Federico Linares (EY): “Ser de Cádiz es lo más importante de mi biografía”
El presidente de la consultora es un amante de la filosofía, la poesía y el humanismo en general. Pero sus dos grandes pasiones son la música y el mar
Federico Linares nació en Cádiz en 1972 y, aunque salió a los 18 años y reside en Madrid, allí se imagina oyendo las historias que se cuentan los vecinos del barrio de Santa María: “el más flamenco de todos”. “Dan para escribir un libro”, asegura. “Lo de Cádiz es lo más importante de mi biografía”, destaca el presidente de la consultora EY: “Me siento profundamente gaditano y profundamente andaluz”.
Pregunta. ¿Y en qué se traduce ese sentimiento?
Respuesta. Tengo un compromiso con la tierra destacado. Bajo a Cádiz y Sevilla una vez al mes como mínimo y me gusta implicarme en el progreso de la tierra. Por ejemplo, soy presidente del Consejo Social de la Universidad de Cádiz, soy vicepresidente de la Fundación Alalá para la inclusión de niños gitanos a través del flamenco. Bajo frecuentemente para todo esto porque me gusta estar en contacto con las fuerzas vivas de la ciudad. Como decía Alberti, me siento ese andaluz al otro lado del río. Los andaluces también podemos contribuir a crear valor en la tierra desde fuera de Andalucía. Trabajo mucho en ello y pongo empeño.
P. Ha citado dos instituciones en las que participa, pero forma parte de muchas más: el Teatro Real, las fundaciones CYD, Paco de Lucía o Endeavor... ¿Cómo le da tiempo a compaginarlo con su trabajo?
R. Creo mucho en un modelo de economía humanista: en que la empresa sea un agente político de transformación social. Y por eso tenemos que aportar en el mundo de la educación, la cultura, del emprendimiento y la inclusión social y de ahí la implicación. ¿Cómo me da tiempo a todo? Tengo un amigo que dice que, cuantas más cosas hace, más tiempo tiene. Y yo trato de imitarle. Y unas veces me sale y otras no. Duermo 7 horas, pero luego quedan 17 horas al día para hacer lo que quieras. Eso es un montón de tiempo.
P. ¿Cuántas horas trabaja?
R. No lo sé porque disfruto mucho el trabajo y no creo en la dicotomía entre trabajo y ocio. Puedo estar pensando en componer una canción a las dos de la tarde y respondiendo mensajes a la 12 de la noche. Disfruto de las dos cosas por igual. Nunca siento que he dejado de trabajar o de disfrutar de mi ocio. Soy feliz así. Ayer fue un día representativo de cómo funciono. Por la tarde estuve con el consejero delegado de una gran energética un par de horas y salí corriendo de la reunión para ir a grabar un tema que estoy componiendo y se llama Está amaneciendo.
P. ¿Cuáles son sus aficiones?
R. Mis principales aficiones son el mar y la música. En el mar hago vela, tenemos un equipo de regatas, el Brujo Sailing Team. Y también hago surf con dos amigos de la infancia y mi hijo; viajamos por el mundo cogiendo olas. Y en música canto, compongo, toco la guitarra, toco la percusión y estoy aprendiendo a tocar la batería. Lo importante de las dos aficiones es que a mí lo que me gusta es aprender y sigo aprendiendo. Y me encanta hacerlo con gente, compartiendo. En la música canto con mi familia, tenemos un grupo que se llama la Linares Family Band, con un disco en Spotify. Y en el equipo de regatas compartimos amistad, navegamos para divertirnos, pero también por el componente de reto que nos mueve.
P. ¿Tiene barco?
R. Sí, el barco del equipo, del que yo soy patrón. Es un barco de 12 metros, en el que los ocho amigos llevamos participando más de una década en la Copa del Rey. Yo lo utilizo solo para las regatas porque no tengo más tiempo.
P. ¿Y qué tal quedan?
R. Pues la hemos ganado una vez. Quedamos frecuentemente en el top 5 de corinthian, la categoría amateur, y hemos ganado una vez la Copa del Rey. Llevamos 14 años haciendo la temporada de regatas de España: la Copa de la Reina, el trofeo de la Reina en Valencia, el Tabarca de Alicante y la Copa del Rey.
P. ¿Aprovecha cuando va a su tierra para entrenar?
R. No entrenamos. El secreto es que llevamos 14 años juntos, la misma tripulación y eso es muy inusual en el mundo de las regatas. Somos amigos y al principio de la temporada nos va bastante regular y al final de la temporada nos va muy bien.
P. ¿En casa dicen que concilia o que no?
R. Mi mujer también es profesional, trabaja en EY. Nos gusta mucho la vida familiar y compartir el poco tiempo que tenemos con nuestros tres hijos. Con Fede, mi hijo mayor, hago surf y música. Son ratos de altísima intensidad emocional. También con Araceli, con quien juego al tenis todas las semanas. Y con el pequeño todavía estamos por descubrir sus pasiones. Las pasiones compartidas son las que de verdad me gustan.
P. ¿Cómo se definiría?
R. Le digo lo que pondría en mi epitafio, que lo escribí este fin de semana en la canción que estoy componiendo. Y termina diciendo: ‘en mi tumba un lo siento, un cómo te puedo ayudar y siempre agradecido’.
P. ¿Es modesto?
R. Me gusta recordar todos los días el valor de la humildad. Es fundamental. Los sesgos que tenemos quienes lideramos cuando nos olvidamos de la suerte que tenemos, de las oportunidades... Somos unos privilegiados. Y ser humilde es fundamental para alguien está en una posición de liderazgo. Te ayuda a aprender, a preguntar más. Y a cuestionarte más las cosas que haces... Platón decía que el deseo de conocimiento es una manifestación de la bondad.
P. ¿Es caprichoso?
R. No, nada caprichoso. Me obsesiona el sentido de cada minuto que invierto en mi vida y solo me interesa lo que merece la pena.
P. ¿Tiene bien claras las prioridades?
R. Trato de dedicarle tiempo a tener claras las prioridades. Soy reflexivo. No me gusta dedicarle tiempo a lo circunstancial, a lo transaccional o a lo inmediato.
P. ¿Cuáles son esas prioridades?
R. Pues diría que son una evolución de las que de las que he tenido a lo largo de mi vida. Ahora la prioridad sería seguir profundizando en que EY se convierta en un referente del modelo de economía humanista que he impulsado. La empresa debe ser un agente del cambio y tener un papel fundamental en el progreso socioeconómico. Estamos bastante dedicados.
P. ¿Qué recomendaría leer?
R. Recomendaría leer filosofía y poesía. Aconsejaría al filósofo coreano Byung-Chul Han, que tiene dos libros que están en los dos polos de su pensamiento: La sociedad del cansancio, que es estupendo, y El espíritu de la esperanza, el último. Entre los clásicos, recomendaría a Aristóteles: La ética de Nicómaco. Y de poesía [se le ilumina la cara]: la Generación de 27: Lorca, Alberti, Altolaguirre, María Zambrano...
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