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El ‘boom’ inversor apunta a los supermercados y la restauración

Condis, Sánchez Romero, Supersol y La Sirena han cambiado de dueños en los últimos meses, mientras los fondos miran con apetito a restaurantes y franquicias

Supermercados
Supermercado de BM en Tres Cantos (Madrid).
Cristina Galindo

Los supermercados se han convertido en uno de los grandes sectores refugio durante la pandemia, que detonó una batería de operaciones corporativas en el sector. Condis, Sánchez Romero y Uvesco han cambiado de manos en los últimos meses y todo apunta a que los movimientos no se han agotado. El interés inversor se extiende a la restauración, donde también se vive una fiebre de operaciones. Los expertos consideran que los movimientos se mantendrán en los próximos meses con los supermercados regionales y los restaurantes de comida rápida entre los objetivos favoritos.

La incertidumbre y la inflación que sacuden la economía no parecen enfriar los ánimos de vendedores y fondos. “En el sector de los supermercados en España conviven grandes líderes con otros regionales y eso no pasa en otros países, y es un negocio en el que puede haber más integración, aún le queda recorrido para consolidarse, y es por ello interesante para un inversor, porque esa integración y consolidación genera mucho valor”, explica Juan Luis Ramírez, socio fundador de Portobello Capital. Se trata de cadenas que operan principalmente en una comunidad autónoma en la que, según los casos, llegan a tener más cuota de mercado que las empresas que operan a nivel nacional. Es el caso de Condis en Cataluña, Consum en la Comunidad Valenciana y AhorraMás en Madrid.

Fue precisamente Portobello quien invirtió en Condis en 2021. La firma entró en el capital en diciembre pasado junto con el equipo directivo de la cadena (un 45% Portobello y el resto, los ejecutivos). La operación, valorada en 270 millones de euros, supuso la salida de la familia Condal tras 60 años. Antes, hace justo un año, se anunció la compra de Sánchez Romero por El Corte Inglés, que no es un fondo de capital riesgo, pero es una muestra clara del atractivo de este mercado. O la reciente venta de 235 supermercados Dia, anunciada en agosto, a Alcampo por 267 millones. Hubo más operaciones el año pasado, como la compra por parte de Carrefour por 172 tiendas Supersol (y el traspaso de 38 a Cash Lepe y Froiz) y la venta de La Sirena al empresario José Elías, propietario de Audax Renovables, en una operación valorada en 100 millones. Se añade la venta de GM Food al grupo suizo Coop por 230 millones y la venta por parte del grupo Eroski de la mitad de su filial Supratuc 2000, bajo la que opera los supermercados Caprabo y Cecosa, al holding checo EP Corporate Group, propiedad del magnate Daniel Kretinsky.

Una de las últimas operaciones fue la compra del grupo vasco Uvesco, propietario de BM Supermercados y Super Amara, por el fondo británico PAI Partners. “En el caso de supermercados hay un interés manifiesto de los grandes de adquirir cadenas regionales y, además, tenemos inversores financieros que ya han entrado con la idea de crecer vía adquisiciones como PAI Partners o Portobello”, explica Borja Oria, managing partner de Arcano, que el año pasado asesoró en la venta de La Sirena. “Ahora estamos en el proceso de venta de una cadena de supermercados regional”, afirma.

Sector refugio

La distribución de alimentación se ha convertido en un valor refugio, que muestra resistencia incluso cuando la economía flaquea, al tratarse de bienes básicos. “El capital riesgo ha sabido identificar los sectores que, después de la pandemia, iban a recuperarse rápidamente”, explica José Antonio Zarzalejos, socio de Corporate Finance y Fusiones y Adquisiciones de KPMG. “En los últimos años hemos vuelto a ver mucha actividad en alimentación y consumo; se ha generado un escenario muy atractivo: negocios que sufren por situaciones anómalas y se recuperan rápido cuando la situación se normaliza. También se puede comprar a buen precio negocios en situación delicada, y que será favorable en un momento de recuperación”, añade.

Estas operaciones se producen en momento récord para el capital riesgo, que según los expertos, va a seguir creciendo después de que en 2021 la industria registrara el segundo mejor año de su historia, con inversiones en España por 7.494 millones, según los datos de Spaincap, la patronal del sector.

Otro aliciente en el caso de los supermercados es que la pandemia impulsó su facturación en 2020, con una cifra de negocio un 6,8% superior a la de un año antes, hasta los 95.000 millones, según los datos de la consultora Nielsen. Y aunque este año puede no ser tan bueno, por el fin de las restricciones y la vuelta al consumo en restauración, los expertos confían en que se mantenga estable. Las cadenas regionales están entre las que más han crecido, con aumentos de las ventas de dos dígitos, por encima de los grupos de carácter nacional. Kantar Worldpanel sitúa la suma de la cuota de mercado de las firmas regionales como el segundo actor de la distribución en España, con un 15%, solo detrás de Mercadona. “Creo que sigue habiendo interés en el sector porque es estable y genera mucha caja, es un buen negocio”, afirma Ramírez.

Negocio ‘fast food’

Las cadenas de restauración y las franquicias también despiertan interés y los expertos pronostican una nueva ola de movimientos corporativos. Una de las operaciones más llamativas ha sido la compra por parte del fondo de private equity Cinven de la franquicia de Burger King en España, Restaurant Brands Iberia, por unos 1.000 millones. Una de las más recientes se anunció en junio: el fondo británico BlueGem, dueño de la cadena de restaurantes Lateral, cerró un acuerdo con Nazca Capital, un veterano fondo español, para la compra del 100% de Foodbox, propietario de Taberna del Volapié, Santagloria, Papizza y MasQmenos. El nuevo grupo tendrá una facturación de unos 110 millones.

También negocios como las panaderías: la gestora española Realza Capital anunció en mayo la entrada en la cadena catalana de panaderías Turris, que busca expandirse por el resto del país. El directivo de Arcano, firma que estuvo asesorando en esta operación, explica que “en el caso de la restauración las tendencias son positivas y los inversores, tanto industriales como financieros, siguen buscando oportunidades”. Entre las razones, “la fragmentación del sector que deja un gran recorrido para el crecimiento de las cadenas y la consolidación del sector” y que se trata de un “sector que genera mucha liquidez y circulante, lo que facilita hacer operaciones con estructuras apalancadas”.

El negocio fast food se encuentra entre los favoritos. “En restauración, la comida rápida es un valor que no falla porque anticipa un entorno de contracción del consumo”, opina Zarzalejos. Pero también restaurantes de segmento más alto resultan interesantes. Borja Oria pone como ejemplo el grupo Paraguas. “Adicionalmente los dos grandes cotizados, Alsea [grupo de restauración que opera marcas como Domino’s Pizza, Foster’s Hollywood, Starbucks o VIPS] y Amrest [dueño de La Tagliatella y operador de marcas como KFC], tienen el crecimiento vía adquisiciones como parte de su estrategia”, añade. “Por otro lado, hay algunas cadenas que tiene mucho sentido que se fusionen o crezcan vía adquisiciones. El hecho de que varias empresas del sector estén participadas por fondos de inversión anticipa que durante los próximos años tendrán que realizar su salida, y por tanto siga habiendo transacciones corporativas”. Las marcas más conocidas del sector, como Goiko Grill y Lizarrán, por ejemplo, están controladas por private equity. El grupo Larrumba está en manos parcialmente (30%) de Aurica Capital. O Cañas y Tapas es propiedad del fondo Axon Capital.

“Va a haber una dinámica hacia la concentración”, coincide Juan Luis Ramírez, que destaca otros sectores que tienen mucho recorrido, como todos aquellos que se puedan beneficiar de los procesos de relocalización de las empresas desde Asia hacía lugares más cercanos a Europa y EE UU. “Hay operaciones paradas, pero creo que los próximos tres años van a ser muy buenos para el capital privado en general”, afirma. Aparte de los supermercados y la restauración, serán prioritarias las inversiones en sanidad, educación y tecnología: “La clave estará en cómo se comporte la economía en el último trimestre”, advierte Zarzalejos. Ninguno de los expertos consultados espera, al menos de momento, una hecatombe.

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Sobre la firma

Cristina Galindo
Es periodista de la sección de Economía. Ha trabajado anteriormente en Internacional y los suplementos Domingo e Ideas.

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