Almudena Arpón de Mendívil, la española en la cumbre de la abogacía mundial: “Trump se enfrentará a una batalla legal por las reformas de la nacionalidad y el género”

Almudena Arpón de Mendívil Aldama ha dirigido durante dos años la IBA (International Bar Association), la mayor asociación del sector legal del mundo con más de 80.000 juristas y 190 colegios de abogados en 175 países. Esta abogada nacida en Madrid se ha convertido en la segunda presidenta en la historia de la IBA. También lo ha sido en asumir la segunda presidencia española tras Fernando Pombo, socio fundador de Gómez-Acebo & Pombo, la casa profesional de Arpón de Mendívil. Durante su mandato (2023-2024), ha enfrentado desafíos globales como la guerra en Ucrania, los conflictos en Oriente Próximo o la nueva era de Trump.

Pocos días después del inicio del segundo mandato de Donald Trump, Arpón de Mendívil advierte: “Se abre un periodo de inestabilidad en Estados Unidos y en el mundo”. En una entrevista en su despacho reprocha abiertamente el “desapego” de Trump hacia los principios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) y señala: “La retirada del Acuerdo de París muestra su indiferencia hacia el destino climático del planeta”. También denuncia su política migratoria, que califica de “excesivamente agresiva”, y advierte sobre las reformas anunciadas en nacionalidad: “Se enfrenta a una batalla legal, al igual que pasará con su decisión en materia de género”. Para Arpón, es una oportunidad para que la Unión Europea “intensifique su cohesión, asuma protagonismo económico y defienda con más fuerza los valores democráticos”.

La abogada cree que las diferencias regulatorias entre EE UU y la UE aumentarán, complicando el panorama para las multinacionales, y que el reto en inteligencia artificial está en competir sin desproteger los valores fundamentales. Aunque prevé un auge de operaciones corporativas en 2025, le preocupa la amplia inmunidad presidencial otorgada por el Tribunal Supremo norteamericano. En su mandato no ha dudado en entrar en delicados charcos internacionales. Por primera vez en la historia de la IBA, asumió la responsabilidad de emitir declaraciones oficiales desde la presidencia en respuesta a las agresiones al Estado de derecho. “Cuando habla la presidencia, habla la asociación entera, la profesión legal global. Es una llamada de atención”, afirma. Entre las declaraciones destacadas, menciona las relacionadas con el ataque de Hamás a Israel, las reformas judiciales en México y la ley de amnistía tras el acuerdo PSOE-Junts: “Fue la primera vez que los despachos españoles se pronunciaron públicamente; lo aplaudo”, recalca.

“En el caso de Ucrania, creo que somos la asociación que más ha trabajado”, asegura. Desde su posición ha mantenido contacto constante con los presidentes de los colegios de abogados ucranios y canalizado esfuerzos para que la abogacía en Ucrania siguiera operando bajo un Estado de derecho en guerra. La IBA desarrolló EyeWitness to Atrocities (testigo de atrocidades), una aplicación para documentar crímenes de guerra y custodiar pruebas. Hay más de 50.000 evidencias recopiladas. Gracias a esta herramienta, comenta con satisfacción, algunos casos ya están ante el Tribunal Penal Internacional.

“El principal pecado de la abogacía es que no comunicamos bien la importancia de nuestro trabajo”, reconoce con franqueza. Arpón de Mendívil insiste en que los juristas contribuyen de manera crucial en la vida cotidiana. “Si no se entiende la relevancia del derecho, es muy difícil transmitir por qué es importante el Estado de derecho, que ya es un concepto más complejo”, reflexiona. Para ella, es fundamental “un mayor protagonismo y la unidad de la profesión” para difundir sus beneficios.

La IBA presentó recientemente el primer Informe sobre el impacto social y económico del sector legal. “Ahora sabemos que la labor de los más de 12 millones de abogados del planeta genera riqueza, pero sólo el 54% de la población tiene una percepción positiva de nuestro trabajo”, cuenta. Este documento revela, entre otros datos, que un aumento de un punto en el índice del Estado de derecho incrementa un 0,82% el PIB y promueve inversiones en I+D en un 20%. “Hemos iniciado proyectos con el Banco Mundial, que ha abrazado nuestro informe”, señala con satisfacción.

“La situación de España en cuanto al Estado de derecho es buena. Ocupamos el puesto 25 en el índice global de 142 países. Es una posición muy digna”, señala Arpón de Mendívil. No obstante, no se conforma: “¿Por qué no podemos ser el número uno como Dinamarca o el quinto como Alemania?”. Cree que la clave está en mantener “un poder judicial independiente y sólido” y legislar con cuidado: “Normativas defectuosas, como la ley del solo sí es sí, pueden tener resultados catastróficos”.

“Un ejecutivo inteligente debe desear un Poder Judicial independiente y fuerte, que dicte sentencias imparciales y justas, porque es la columna vertebral del Estado de derecho”, argumenta. Según el informe, su solidez garantiza un crecimiento económico sostenible y mejora indicadores clave como la educación y la salud.

El carácter exigente y audaz de Almudena Arpón de Mendívil le ha permitido desarrollar las cinco líneas de trabajo fijadas al inicio de su mandato: impacto del sector legal, inteligencia artificial, agenda ESG, igualdad de género y formación de jóvenes abogados. “Me dijeron que si conseguía cumplir uno de estos objetivos mi presidencia sería memorable”, recuerda. Es consciente de que ha elevado el listón.

“Ser la segunda mujer en 76 años al frente de la IBA me generó una presión y motivación adicional”, admite. Para esta abogada es esencial demostrar que las mujeres pueden destacar en posiciones de liderazgo. Ahora mira al futuro con serenidad, la misma que encuentra entre sus queridas montañas del valle de Arán: “Estoy en un momento de reflexión, me gustaría aportar lo máximo y dejar también un legado sólido a Gómez-Acebo & Pombo, mi mayor orgullo”.