El nuevo magnate de Hollywood lucha por alejarse de la imagen de ‘niño de papá’
David Ellison, vástago del dueño de Oracle, prepara una revolución en Paramount tras hacerse con el control del centenario estudio cinematográfico

El pasado 13 de agosto, David Ellison reunió a su equipo directivo en el estudio de Paramount Pictures en Los Ángeles. Acababa de hacerse con el control de la compañía y daba comienzo una nueva era para este estudio con 113 años de historia. “Una de nuestras mayores prioridades es convertir de nuevo a Paramount en el destino número uno para los artistas y cineastas más talentosos del mundo”, dijo en la rueda de prensa posterior al encuentro del consejo. Durante una hora, el nuevo magnate de Hollywood fue esquivando como pudo preguntas sobre su relación con el presidente. Donald Trump, mientras elogiaba a CBS News y presumía de grandes planes para producir más películas de Star Trek y Transformers.
Días antes de esta presentación, Ellison —hijo de Larry Ellison, dueño de Oracle y la segunda persona más rica del mundo— había completado la operación que, previo pago de 8.000 millones de dólares, le convierte en accionista mayoritario de Paramount, propietaria de las cadenas de televisión CBS y MTV, y del estudio cinematográfico del mismo nombre. Las negociaciones para cerrar el acuerdo duraron dos años y el camino no fue fácil. Shari Redstone, la anterior accionista mayoritaria, rechazó inicialmente la propuesta de Ellison, reticente a desprenderse de la preciada posesión de su familia. Tras la decisión de Redstone de vender, su propio director ejecutivo y varios miembros de la junta directiva se opusieron a los términos y se marcharon. Ella siguió adelante, solo para dudar en el último minuto, insegura de si quería cerrar un trato o de si Ellison era el comprador adecuado. Cuando finalmente llegaron a un acuerdo en julio de 2024, fue solo el comienzo de otra crisis. La Administración de Trump retrasaría la transacción durante meses; solo la aprobó después de que CBS pagara 16 millones de dólares para resolver una demanda por la edición de una entrevista con la candidata demócrata a la Casa Blanca Kamala Harris.
Ellison nunca flaqueó durante las negociaciones. La recompensa a su paciencia es una empresa que lleva en decadencia una década. El padre de Redstone construyó su imperio mediático con las cadenas de cable MTV, Nickelodeon y Comedy Central, que han perdido audiencia en favor de los servicios de streaming y las redes sociales. El estudio cinematográfico, por su parte, se ha marchitado por falta de inversión, perdiendo dinero durante los últimos dos años y medio. Y Paramount+, el servicio de streaming, tiene una cuota de mercado mucho más pequeña que Amazon, Disney+, Hulu o Netflix, por no hablar de YouTube.
A pesar de este sombrío panorama, el nuevo propietario es optimista. Entre sorbos de coca-cola light, Ellison explicó a los periodistas que tenía un plan de reestructuración. El primer plan de choque consiste en detectar ineficiencias para lograr ahorros de 2.000 millones de dólares. Eso implica el despido de miles de empleados y recortar la programación de sus cadenas de televisión por cable, según fuentes conocedoras del plan. También estaría considerando vender activos inmobiliarios y canales de televisión en Latinoamérica. Sin embargo, la idea de Ellison no es cerrar Paramount+, sino invertir en su reestructuración.
Ellison no quiere perder el tiempo en la implementación de su hoja de ruta. Ya ha cerrado un acuerdo por valor de 7.700 millones de dólares para hacerse con los derechos exclusivos de Ultimate Fighting Championship (la principal competición de artes marciales), ha fichado a los creadores de la serie de Netflix Stranger Things y se ha asociado con Legendary, el estudio responsable de las franquicias de Dune y Godzilla.
Nueva energía
Todos en Hollywood quieren que Ellison inyecte energía fresca al histórico estudio, que ha sufrido años de mala gestión y luchas internas. Si lo logra, podría ayudar a revitalizar una industria en crisis. Decenas de miles de personas están sin trabajo en Hollywood debido al declive de la televisión por cable, el traslado de producciones al extranjero, dos paros laborales y la pandemia. Los estudios que una vez definieron la cultura estadounidense han cedido su poder a intrusos de Silicon Valley como Instagram, Netflix y YouTube. “Es muy importante que Ellison triunfe”, dice. Ari Emanuel, presidente ejecutivo de TKO Group Holdings, promotora de deportes y entretenimiento, y agente de las estrellas.
Ellison nació y creció en Woodside, California, un pueblo elegante a pocos kilómetros del epicentro de Silicon Valley. Tiene 42 años, lo que lo convierte en el director ejecutivo más joven de una empresa de medios y el único que creció con internet. Es savia nueva en una industria gobernada por una gerontocracia. “Piensa diferente y habla diferente”. dice Jeff Shell, presidente de Paramount y exdirector ejecutivo de NBCUniversal Media.
Sin embargo, no todos tienen tanta confianza en que Ellison se convierta en el mesías que Hollywood necesita. En parte porque carece de experiencia al frente de una empresa de esta envergadura, y porque sus promesas sobre la modernización de su tecnología son vagas. El acuerdo de Ellison con la UFC sorprendió a sus rivales, ninguno de los cuales se acercó a su oferta; Paramount pagó a la liga más del doble de lo que recibía con sus acuerdos anteriores. Antes incluso de tomar el control de la empresa, y Ellison se peleó públicamente con los creadores de South Park, uno de los activos más valiosos de la compañía, por un nuevo contrato. Por otra parte, a los miembros de su departamento de noticias les preocupa que Ellison incline la cobertura hacia la derecha para apaciguar a Trump.
Una de las razones de peso para dar un voto de confianza a Ellison sería su apellido. La compra de Paramount fue financiada con dinero de su padre, Larry, y de RedBird Capital Partners, una firma de capital riesgo de Gerry Cardinale, exbanquero de inversión de Goldman Sachs. El desembarco en Paramount podría ser solo el primer paso en la visión de la familia Ellison sobre lo que debería ser un conglomerado mediático. De hecho, el 11 de septiembre Bloomberg publicó que el clan estaba preparando una oferta por su rival Warner Bros. Discovery. El propio Trump también ha sugerido al fundador de Oracle que compre TikTok, una propuesta a la que ni Larry Ellison ni su compañía de tecnología han respondido oficialmente.
El control familiar de la empresa les permite pensar a largo plazo en lugar de obsesionarse con los resultados trimestrales. “Nuestro mayor accionista es la segunda persona más rica del mundo”, dice Shell. “Eso parece positivo”. David se muestra reservado al hablar de la participación de su padre, aunque Oracle y Paramount ya están en conversaciones sobre un acuerdo de software de 100 millones de dólares que convertiría a la empresa de medios en uno de los principales clientes de Oracle. Larry ha evitado a la prensa en los últimos años, y el acuerdo para la compra de Paramount está estructurado de modo que David tiene oficialmente el control. Por otro lado, Larry no tiene una fortuna de aproximadamente 360.000 millones de dólares porque sea una persona que base sus decisiones empresariales por razones sentimentales.
Larry y Barbara Boothe, la madre de David, se divorciaron en 1986 cuando David tenía 3 años. Boothe fomentó el amor por el cine de David, llevándolo a él y a su hermana, Megan, al cine los fines de semana. David hizo prácticas en Oracle, pero finalmente se matriculó en la Escuela de Artes Cinematográficas de la Universidad del Sur de California para seguir una carrera en Hollywood.
Aunque abandonó sus estudios, el nuevo propietario de Paramount ha dedicado su carrera a intentar demostrar que no es un nepo baby. Sin embargo, ha tenido difícil separarse de la imagen de “hijo de papá”. La inmensa mayoría de los aspirantes a cineastas que se mudan a Los Ángeles en busca del estrellato no consigue empezar su carrera financiando y actuando en una película de 60 millones de dólares. La mayoría de los jóvenes de 27 años tampoco llegan a recaudar 350 millones de dólares de JPMorgan Chase para una productora después de que su primera película, Flyboys , fuera un fracaso de taquilla. Dana Golberg, que se unió en 2010 a Skydance, la empresa que fundó David Ellison, resume así el excepticismo que generó en sus comienzos en la industria: “La gente pensaba que era una chequera ambulante que solo frecuentaba barcos de lujo”.
Durante los primeros 15 años de su carrera, David ni siquiera fue el hijo más destacado de Larry en Hollywood. Su hermana Megan fundó Annapurna Pictures en 2011 y financió varias películas que le valieron varias nominaciones al Oscar. El primer acuerdo de Skydance Media para cofinanciar películas producidas por Paramount llegó en 2010. Poco a poco, David fue centrándose en las franquicias más importantes del centenario estudio cinematográfico como Misión imposible o Star Trek. Cuando la tercera entrega de Misión imposible fracasó en taquilla y Tom Cruise parecía una estrella en decadencia, él fue quien más apostó por el proyecto, algo que luego fue refrendado por el público. Cruise le devolvió la confianza con nuevos pelotazos en taquilla e incluso fue uno de los invitados estrella a su boda con Sandra Modic.
Diversificación
Ellison fue diversificando su negocio más allá del volátil negocio del cine. En 2014, Skydance empezó a producir series para las plataformas de televisión y dos años más tarde recaudó 700 millones de dólares para expandirse en el sector de los videojuegos y la animación. Aunque David rara vez mencionaba a su padre (y los empleados de Skydance evitaban mencionarlo), Larry hacía apariciones ocasionales en el estreno de una película y prestaba su extensa propiedad de 230 acres en Sensei Porcupine Creek Resort para retiros corporativos de Skydance. Los dos habían estado distantes durante la infancia de David, pero se acercaron más en la adolescencia, viajando alrededor del mundo en el superyate familiar.
Cuando los servicios de streaming empezaron a recortar gastos en 2022, Skydance, al igual que muchas grandes productoras independientes, entró en pérdidas en 2021. Las opciones que había para revertir la situación eran tres: salir a Bolsa, lograr que una gran tecnológica tipo Apple comprara la compañía, o pasar al ataque y comprar un estudio. Ellison llevaba mucho tiempo interesado en Paramount; no en vano, había sido su primer socio como productor. Lo que en un principio parecía una quimera, dado el minúsculo tamaño de Skydance en comparación con Paramount, fue cobrando cuerpo con el apoyo de un grupo de inversores entre los que figuraba su padre. El primer contacto de Ellison con la anterior propietaria del estudio, Redstone, se produjo en 2023.
Dos años después, el nuevo dueño de Paramount trata de resolver un problema que ha atormentado a muchas de las mentes más brillantes de Hollywood. Las redes de cable de Paramount, la base del negocio, han estado perdiendo espectadores durante una década. La compañía llegó años tarde al streaming, y su negocio en línea no es lo suficientemente rentable como para compensar la caída de las ganancias del cable. Ellison podría abandonar sus principales servicios de streaming vendiéndolos o flexionándolos. Pero no compró Paramount para rendirse ante Amazon , Netflix y YouTube. Quiere ganar.
¿Cómo piensa hacerlo? Por el momento, según fuentes próximas a la empresa, en noviembre comenzará una drástica reestructuración que incluirá despidos y la fusión de plataformas tecnológicas. Se invertirá en tecnología, se agilizará la recopilación de datos y se redoblarán los esfuerzos en marketing para frenar las bajas de usuarios. También se avecinan cambios drásticos en la programación. Ellison se ha comprometido a aumentar la producción cinematográfica a 15 títulos por año frente a los 10 estrenos de 2024.
Trump casi descarriló el acuerdo que le ha cambiado la vida a Ellison, y Ellison está ansioso por dejar atrás las controversias. No quiere politizar su negocio, aunque no lo tendrá fácil teniendo en cuenta las presiones que se ejercen desde la Casa Blanca. Paramount se ha comprometido a no editar las entrevistas en su programa estrella de CBS News tras las críticas de la Administración de Trump. Además, ha fichado al exresponsable del conservador Instituto Hudson como defensor del espectador en la cadena. En pleno debate sobre la cancelación (aunque luego volvió a antena) del programa de Jimmy Kimmel en ABC, propiedad de Disney, tras realizar comentarios sobre el asesinato del activista ultra Charlie Kirk, Ellison ha reiterado que Paramount es, ante todo, “una empresa de entretenimiento”. Esta declaración de intenciones implica que su aspiración es llegar a todos los públicos: niños, mayores, votantes de izquierda o de derecha. Un objetivo puramente empresarial en un contexto cada vez más polarizado.
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