Así son las mejores técnicas de estudio para oposiciones
Preparar el asalto a una plaza de empleo público requiere un esfuerzo y compromiso prolongado en el que influyen aspectos como la organización, las estrategias de estudio y el mantenimiento de hábitos saludables
La seguridad y estabilidad laboral que ofrece una plaza de empleo público constituyen la principal motivación para opositar en España, según el perfil del opositor elaborado recientemente por la Academia Adams: hasta un 43 % de los encuestados la mencionan, seguidos por quienes desean mejorar sus condiciones laborales (34 %), su empleabilidad (23 %) y la conciliación laboral y familiar (16 %). Son hasta 6,8 millones de personas (según datos de OpositaTest) que preparan, principalmente, plazas en la Administración General del Estado (con un 30 %), Sanidad (18 %), Educación (17 %) y Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado (11 %).
Si se tiene en cuenta que casi la mitad (el 45 %) de quienes opositan actualmente lo hacen compaginando su preparación con su empleo en una empresa privada (o en el sector público, para otro 22 %), es fácil de entender la importancia que tiene el recurrir a prácticas que ayuden a sacar el máximo provecho de las horas que se dedican al estudio. Un tiempo y un esfuerzo que, eso sí, dependerá de infinidad de factores que van desde la propia dificultad de la oposición escogida al tiempo que puede invertir cada opositor, las técnicas de estudio empleadas e incluso la mayor o menor calidad de los hábitos de vida que se mantienen.
Las mejores técnicas de estudio para opositar
Sea cual sea la plaza a la que optes, uno de los factores a los que sin duda te enfrentarás es la alta competitividad del proceso de oposición. Resulta, por ello, clave desarrollar un enfoque estratégico integral que incluya técnicas de estudio efectivas. Hay, por ejemplo, quien recurre al conocido método Pomodoro, que intercala periodos de estudio intensivo con otros más cortos de descanso: por ejemplo, alternando 25 minutos de estudio con cinco minutos de desconexión, o 50 minutos estudiando y 15 de descanso, según lo que le resulte más productivo a cada uno.
“La gestión del tiempo es esencial. De hecho, solo contando con una buena planificación se logrará repasar todos los temas del programa, y entrenar las diferentes pruebas que suelen tener las oposiciones”, explica Javier Ramos, subdirector de Innovación Pedagógica de Adams. “Por ello, lo primero que recomendamos es que los alumnos sean muy conscientes del proceso completo, es decir, todos los exámenes que hay que superar y cuándo tendrán lugar. Y después, recurrir a herramientas que permitan señalar los distintos hitos a lo largo del tiempo: apps de tipo planners, bullet journals y calendarios”, añade. Y, finalmente, hacer un seguimiento de todo el proceso, con herramientas para medir los resutados y tener una visión por tema, materia y del total del programa.
Ahora bien, ¿qué estrategias resultan más útiles a la hora de conseguir una mayor retención de conocimiento a largo plazo, esencial en los procesos de oposición? Aunque no hay una sola respuesta que valga para todos, Ramos destaca algunas de las más efectivas:
- Evaluación y autoevaluación periódica. Someterse a pruebas o cuestionarios sobre lo aprendido no solo refuerza el conocimiento, sino que también ayuda a identificar las áreas que necesitan de más atención.
- Elaborar resúmenes y esquemas ayuda a procesar y sintetizar la información.
- Uno de reglas mnemotécnicas como acrónimos, frases o imágenes mentales que asocien conceptos para facilitar la memorización y recuperación posterior de información. Las tradicionales flashcards pueden ser prácticas para repasar conceptos clave de manera constante.
- Conexiones contextuales (relacionar nuevos conocimientos con otros que ya posees o con situaciones reales que la conviertan la información es más significativa), así como diagramas o mapas conceptuales que ayuden a visualizar (y retener) la información adquirida.
- La repetición espaciada es un técnica que consiste en repasar el material en intervalos crecientes: en vez de estudiarlo todo de una vez, revisa la información a lo largo del tiempo.
Errores a evitar al preparar oposiciones
Preparar unas oposiciones con las mayores garantías posibles pasa también por evitar cometer errores que, en vez de potenciar nuestros esfuerzos, los lastren. Así, por ejemplo, es de vital importancia conocer las características del examen al que tendrás que enfrentarte, desde su estructura (si es de tipo test, preguntas de desarrollo o supuestos prácticos, por ejemplo) a otros aspectos como el peso de las materias (a veces, no todas computan igual), el tiempo que se cuenta para responder y el sistema de penalización.
Por otro lado, hay que evitar que el deseo de avanzar lo más rápido posible nos lleve a no reservar un tiempo suficiente para un repaso adecuado de lo que se va aprendiendo. Además, “alternar entre distintos temas o tipos de contenido durante las sesiones de estudio evita el aburrimiento y mejora la capacidad de retención, al mantener activa la mente”, señala Ramos.
Otro error común entre los opositores es el de no realizar simulacros de examen, ya que estos sirven para familiarizarse con el formato de las preguntas, los tiempos y el tipo de evaluación, además de identificar las áreas que necesitan más tiempo de estudio. En este punto, es fundamental no desanimarse ante los fallos cometidos, ya que estos servirán para mejorar de forma progresiva.
Y, finalmente, ¡evita la música! En principio no es buena idea porque, al ser una distracción para tu cerebro, debes hacer un esfuerzo cognitivo por ignorarla, y eso hace que te canses antes. Sin embargo, también hay que tener en cuenta que, si llevas toda la vida haciéndolo, dejarlo de golpe puede costarte e incluso generar ansiedad; y que la música de fondo puede ser aceptable si te sirve para enmascarar otros ruidos del ambiente más molestos, aunque en este caso es mejor usar tapones.
¿Cómo influye la salud en una oposición?
Mantener hábitos de vida saludables no solo es crucial para el bienestar general, sino que también tiene un impacto directo en la capacidad de estudio. De hecho, las personas que cuidan su salud física y mental suelen rendir mejor en tareas cognitivas complejas como la preparación de unas oposiciones. Mantener un enfoque equilibrado de forma integral evita el agotamiento, asegurando que los opositores puedan sostener el esfuerzo requerido a lo largo de meses o incluso años. “En ese sentido, algunos de los consejos que trasladamos a nuestros alumnos son establecer rutinas para organizar el tiempo de estudio y evitar el caos; evitar las comparaciones, porque cada persona tiene su propio estilo de aprendizaje y su propio ritmo; establecer metas realistas y celebrar los logros, por pequeños que sean”, recuerda Ramos.
A la hora de fomentar hábitos de vida saludables, hay que prestar atención a múltiples aspectos:
- Mantener un descanso adecuado. Dormir lo suficiente es esencial para permitir que el cerebro consolide la información aprendida durante el día.
- Una alimentación equilibrada permite mantener unos niveles de energía estables y mejorar la concentración e incluso el estado de ánimo. Además, los alimentos ricos en Omega-3, frutas y verduras pueden optimizar el funcionamiento cerebral.
- Incorporar el ejercicio físico en las rutinas diarias no solo mejora la salud física, sino que ayuda a despejar la mente y permite reducir el estrés y la ansiedad, así que sal a caminar, a correr o haz ejercicio en casa. De la misma forma, la práctica de técnicas de relajación como la meditación o el yoga puede tener también efectos muy positivos en la salud mental y la capacidad de concentración.
El papel de la tecnología al opositar
Dos factores relacionados entre sí han favorecido el papel protagonista de las nuevas tecnologías en la preparación de cualquier tipo de oposiciones: las consecuencias de la pandemia y el desarrollo de las plataformas o sistemas de gestión del aprendizaje (Learning Management Systems, o LMS). ¿Por qué? “Los LMS han revolucionado la forma en la que los opositores acceden a la información y a los contenidos, a la planificación de su tiempo y, en definitiva, a la forma de preparar sus exámenes”, esgrime Ramos. Se trata de herramientas que facilitan a los alumnos el asistir a las clases síncronas de forma presencial o híbrida, pudiendo ahorrarles a estos un tiempo considerable en desplazamientos y brindarles la comodidad de disfrutar de la clase desde cualquier lugar con acceso a internet.
Se trata de un fenómeno que, sin lugar a dudas, ha ganado en relevancia debido a la transformación digital acelerada como consecuencia de la pandemia. Ahora, en muchos centros, las clases pueden visualizarse en directo o con posterioridad (de manera que se ajuste a las circunstancias de cada opositor), además de ofrecer otros tipos de recursos audiovisuales y mayor autonomía en la preparación. Ventajas que, no obstante, conllevan a su vez otros riesgos, como el de mantener la disciplina y la constancia; la sensación de aislamiento derivada de la falta de contacto presencial con otros opositores; y la posible brecha digital, si no se dispone de los métodos tecnológicos adecuados.
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