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La época dorada del bazar de ortopedia

La sevillana R. Queraltó ha multiplicado por seis su facturación en el último lustro gracias a la internacionalización y la diversificación

Nacho Sánchez
Oficinas de la empresa R. Queraltó en Sevilla.
Oficinas de la empresa R. Queraltó en Sevilla.PACO PUENTES (EL PAIS)

La sevillana Reyes Queraltó pasó un mal 2012. La empresa que había fundado su tatarabuelo a finales del siglo XIX era víctima de la crisis financiera y se vio obligada a realizar un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) a la plantilla. Los cimientos de la compañía se tambaleaban, pero la empresaria se propuso aguantar el golpe e inventar un futuro mejor. Decidió invertir y apostarlo todo a la tecnología. Dos años más tarde, se hizo con el 100% de las acciones de la firma familiar y, poco a poco, los resultados comenzaron a mejorar.

En 2018, “la curva empezó a ascender”, como dice la presidenta del Grupo R. Queraltó. Y en 2020 obtuvieron una facturación récord de 29 millones de euros —un 40% más que en 2019 y multiplicando por seis los datos de un lustro antes— y un ebitda de 4 millones. Ahora, con nuevos proyectos de digitalización e internacionalización en marcha, las cifras siguen en ascenso: prevén crecer un 30% en volumen de facturación en 2021.

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“El negocio nació en 1898”, recuerda Reyes Queraltó. Domingo Queraltó abrió entonces un bazar de productos médicos en Sevilla llamado La Estrella Roja. Mucho ha llovido desde entonces. Primero, dando el salto a otras ciudades españolas y, más tarde, abriéndose a otros productos y al mercado internacional. Una sencilla búsqueda en Google revela que la empresa se dedica a la ortopedia online y al material médico, en parte fabricado por ellos mismos a través de su firma Mobiclinic. Rascando se encuentra mucho más: basta pasear por su tienda web para encontrar desde test de embarazo hasta transportines de gatos, tensiómetros, sillas de ruedas motorizadas, mascarillas o mancuernas cromadas. Hoy cuentan con 20.000 artículos y su tecnología basada en la inteligencia artificial les permite rastrear el mercado para conocer qué productos están funcionando en el comercio por internet y podrían servir para ampliar su catálogo.

Nuevos mercados

“Hemos entrado recientemente en el campo del fitness y las mascotas, también en el de hogar con elementos relacionados con el bienestar”, apunta Francisco Abad, director general de la compañía. “La tecnología que hemos desarrollado nos permite vender casi cualquier producto, pero a nosotros nos va lo complejo. Si ese producto tiene un servicio posventa difícil y logística complicada, mejor. Así la competencia es menor”, subraya Abad. La firma cuenta con unos 3.000 pedidos diarios, de los que un tercio viajan al extranjero, a una quincena de países, lo que supone alrededor del 40% de la facturación anual.

Para apuntalar el servicio de última milla, la compañía dispone de una red de almacenes en una decena de países europeos que complementan la sede central de 4.000 metros cuadrados en el polígono industrial El Pino, en Sevilla. Su objetivo a medio plazo es disponer de instalaciones en las principales urbes europeas y llegar a nuevos países. La compañía ya prepara el desembarco con delegaciones en Emiratos Árabes Unidos, Chile, Colombia y Perú, mientras que lanzará nuevas tiendas online en Grecia o Bulgaria.

Su objetivo es llegar a 30 países a través de tres vías distintas: la venta directa al cliente, la firma de acuerdos con grandes empresas y la presencia en grandes marketplaces como Amazon o AliExpress, además del suyo propio, Clinicalfy.es. En España disponen además de un acuerdo con Bidafarma —y sus casi 10.000 farmacias asociadas—, a quienes, además de material, ayudan con plataformas de formación o mediante respuestas rápidas a consultas a través de un chat desde el proyecto Salud en Casa.

En su plan estratégico 2021-2025, la empresa andaluza prevé alcanzar una facturación de 101 millones de euros y multiplicar por cinco sus beneficios actuales. “Son cifras importantes que permiten hacer cosas muy bonitas. Llevamos cuatro años muy buenos, pero trabajamos con mucha cautela, humildad y prudencia”, asegura Abad. “No tenemos deuda ni inversiones en ladrillo: las contingencias están minimizadas, pero tampoco tenemos una varita mágica”, añade el director general. De hecho, este 2021 sufren algunas dificultades con los transportes o el stock de diversos productos debido a la crisis sanitaria causada por la covid.

Desde la empresa aseguran que uno de sus valores más importantes es el talento de sus trabajadores, aunque prefieren no hacer pública la dimensión de su plantilla. Sí apuntan que se trata de un equipo especialmente joven —la edad media ronda los 25 años— que incluye personal procedente de España, Portugal o China, entre otros países. “Los que superamos los 30 años somos la excepción”, comenta Abad, que destaca la existencia de un departamento de felicidad dirigido por Inmaculada Arjona. Dispone de una red social de comunicación interna y la celebración de eventos y concursos, entre otras iniciativas. “Ser felices ayuda al equipo a esforzarse cuando toca”, añade el directivo.

La empresa también apoya en cuestiones de marketing y comercio electrónico a otras empresas a través del proyecto Rolando.Digital. Uno de sus clientes es la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre de Jerez. “No somos una empresa que dé servicios de marketing, pero sí tenemos conocimiento y queremos apoyar en lo digital a compañías con potencial”, subrayan desde la firma, donde están convencidos del futuro brillante que les espera. “Podemos permitirnos el lujo de seguir creciendo. Y eso es mucho”, sentencia el director general de la compañía.

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