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Recursos humanos en tiempos de guerra: así cuidan las empresas españolas a sus empleados en Ucrania

Muchas compañías activan protocolos para enviar donaciones, auxiliar a sus trabajadores y definir estrategias en zona bélica

Oficinas de la Cruz Roja en Madrid.
Oficinas de la Cruz Roja en Madrid.

El ucranio Yuriy Kvasnytskyy es responsable de la oficina de pacientes internacionales de la Clínica Universidad de Navarra y presidente de la Asociación Beregynia. Su familia permanece en Ucrania: “Mi empresa me ha dado todas las facilidades para traerles, pero prefieren no salir”. Desde que comenzó la invasión, no ha parado. “Estamos al habla con pacientes que necesitan tratamiento para abandonar la zona y atendemos a los que no han podido regresar”. La empresa le da tiempo libre, “al que sumo todas mis horas, para organizar la ayuda humanitaria”. Confiesa que se encuentra emocional y psicológicamente “devastado”, pero “el apoyo de los compañeros me da una fuerza enorme”.

Empresarios y directivos trabajan a destajo para definir protocolos de ayuda dirigidos a empleados que, como Yuriy, residen en España, a sus familias, también a sus trabajadores residentes en los países en conflicto o a aquellos que cuentan con seres queridos allí. El tiempo les apremia para elaborar, además, estrategias y planes de acción aprovechando la infraestructura, operativa y sinergia de sus negocios en favor de los desplazados. La patronal hotelera CEHAT está movilizando al sector para poner camas a disposición de los refugiados y la plataforma de intercambio de casas HomeExchange ofrece 1.246 alojamientos gratuitos, de los que 184 se encuentran en nuestro país.

“Estamos ante una respuesta sin precedentes” de compañías con presencia o no en la zona de conflicto, reconoce Jaime Gregori, director de alianzas con empresas, captación de fondos y responsabilidad social de Cruz Roja, quien califica de “extraordinario” el momento de solidaridad y la movilización del tejido empresarial, “lo que no suele ser habitual en conflictos armados”. Él lo achaca “a la proximidad de la invasión”. Y añade: “Estamos ante un ejercicio de 360 grados donde las empresas están interactuando con todos sus públicos (empleados, clientes, proveedores) para captar recursos”. Una ayuda que canalizan, sobre todo, a través de ONG que actúan sobre el terreno como Cruz Roja, Unicef o ACNUR. “Contamos con equipos de refuerzo para atender la cantidad de donaciones”, dice.

Gregori hace un llamamiento: “Pedimos a las empresas que, en estos momentos, prioricen las donaciones económicas sobre las humanitarias o en especie”. Según el responsable de Cruz Roja, “salud, alojamiento y comida son ahora cruciales para los refugiados”. También que puedan disponer de tarjetas de prepago en los países de acogida. Las donaciones no se han hecho esperar y las compañías ya han anunciado aportaciones como Amazon (cinco millones de dólares), Inditex (tres millones de euros), Banco Santander o BBVA, un millón de euros cada una, Mango (100.000 euros) o Mapfre (70.000). Fundación Vodafone donará 500.000 euros y ha habilitado un número de móvil para ayudar a Save the Children con los más pequeños en Ucrania.

Los gabinetes de crisis corporativos estudian cómo auxiliar a los empleados y sus estrategias empresariales en la zona armada. El grupo logístico DPDHL ha aconsejado a sus trabajadores “permanecer en casa con sus familias” y ha cerrado sus oficinas y operaciones hasta nuevo aviso. BBVA, con seis trabajadores ucranios, está en contacto con cada uno para definir sus necesidades y Grupo Dia, con 20 empleados del país, valora otorgar permisos retribuidos a los que se reagrupen con sus familiares procedentes de Ucrania. También estudia ayudas económicas puntuales a los que acojan a desplazados en sus hogares e incorporará en su plantilla a refugiados. Por su parte, Caixabank facilitará las transferencias a Ucrania y las donaciones a las ONG sin coste. En unos días, los clientes de bancos ucranios podrán usar gratis sus cajeros.

Trabajo a contrarreloj

Inditex y Mango siguen muy de cerca el conflicto. El grupo controlado por Amacio Ortega tiene como prioridad en Ucrania la seguridad de su plantilla y de sus familias. “Se van a ir tomando las decisiones adecuadas a los acontecimientos”, aseguran fuentes de la firma. En Rusia, la compañía ha suspendido “temporalmente sus operaciones” y está desarrollando un plan especial de apoyo para sus más de 9.000 empleados. Desde Mango trabajan a contra reloj para apoyar legal y económicamente a sus colaboradores y mantiene contacto con cada uno. En Ucrania ha cerrado temporalmente sus 14 tiendas, propias y franquiciadas, mientras que en Rusia, de las 120 tiendas, continúan operando las 65 que son franquicias así como los marketplaces.

Voluntarios de la Fundación Telefónica.
Voluntarios de la Fundación Telefónica.

Otras compañías no dan abasto para sumarse a diferentes iniciativas. Es el caso de Telefónica, que además de donativos a Polonia y Rumania “para atender a los desplazados”, según Carlos Palacios, director de acción social y voluntariado de Fundación Telefónica, “hemos puesto en marcha el envío de miles de teléfonos y dispositivos tecnológicos a través de Alemania”. También ofrece roaming gratis en Ucrania y son cada vez más los voluntarios preparados para ayudar a los refugiados que vayan llegando a España tanto en necesidades básicas y de papeleo como en integración cultural.

Gestionar la incertidumbre en los jóvenes y el contacto con sus familiares es el reto al que se enfrentan instituciones educativas como IE University, que acaba de desplazar el trabajo de la oficina de Moscú a Madrid. Con 90 alumnos rusos y ucranios, “trabajamos para darles seguridad y continuidad en sus estudios mediante becas, incluso de manutención. Por su juventud estamos muy pendientes de ofrecerles apoyo psicológico”, apunta Sabine Yazbeck, responsable global de estudiantes de la entidad, quien subraya “les asesoramos en caso de querer volver a sus países o para traer a sus familias. Los 90 alumnos están muy unidos, condenan la guerra y trabajan juntos por la causa ucrania, pero también para que no se discrimine a los estudiantes rusos”, sostiene Yazbeck. Otros miembros de la Comunidad IE se han trasladado a la frontera con Hungría para determinar cómo ayudar en el conflicto.

Convoy desde Valencia

La Generalitat de Valencia, en colaboración con los Gobiernos de Ucrania y Polonia, ha fletado un convoy para recoger material humanitario y trasladarlo hasta centros logísticos de Polonia. En él van a participar compañías como Telefónica, Endesa, Iberdrola, Indra, La Caixa o Amadeus y siguen sumándose otras muchas. También lo harán compañías locales como Ubesol, Velarte, Pikolín Home o Cleanity.
“Vamos a habilitar en nuestras oficinas de cinco ciudades puntos de recogida de material humanitario donado por los empleados y, una vez acumulado, lo trasladaremos a Valencia”, apunta Begoña Barberá, responsable de proyectos sociales de Iberdrola. En esta acción va a colaborar toda la plantilla de la eléctrica, de 8.000 trabajadores. “Cada kit de ayuda irá acompañado de una postal con frases de apoyo en ucraniano escrita por los empleados”, concluye Barberá.



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