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Los directivos se enfrentan a la hora de las decisiones más difíciles

Los líderes empresariales cambian sus prioridades con la desaceleración económica para centrarse en el cliente y en la reducción de costes

Desde arriba: José Ignacio Goirigolzarri (Caixabank), Helena Herrero (HP), Enrique Sánchez (Adecco), Ismael Clemente (Merlin), Alberto Granados (Microsoft) y Ángeles Delgado (Fujitsu).
Desde arriba: José Ignacio Goirigolzarri (Caixabank), Helena Herrero (HP), Enrique Sánchez (Adecco), Ismael Clemente (Merlin), Alberto Granados (Microsoft) y Ángeles Delgado (Fujitsu).
Carmen Sánchez-Silva

Es el mantra. Los directivos tienen que ser optimistas. Da igual que la economía viva el mejor de los momentos posibles o que la recesión enseñe su patita, como parece que va a ocurrir en los próximos meses. José Ignacio Goirigolzarri, presidente de CaixaBank, cree que es “un deber moral”, y Domingo Mirón, su homólogo en Accenture, una obligación. En tiempos de incertidumbre desbocada, los líderes deben responder “generando energía, siendo capaces de transmitir optimismo a los equipos”, expresa Alberto Granados, directivo al frente de Microsoft.

Navegar en aguas cada vez más turbulentas, cuando todas las previsiones apuntan a que nos vamos a enfrentar “en los dos próximos trimestres a crecimientos próximos a cero”, según decía Goirigolzarri en el VI Congreso Internacional de Directivos, organizado esta semana por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD), exige “mantener la cabeza fría cuando todo el mundo la pierde e irse preparando para tomar decisiones muy difíciles”, advertía Ismael Clemente, vicepresidente y consejero delegado de Merlin Properties.

Y antes de precipitarse con las resoluciones, Rafael Miranda, expresidente de Acerinox, aconseja que lo primero que tiene que hacer un ejecutivo es conciliar bien el corto y el largo plazo “ante una presión brutal de los mercados para responder a lo inmediato”; esa es la manera de asegurarse de que las medidas que introduce para responder al momento coyuntural no comprometen el futuro de la organización. “Es clave manejar la zancada corta y la zancada larga”, sostiene Granados, para quien “lo peor en este momento es ser táctico”.

“El primer reto que tienes es de cambio de entorno, al que te has de adaptar. En momentos de incertidumbre muy fuertes, con gran inflación que está exigiendo al Banco Central Europeo subir los tipos de interés, lo primero que hay que hacer es ver cómo afecta esto a tus clientes y, en consecuencia, cómo te adaptas a sus necesidades. La decisión que estamos tomando es estar muy cerca de ellos, tanto de las familias como, sobre todo, de las empresas, entender lo que quieren, intentar asesorarles y financiarles”, señala el presidente de CaixaBank, en un momento en el que los impagos están en mínimos históricos, pero van a aumentar en el año próximo, dice.

Pero junto a ese capítulo que responde a las necesidades de 2023, hay otros en los que “es crítico” seguir trabajando: el cambio climático, la digitalización, la gestión del talento y “en cuarto lugar, en una situación como esta de potencial crisis, aunque no creo que vaya a haber crisis, pero puede darse, tenemos la responsabilidad de apoyar a la sociedad a la que servimos, donde se están incrementando los niveles de vulnerabilidad”, añade Goirigolzarri.

Eficiencia

Helena Herrero, presidenta de HP, también pone el foco en ayudar a los clientes en su transición digital, además de en ganar eficiencia: “No puedes evitar el incremento de la inflación, pero estamos respondiendo a él con subidas de precios y recorte de los gastos”. Y en esa conjunción entre corto y largo plazo, Herrero considera que hay que focalizarse en las áreas de futuro, donde existen muchas oportunidades, para no llegar tarde cuando se produzca la salida de la crisis.

Ismael Clemente considera que ante el cambio de escenario, con una inflación no controlada y tipos de interés altos, lo primero que debe hacer un líder es revisar sus activos y líneas de negocio para identificar las que menos añaden a la actividad diaria y desprenderse de ellas. “Antes de que tengas la tormenta encima, lo primero que hay que hacer es eliminar deuda, que sustrae recursos para obtener retorno. Así entras en el ciclo recesivo, en el que siempre se sufre, con un endeudamiento más bajo y con capacidad para aprovechar las oportunidades que se presenten”.

Los presidentes de Microsoft y Accenture se encuentran en ese momento de aprovechar esas oportunidades. “Nos enfrentamos a un mercado dinámico, con aristas, pero con muchas oportunidades. El más rápido y atento a las necesidades del cliente va a salir reforzado”, dice Domingo Mirón. “En un entorno con muchos vientos en contra, la digitalización y la innovación son vientos de cola. Deflacionistas en momentos inflacionistas”, explica Granados. Aunque la situación exige ser más selectivo con los acuerdos y, sobre todo, mucho más dinámico en las decisiones, agrega. Microsoft asegura que sigue reclutando talento en un entorno en el que las grandes tecnológicas están anunciando despidos masivos. “En los últimos cuatro meses hemos crecido en 100 personas en España y vamos a duplicar el personal de nuestro centro de inteligencia artificial de Barcelona”, señala Granados. Eso sí, la multinacional está ajustando su plantilla hacia los nuevos perfiles: de los 220.000 empleados que tiene en el mundo, han salido 1.000 personas, “pero nuestro compromiso en los próximos tres años es generar 50.000 empleos”, explica.

Para Enrique Sánchez, presidente de Adecco, “la recesión que estamos viviendo generará destrucción de empleo con toda seguridad”. Su compañía se está preparando ante este escenario acelerando el crecimiento de áreas como el outsourcing, la formación y la consultoría para contrarrestar la menor actividad del trabajo temporal. “Llega una recesión importante y la reducción de plantilla será nuestra última opción. Podríamos plantear ERTE para preservar el empleo”, asegura. Porque, para la mayoría de los ejecutivos consultados para este reportaje, las decisiones más difíciles de todas siempre tienen que ver con las personas.

En un contexto complejo, con un alto grado de incertidumbre y con nuevos retos a los que los consejeros delegados debemos enfrentarnos, los ejecutivos han de anticiparse y preparar a la compañía, sostiene Ángeles Delgado, presidenta de Fujitsu. “Si hay algo que tiene que hacer un líder es generar confianza”.

Reivindicación del papel del empresario

El VI Congreso Internacional de Directivos organizado por la APD ha reunido a más de 2.200 ejecutivos esta semana en Sevilla. Tenían ganas de verse las caras tras la suspensión de esta cita bianual en dos ocasiones por la pandemia. Laura González Molero, presidenta de la organización, que invitó a este periódico al evento, aprovechó el foro para hacer una “sana reivindicación”: “No puede ser que por razones políticas la empresa esté siendo atacada. No se la puede estigmatizar como causa de todos los males”, dijo. Y el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, incidió en la misma idea: “La figura del empresario no está reconocida como debiera”. “Se está planteando que nos estamos forrando. Pero en 2021 los resultados empresariales fueron de 100.000 millones y este año han bajado en más de 7.000 millones”, dijo. Y también José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Caixabank: “Hay que poner en valor a las empresas y a los empresarios. Echo en falta que se hable del empresario como un actor capaz de cambiar las reglas del juego”. 

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Sobre la firma

Carmen Sánchez-Silva
Es redactora del suplemento Negocios. Está especializada en Economía (empleo, gestión, educación, turismo, igualdad de género). Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Previamente trabajó en La Gaceta de los Negocios, Cinco Días, Ranking, Mercado e Ideas y Negocios. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense.

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