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El giro de la política monetaria marcará el camino de las divisas

El dólar seguirá revalorizándose frente al euro en 2022 ante un BCE menos agresivo con los tipos de interés

Oficina de cambio del aeropuerto de Madrid el pasado noviembre.
Oficina de cambio del aeropuerto de Madrid el pasado noviembre.Cristina Arias (Cristina Arias)

En el mercado de las divisas se ha colado este año un factor esperado pero determinante: el volantazo en la política monetaria de los distintos bancos centrales para frenar la inflación galopante nacida en 2021. El pasado diciembre fue esclarecedor, ya que tanto la Reserva Federal estadounidense (Fed) como el Banco Central Europeo (BCE) anunciaron sus estrategias. Para el banco central de Estados Unidos, retirada de compras de bonos en marzo y tres subidas de tipos de interés a lo largo de 2022; mientras que el BCE pondrá fin en marzo únicamente al programa de compra de bonos contra la pandemia y mantendrá el resto de es­tímulos sin subir los tipos.

Así, en 2022 se abre un nuevo escenario para las divisas que empezó a cambiar a mediados del pasado año cuando la inflación inició su brusco repunte. Ante los numerosos analistas que pronosticaban una subida del euro frente al dólar como expectativa para 2021, se impuso la realidad de una apreciación del billete verde del 8,79% respecto a la moneda europea, que terminó el año a 1,1279 dólares.

El pronóstico que hacen ahora los expertos es el de un dólar que seguirá fuerte. Por ejemplo, desde Bankinter estiman un rango de 1,09-1,14 dólares por euro, ya que “la reducción de compras de activos por parte de la Fed significa un menor volumen de dólares en circulación, lo que incrementa el valor de la moneda”. Y añaden que “la apreciación será moderada, ya que existen otros argumentos en contra del dólar como el mayor déficit comercial, el mayor gasto presupuestario y el menor atractivo como refugio en un entorno menos incierto”.

En la misma línea, Eva Sun-Wai, gestora de renta fija en M&G Investments, cree que “el aumento de las infecciones por ómicron a nivel mundial y las posturas de política monetaria divergentes en las principales economías deberían mantener al dólar tácticamente fuerte en el corto plazo”. El banco estadounidense Goldman ­Sachs incorpora en su previsión una crítica a la política de Christine Lagarde, presidenta del BCE: “Creemos que esta combinación de retirar parte de los estímulos mientras se retrasa la subida de tipos eleva los riesgos en torno al euro”.

El diferente modelo económico entre EE UU y la eurozona explica en buena medida la fortaleza del dólar para los expertos del banco suizo Julius Baer, que en un reciente informe apuntan que “el modelo de negocio de la zona euro se basa en las importaciones baratas y una buena demanda de exportación. En este contexto, la escalada de precios de las materias primas, sobre todo de la energía, destruyó la ventaja competitiva de la zona euro frente al dólar”. Y añaden: “Al mismo tiempo, los productores estadounidenses pudieron pasar la subida de precios en su economía relativamente cerrada, por lo que no sufrieron el mismo deterioro de sus condiciones comerciales”.

Flujos de capitales en busca de rentabilidad para sus inversiones, diferenciales de inflación y de tipos, mayor o menor dependencia en la financiación de las economías del capital extranjero y los efectos de las variantes de la covid en el crecimiento irán configurando la evolución de los tipos de cambio de unas monedas frente a otras. Eso sí, como indican en Goldman Sachs, 2022 será un año de mucha volatilidad en este mercado que funciona ininterrumpidamente las 24 horas del día.

Libra, yen, yuan

A mediados del pasado mes de diciembre, el Banco de Inglaterra dio la sorpresa al elevar hasta el 0,25% su tipo de intervención desde el 0,10% anterior, primer alza desde 2018. Así, la libra esterlina también parte como favorita para seguir subiendo después de revalorizarse un 5% frente al euro el pasado año. Y unos tipos más altos se trasladan a los bonos y atraen a nuevos inversores. El bono a 10 años del Reino Unido se sitúa en el 1,17% y el estadounidense, en el 1,75%, frente al 0,645% del español, el -0,045% del alemán o el 0,149% del japonés. Unos niveles que han ido subiendo a raíz de las tensiones inflacionistas.

Desde el banco japonés MUFG Bank esperan dos subidas de tipos del Banco de Inglaterra en 2022, lo que mantendrá la fortaleza de la libra frente al euro, aunque, como indican en Bankinter, siempre dependerá de los movimientos que pueda hacer el BCE y de cómo se comporten los mercados de bonos. En M&G Investments confían en una subida de la libra en relación con el euro, aunque matizan que caerá frente al dólar. Y Goldman Sachs apunta que “el ruido relacionado con el Brexit se ha calmado un poco y creemos que las opiniones negativas sobre la libra esterlina son exageradas. La reciente recuperación frente al euro puede prolongarse”.

Una moneda que está al margen de las tensiones inflacionistas que viven la mayor parte de las economías es el yen japonés. Los analistas esperan que se siga depreciando y solo cambiarían esta visión en momentos de mucha incertidumbre y volatilidad, donde podría hacer valer su condición de refugio. Un estudio de esta semana de MUFG Bank sigue apostando por una depreciación del yen frente a las principales divisas, basándose en esos diferenciales de tipos de interés frente al bono estadounidense y también ante la expectativa de que los europeos igualmente vayan hacia arriba.

El yuan chino está fuertemente respaldado por sus autoridades monetarias, según Julius Baer: “Las intervenciones regulatorias del pasado verano dejaron claro que China está siguiendo la estrategia de mantener su moneda fuerte, como hicieran Alemania antes del euro o Japón antes de la gran relajación monetaria”. Una visión que comparten en M&G Investments, para quien el Banco Popular de China ha apuntalado la moneda con reservas. “Los riesgos persisten en el sector inmobiliario y el crecimiento económico, pero estos afectarían en primer lugar al sector de la renta variable, que en realidad tiene un porcentaje muy pequeño de inversión extranjera, lo que hace que las salidas extranjeras sean un riesgo mínimo para la moneda”. Y añaden: “Los diferenciales de tipos más amplios frente al dólar deberían reducir el valor del yuan, si es que se deprecia”.

Emergentes: elecciones y duro castigo

La marcha de las divisas de los mercados emergentes, preferentemente de Latinoamérica, es clave para gran parte de la gran empresa española que puede ver mermadas sus ganancias con su depreciación. El año 2021 ha sido duro, con los ejemplos de Brasil o Turquía, con fuerte castigo a estas divisas. En opinión de los analistas, las economías emergentes de Asia tendrán un comportamiento más estable y son moderadamente pesimistas con las latinoamericanas.
Eva Sun-Wai, de M&G Investments, destaca como principales males los riesgos fiscales, la incertidumbre política, la elevada inflación y el crecimiento débil. “La debilidad del peso mexicano después de las preocupaciones de la covid podría proporcionar un punto de entrada, ya que el país tiene riesgos fiscales y políticos más bajos que algunos otros en la región. Brasil (octubre) y Colombia (mayo) celebrarán este año elecciones, lo que podría estimular algo de volatilidad, pero las valoraciones son baratas y gran parte del ruido político, especialmente en Brasil, puede estar ya en el precio”, indica.
Goldman destaca de Chile su exposición a China y a una política que refuerce su crecimiento. Se muestra más cómodo con México y cree interesante Brasil siempre que el resultado electoral evite los extremos. Por último, Alejandro Arévalo, gestor de deuda de mercados emergentes de Jupiter AM, explica que los países emergentes son mucho más prudentes en la actualidad y también dependen mucho menos de la financiación externa. “Esperamos que esta inflación sea en gran parte transitoria y que se ralentice en 2022, y ya hemos asistido a una caída importante frente al dólar. Eso dará margen de maniobra a las autoridades de los mercados emergentes y permitirá que se estabilicen los tipos de interés”, concluye.

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