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Acerinox se abraza al acero futurista mientras trata de sofocar la crisis en Cádiz

La compañía redobla su apuesta por el mercado de EE UU y los productos de alto valor añadido al tiempo que se enquista la tensión laboral en su planta gaditana de Los Barrios

Acerinox huelga
Corte de la A-7 por parte de los trabajadores de Acerinox en Los Barrios (Cádiz) el pasado 13 de febrero para reclamar mejoras laborales.EUROPA PRESS

Acerinox ha elegido camino. La acerera española, con arcas bien surtidas por dos años de vientos favorables y una deuda en mínimos por debajo de 400 millones, ha decidido apostar por el mercado de Estados Unidos y por productos de alto valor añadido —aleaciones especiales— que alcanzan más precio y que tienen como destino sectores sofisticados como el aeroespacial. Aunque la hoja de ruta parece clara, la respuesta de la Bolsa, al menos hasta el momento, está siendo fría. La compañía cotiza en niveles bajos cuando registra los mejores resultados de su historia. En los últimos 12 meses muestra un perfil plano. Y eso que paga más a los accionistas: elevó un 20% el dividendo en 2023 y ha anunciado una subida del 3,3% para este año. Además, ha llevado a cabo un programa de recompra de acciones —otro premio a los inversores— sobre el 10% del capital.

El analista de Renta 4 César Sánchez-Grande explica que Acerinox es una compañía cíclica y hay “muchas dudas” sobre la evolución del ciclo económico. “Además, otro punto que explica la baja cotización de la empresa en Bolsa, es que España está fuera del apetito inversor extranjero. Eso hace que Acerinox cotice con unos múltiplos muy por debajo de sus comparables en el mercado americano. Los competidores europeos están cotizando a niveles similares”.

El mercado siderúrgico europeo atraviesa momentos inciertos. La reapertura posterior a la pandemia llevó a esta industria a niveles de récord. Los precios del acero se llegaron a multiplicar por cuatro entre 2021 y 2022 y el sector se hizo de oro anunciando resultados históricos como hicieron los líderes en España: Acerinox, Celsa y Arcelormittal. Pero ahora la situación es distinta. La patronal europea del acero desinfla la previsión de crecimiento por la desaceleración de la economía. Donde Eurofer pronosticaba un crecimiento del 7,6% en el mercado en 2024, ahora lo reduce al 5,6%. La recuperación plena pospandemia se pospone a 2025. Con suerte.

“El año pasado, en EE UU y Europa, el consumo de acero inoxidable cayó un 21%”, explica el consejero delegado de Acerinox, Bernardo Velázquez. “El mercado empezó a parar en mayo de 2022, con la subida de tipos. Se paralizaron numerosos pequeños proyectos y la gente se dio cuenta del cambio de ciclo. Por eso, en 2023, siendo un año de ciclo bajo, vamos a ofrecer unos resultados dignos, pero inferiores a los del año anterior”, añade. Los resultados se conocerán el 29 de febrero. No habrá nuevo récord de ganancias por lo tanto. No se superarán los 571 millones de 2021 o los 556 millones de 2022. “Tenemos una estrategia clara, que es mantener la competitividad y hemos conseguido la solidez financiera que nos permite estar siempre en zona segura”, asegura Velázquez.

Con Europa renqueante y olvidada la opción de fusión en 2022 con Aperam (familia Mittal), la compañía estaba obligada a elegir un camino hacia el beneficio. Una decisión clave para un grupo con 13 fábricas, más de 8.200 empleados y media docena de sociedades repartidas por el mundo: Acerinox Europa (España); North American Stainless (EE UU); Columbus Stainless (Sudáfrica); Barhu Stainless (Malasia); VDM Metals (Alemania y EE UU); Roldan e Inoxfil (España). Son cuatro continentes, pero dos mercados relevantes, EE UU y Europa, de los que procede el 100% del ebitda. “La estrategia de la compañía”, señala Sánchez-Grande, “ha sido crecer en aleaciones especiales, centrarse en lo que es la descarbonización y la eficiencia y desarrollar nuevos productos”.

Acerinox ha aplicado la estrategia con un movimiento clave, la compra por 740 millones de euros de la estadounidense Haynes, especializada en aleaciones especiales —fundamentales para la industria aeroespacial— que complementa la oferta de la empresa alemana VDM adquirida en 2020. Con la compra de Haynes, pendiente de la aprobación de su junta y de las autoridades de EE UU, la acerera aumenta su exposición al mercado americano, deficitario en acero inoxidable y con buenos precios. La operación Haynes, adquirida a través de la filial North American Stainless, 100% de Acerinox, incluye un plan para que la compañía con sede en Indiana reinvierta 200 millones de dólares (185,5 millones de euros) en los próximos cuatro años en nuevas operaciones conjuntas en Norteamérica con el fin de crear una plataforma integrada de alineación de gran resistencia y acero inoxidable.

Fórmula exitosa

La acerera quiere repetir en EE UU, con Haynes, el éxito de la compra de VDM, donde ha conseguido buenas sinergias, con niveles de ebitda muy por encima de lo que esperaba. “Compramos VDM, que nos iba a aportar 80 millones de ebitda, y nos ha aportado el doble”, asegura Velázquez. Es un buen contrapeso a la coyuntura porque tanto Bahru Stainless, como Columbus Stainless y Acerinox España pueden registrar ebitda negativo. Son vibraciones negativas.

En la factoría de Acerinox en Los Barrios (Cádiz) —1.800 empleados— hay revuelo. La plantilla, con un ERTE abierto hasta mediados de marzo, reclama estabilidad. Detrás del conflicto hay razones salariales, pero sobre todo, organizativas. José Antonio Valencia, secretario de la Asociación de Trabajadores del Acero (ATA) y presidente del comité de empresa, responsabiliza a la empresa por la ruptura del clima de paz social por modificar las condiciones y el volumen de producción; un punto delicado ya que, según explica Valencia, hasta un tercio del salario de los empleados está vinculado de alguna forma a la producción.

Tras el conflicto está la situación del mercado europeo del acero. Acerinox trata de ajustar al máximo los ritmos de producción y consumo. “La empresa afirma que registramos pérdidas”, asegura Valencia, “pero llevamos 50 años aquí y la empresa está renovando maquinaria”. Cuestión de confianza, Acerinox siempre ha dicho que quiere preservar o mantener su carácter español. “En [Los Barrios, Algeciras] no estamos discutiendo subidas salariales como tradicionalmente, sino flexibilidad para un nuevo modelo de negocio”, resume el consejero delegado de Acerinox. Es una forma de responder a la presión de los cambios y de la competencia. Dato: en 2000, C hina producía un 3% del acero inoxidable mundial; en 2023, China y sus subsidiarias en Indonesia, copan el 75% de la producción mundial. Como en otros negocios, en el del acero toca espabilar. Y tener claro el objetivo. Lo dijo un cordobés llamado Séneca: ningún viento es favorable para el que no sabe a qué puerto va. O qué vende.

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