Oriol Pinya (SpainCap): “El próximo Gobierno debe ver al sector privado como un aliado”
El presidente de la asociación de capital riesgo cree que la industria no debe buscar la rentabilidad a cualquier precio y asegura que hay que caminar hacia un “capitalismo consciente”
Oriol Pinya (Sabadell, 1972) es desde 2022 el presidente de SpainCap —antigua Ascri—, la asociación que agrupa a las entidades de venture capital y private equity en España. Pinya lleva casi toda su carrera profesional vinculado al negocio del capital riesgo —él prefiere llamarlo capital privado—: trabajó durante 15 años en Apax Partners y en 2014 fundó Abac Capital, firma de la que es consejero delegado.
Pregunta. ¿Qué objetivos se ha marcado para su mandato al frente de SpainCap?
Respuesta. Los objetivos de la junta son tres: liderar, influir y servir. Influir en el sentido de que el capital privado en España es un actor muy relevante y queremos favorecer políticas que impulsen la innovación, el emprendimiento y la actividad social. Queremos hablar con las empresas y con la Administración para caminar hacia un capitalismo consciente. Eso conlleva la responsabilidad de liderar el cambio. Representamos a 200 gestoras y tenemos 3.000 empresas participadas. Es todo un ejército para hacer el bien y construir una sociedad más diversa y equitativa. No se trata solo de ganar dinero, sino de dejar un planeta y una sociedad mejores. Por último, cuando hablo de servir me refiero a que en la asociación tenemos mucho talento, gente con formación que tiene mucha experiencia en la gestión y que puede ayudar a diferentes asociaciones.
P. Oyéndole hablar no sé si estoy entrevistando al responsable del capital riesgo o al fundador de una ONG. ¿Dónde queda la búsqueda de la rentabilidad, a veces a muy corto plazo, que les ha caracterizado?
R. El mundo ha cambiado y hoy las empresas tienen un compromiso con la sociedad en la que viven. Las compañías son también responsables de hacer de este un mundo mejor. Por lo tanto, tenemos que buscar una triple rentabilidad: la financiera (los clientes invierten en nuestros fondos para ganar dinero, pero no a cualquier precio), medioambiental y social.
P. ¿Por qué decidieron cambiar el nombre a la asociación?
R. Ascri no era un nombre fácil y buscábamos dar un empujón a la asociación. El mensaje de que aquí cabe todo el mundo. [El nuevo nombre] aúna el objetivo de ganar dinero, pero con un país que innove, que sea mejor y donde hay más justicia social. Trasmite esta filosofía: buscamos un capitalismo consciente. También hemos asumido el compromiso de ser más transparentes para que la gente nos conozca más. Porque el capital privado, además de generar rentabilidad, promueve empleo de calidad. Las empresas donde estamos presentes generan más empleo que aquellas donde no hemos invertido, y además con sueldos por encima de la media. Cuando un fondo invierte en una empresa es una buena noticia, quiere decir que podrá crecer más rápido.
P. ¿Cómo está siendo el año para el sector del capital riesgo?
R. El año empezó con malos augurios económicos. Esa niebla en el horizonte redujo la visibilidad, y cuando esto ocurre lo primero que se hace es parar. Por suerte, esa niebla se ha ido disipando y cuando ahora preguntas a las gestoras y al resto de participantes en esta industria te dicen que están trabajando más que nunca. Eso quiere decir que en los próximos meses vamos a ver un repunte del número de operaciones. Somos de los países de Europa con más crecimiento donde la inflación está más controlada. Esperemos que eso se refleje en la inversión y que el segundo semestre sea muy bueno. El entorno no es fácil, nos gustaría que hubiese más financiación bancaria o que bajasen los tipos de interés, pero a pesar de ello confiamos en que se crucen operaciones.
P. ¿En qué sectores espera más movimientos?
R. Vemos mucho interés por aquellos sectores relacionados con la transformación económica, especialmente en ámbitos como la transición energética y la lucha contra el cambio climático. También vemos mucho movimiento en todo lo relacionado con sanidad, educación e industria. El sector industrial fue el gran olvidado durante muchos años con la externalización de la producción, sobre todo a Asia. Tras los problemas logísticos que hemos visto en las cadenas de suministro, mucha de esa inversión industrial está volviendo a Europa, especialmente a España por sus costes laborales. Esta tendencia es muy importante para nuestra economía porque nos hará más resilientes ante la próxima crisis.
P. Durante los últimos años, la Bolsa ha estado cerrada como ventana de desinversión para los fondos. ¿Cree que esta situación continuará?
R. Cuando los tipos de interés se vayan estabilizando, la Bolsa se irá animando y volverán las OPV. Eso será una buena alternativa de desinversión para los fondos, sobre todo para las grandes operaciones. Con independencia de eso, es verdad que habría que tener un debate sereno acerca de cómo mantener las ventajas de la Bolsa, que las tiene y muchas porque te da una liquidez inmediata, y, al mismo tiempo, simplificar los procesos sin que eso signifique reducir los controles supervisores.
P. El coste de financiación se ha encarecido. ¿Cómo afecta al venture capital? ¿Son más exigentes los fondos a la hora de apoyar a las start-ups españolas?
R. Una subida de tipos tan agresiva como hemos visto lo que produce es una corrección a la baja de las empresas. El ritmo inversor en nuevos proyectos se ha frenado porque se tiene que ajustar a esta nueva situación tanto la oferta como la demanda. Eso está provocado dos cambios. En primer lugar, los inversores son un poco más prudentes e intentan encontrar empresas donde el binomio rentabilidad y riesgo compense un poco más. Por su parte, muchos emprendedores están ajustado el modelo de negocio sacrificando crecimiento para priorizar la entrada en rentabilidad.
P. ¿Qué le pediría al próximo Gobierno?
R. Que facilite la innovación, ponga unas reglas de juego claras para todo el mundo y reduzca los plazos burocráticos. Para que una economía funcione debe de haber regulación, pero también agilidad. No podemos permitirnos que los proyectos se paren por retrasos que a veces no somos capaces ni de entender. También me gustaría que se nos viese al sector privado como un aliado, que no se busque la confrontación.
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