Cuál es la mejor opción para financiar la reforma de su casa
En el mercado hay diferentes alternativas para sufragar el coste de las obras y conviene conocer la letra pequeña de cada una
Quien no pinta las paredes, acuchilla el suelo, cambia el baño o moderniza la cocina. Aunque no son pocos los que transforman de arriba abajo su vivienda. Unos tiran de ahorros, mientras que otros contratan financiación animados por las intensas campañas de publicidad de las entidades.
El pasado año comenzó la revolución del pico y la pala en las viviendas. Las peticiones se dispararon de tal manera que las listas de espera acumularon varios meses y en algunos casos llegan hasta hoy. Cuesta recordar un año tan próspero para las reformas. La Asociación Nacional de Distribuidores de Cerámica y Materiales de Construcción (Andimac) describe lo sucedido en 2021: “Se realizaron en torno a 1,4 millones de reformas en viviendas, lo que supone un crecimiento de entre el 10% y el 12% respecto a 2020. También se recuperaron sobradamente los niveles de 2019″, cuenta Sebastián Molinero, su secretario general. El volumen de negocio superó los 19.000 millones de euros, un 16% más que un año antes, según Andimac, que vaticina cierto regreso a la normalidad este 2022.
Como novedad, se hicieron más obras de gran envergadura que años atrás. “La reforma integral se situó por primera vez como el trabajo más demandado, por encima de otros como la pintura, tradicionalmente a la cabeza del ranking”, señalan en el portal Habitissimo, que calcula que el coste medio de estos trabajos integrales ascendió a 58.000 euros. En el caso de este portal, el 71% de los usuarios usó ahorros y el resto un préstamo bancario.
El ahorro siempre ha sido la forma tradicional y más extendida de pagar una reforma, sobre todo las de menor coste. Tanto más tras la hucha acumulada durante el gran confinamiento. Así ocurrió en la empresa de reformas Midan Home: “El año pasado la mayoría de nuestros clientes pagaron las obras con dinero ahorrado”.
Aunque echar mano de financiación al consumo es una alternativa que cada año —con la excepción de 2020— ha ido ganando terreno. En 2021, el importe total de créditos al consumo fue de 28.420 millones de euros, una cifra que superó la de 2020 (26.600 millones), aunque sin recuperar los niveles previos a la covid (36.237 millones en 2019), según el Banco de España.
María F. está a punto de ver concluida la reforma integral de su vivienda, cuyo presupuesto asciende a 38.600 euros y para el que ha solicitado un préstamo personal con ING de 40.000 euros a ocho años al 4,33% TAE. Paga 550 euros al mes. Aunque María tenía unos pocos ahorros, no quería perder ese colchón para posibles imprevistos. De la operación destaca su sencillez: “Fue como tomarse un café, en dos pasos ya tenía el dinero en mi cuenta”. Al ser cliente de la entidad, María disponía de un préstamo preaprobado, por lo que la operación fue inmediata.
Los clientes buscan rapidez en estos procesos. De hecho, el comparador Prestalo indica que “las solicitudes de préstamos online se dispararon hasta el 80% en 2021 respecto al año anterior”. Casi cuatro de cada diez fueron destinados a mejoras en las viviendas. “Hemos detectado una tendencia alcista en la demanda de créditos de consumo dedicados a reformas para el hogar”, indican. El importe medio solicitado fue de 7.318 euros. Según cuentan en Prestalo, “la previsión para 2022 es seguir creciendo, ya que los usuarios están cada vez más informados y familiarizados con este tipo de créditos. Además, las tasas de interés se han ido ajustando para poder ser más competitivos”.
Pero no solo se financiaron reformas, sino también decoración y equipamiento. Un informe reciente realizado por la Asociación Nacional de Establecimientos Financieros de Crédito (Asnef), en colaboración con Kantar, concluye que los productos y servicios más financiados en 2021 fueron los electrodomésticos, el mobiliario y el menaje del hogar (54%). En 2018 era del 48%.
Cuando se recurre a financiación conviene saber que hay varias opciones, más o menos convenientes en función de la cantidad de dinero que se necesite. La primera es ampliar una hipoteca vigente. “Es conveniente si se necesitan grandes cantidades de dinero, más de 50.000 euros, porque tiene un tipo de interés más bajo —no suele superar el 2% TAE— que los créditos al consumo u otro tipo de préstamo personal. El inconveniente es que el banco puede exigir una subida del tipo de interés, aunque lo habitual es pactar una ampliación del plazo de la hipoteca para que las cuotas no suban”, cuenta Miquel Riera, responsable de hipotecas del comparador de productos financieros HelpMyCash. Si la vivienda está libre de cargas se puede solicitar una nueva hipoteca.
Otra vía es pedir un crédito al consumo o préstamo personal. “El interés es más caro, pero puede ser una buena opción para conseguir cantidades de dinero más pequeñas”, sostiene Riera. Y con más rapidez: una o dos semanas. Los intereses varían en cada entidad —la media de diciembre fue del 7,30% TAE, según el Banco de España—. “El importe concedido suele ser de entre 1.000 y 50.000 euros, mientras que el plazo de devolución va de seis meses a diez años”, añade Riera. La financiera puede cobrar una comisión de apertura y otra de estudio (entre el 0% y el 2%).
Pisar sobre seguro
La fórmula más habitual es contratar a través del banco. Aunque hay otros establecimientos financieros de crédito, como Cofidis o Bankinter Consumer Finance, que prestan dinero con la autorización del Banco de España. “El 86% de los españoles prefiere contratar servicios de financiación a través de una entidad regulada”, recoge el estudio de Asnef. En Cofidis el tipo de producto más solicitado para las reformas es un préstamo personal de 4.000 a 60.000 euros a partir del 4,95% TIN (5,06% TAE). “En 2021 representó el 44% del total, con un aumento del 10% respecto a 2019. El importe solicitado aumentó ligeramente un 1%, situándose en 9.780 euros”, dice Anna Golsa, directora de Digital Business y Marketing de Cofidis.
Ahora bien, lo más importante de cualquier préstamo es poder devolverlo. En caso de impago, la entidad aplicará el interés de demora establecido en el contrato. Según el Tribunal Supremo, no puede superar por dos puntos porcentuales el interés remuneratorio, recuerdan en Helpmycash.
Aunque en CECU recomiendan siempre acudir a una entidad financiera, reconocen que hay consumidores cuya situación económica impide esta vía y se ven abocados a los créditos rápidos. El peligro es que la mayoría de las empresas que conceden este tipo de financiación no están supervisadas por el Banco de España, y “al no exigir apenas requisitos para su concesión, las condiciones son mucho más gravosas”, señala César Díaz, abogado de Cecu. “Es especialmente importante conocer las consecuencias en caso de impago”, insiste. Los intereses que cobran son superiores al 20% e inferiores al 27%, que es lo fijado por el Tribunal Supremo como interés usurario. Según la OCU, en caso de impago “los costes se disparan aún más, cargando comisiones por reclamación de posiciones deudoras e intereses adicionales que harán que la deuda aumente exponencialmente”.
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