo y entrando del aula. No hemos podido desdoblar, a pesar de tener aulas vacías”, explicaba una docente que pedía anonimato del colegio Raimundo Lulio de Camas (Sevilla), en la cola de la manifestación. La protesta fue convocada por los sindicatos CC OO, Ustea y CGT, y apoyada por la Confederación de asociaciones de padres y madres (Codapa), los movimientos Marea Verde y Escuelas de Calor, y el sindicato de estudiantes. Los manifestantes corearon lemas contra el consejero de Educación como “Imbroda, escucha, la pública está en lucha” o “Imbroda, inepto, vuelve al baloncesto”.

“La comunidad educativa ha dicho basta ante la aberrante y preocupante situación de la educación pública andaluza. Con cientos o miles de aulas con ratio ilegal [por encima de 25 en primaria y de 30 en secundaria] y centros sin las plantillas ordinarias completas”, ha censurado Olga Solano, de Ustea. “Estamos pidiendo plantilla para cubrir huecos y no nos ha quedado más remedio que ir a la huelga. La Consejería no está abierta a tomar medidas para lograr una vuelta presencial segura que evite la brecha tecnológica. Necesitamos una mayor plantilla de docentes y personal de limpieza”, ha apuntado Cristina Hernández, responsable de educación pública en CC OO. “Aquí no acaba la lucha. Vamos a seguir peleando hasta que los centros educativos sean espacios seguros”, han añadido fuentes de CGT.

Una profesora, de espaldas en la manifestación de este viernes.
Una profesora, de espaldas en la manifestación de este viernes.PACO PUENTES (EL PAÍS)

Los sindicatos CSIF, Anpe y UGT no han apoyado la huelga, pero sí movilizaciones para reclamar a la Junta más contrataciones. De momento, la negociación sigue abierta: los sindicatos exigen al menos 2.000 nuevas altas pero el Gobierno oferta como máximo 800. “Los recursos son insuficientes en plantillas y sin distancia social. ¿Se han recibido recursos personales? Sí. ¿Son suficientes? No”, pregunta y responde Elena García, portavoz del sindicato mayoritario CSIF.

“No es el momento de parar, sino el de seguir arrimando el hombro para que la educación sea presencial. Seguiremos hablando con la comunidad educativa para aportar nuevos recursos a las necesidades del sistema, que arrastra un déficit de inversión durante años. Jamás un Gobierno andaluz ha invertido tanto en educación, pero estamos en un momento excepcional”, ha defendido Javier Imbroda, consejero andaluz de Educación. A pesar de que ciertos Ayuntamientos han ofrecido espacios alternativos para que los colegios desdoblen clases -200 ubicaciones en Sevilla capital-, los colegios apenas han considerado esas opciones dado que carecen de profesorado para el desdoble.

El colectivo de madres y padres Escuelas de Calor ha tildado el arranque de curso de “temeridad” y “de bajo coste”. “No hay 20.000 ó 30.000 docentes para permitir un desdoble. Mucha gente traga porque tiene que trabajar, pero con miedo y preocupación”, ha criticado Teresa Pablo, portavoz del movimiento, que eleva los cierres parciales de centros a 95 en toda la comunidad del total de 7.000 centros. “No queremos irnos a casa en menos de un mes, porque hemos vuelto un año más con ratios ilegales de hasta 40 en Bachillerato, y así no se puede garantizar una vuelta segura a las aulas”, ha comentado Irene Yébenes, portavoz de Marea Verde, formado por docentes y familias.

En paralelo, la mayoritaria confederación de asociaciones de padres y madres (Codapa) también ha apoyado la huelga: “Muchos centros han iniciado el curso sin aula matinal ni comedor escolar, servicios esenciales para la educación, así como para la conciliación. El comedor por otra parte es imprescindible para familias vulnerables y en riesgo de exclusión. Está quedando en evidencia la falta de planificación, la improvisación en publicación de instrucciones y la dejación de funciones de la Administración, que ha dejado a la comunidad educativa a su suerte. Por problemas como estos hemos decidido apoyar la huelga educativa”, apuntan fuentes de Codapa.

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Sobre la firma

Javier Martín-Arroyo
Es redactor especializado en temas sociales (medio ambiente, educación y sanidad). Comenzó en EL PAÍS en 2006 como corresponsal en Marbella y Granada, y más tarde en Sevilla cubrió información de tribunales. Antes trabajó en Cadena Ser y en la promoción cinematográfica. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y máster de EL PAÍS.

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