Los prejuicios y estereotipos frente a la discapacidad lastran la búsqueda del primer empleo

Incertidumbre, competitividad y falta de estabilidad son, según los expertos, algunos de los atributos que mejor describen la precaria situación de aquellos que hoy buscan una oportunidad profesional. Un escenario que se endurece más si se carece de experiencia laboral, y que adquiere una dimensión todavía más complicada en el caso de sufrir algún tipo de discapacidad: la tasa de paro de los menores de 25 años que se encuentran en esta situación se sitúa en el 48,1 %, frente al 27,7 % del resto de jóvenes de su generación, según los datos del SEPE recogidos en el 9º Informe Jóvenes con discapacidad, motor de empleo, de la Fundación Adecco y Wärtsilä. La encuesta, presentada en agosto pasado, se basa en 253 entrevistas a menores de 30 años con discapacidad, con un dato sencillamente atronador: el 89,8 % de ellos aún no ha conseguido su primer empleo.

¿Por qué sigue sucediendo esto? “La ausencia de experiencia laboral, la alta competencia, las redes de contacto más limitadas entre los jóvenes o las expectativas y requisitos de las ofertas de empleo, hacen que las personas que buscan un primer empleo encuentren grandes dificultades”, sostiene Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco. Una situación que, añade, “se ve amplificada en el caso de los jóvenes con discapacidad, debido al gap formativo, la ausencia de accesibilidad y/o los prejuicios y estereotipos que frenan la voluntad de los empleadores a la hora de incorporarles a los equipos de trabajo”. Una impresión compartida por cuatro de cada cinco personas encuestadas en el citado informe, y que inevitablemente permea en la propia percepción de la población con discapacidad: el 86 % ve “muy difícil” acceder a un primer empleo, y más de tres cuartas partes cree que tardará más de un año en encontrarlo.

¿Ha mejorado la empleabilidad de los jóvenes con discapacidad?

El panorama aquí esbozado no significa, sin embargo, que no se hayan producido mejoras tanto en la formación como en el acceso al empleo, pero es innegable que queda mucho por hacer. “Afortunadamente, en los centros educativos la discapacidad no se ve como se veía antes. Se ha avanzado tanto en la integración de esos estudiantes como en lo que respecta al fracaso escolar, que se ha reducido desde las edades tempranas hasta la etapa de Secundaria, haciendo posible que muchas personas con discapacidad puedan acceder a la FP e incluso a la universidad”, señala Mesonero. Además, en lo que respecta al empleo, considera que, hoy en día, “las empresas están cambiando el chip en cuanto a incorporar el talento sin etiqueta”, y muchas de ellas ya desarrollan unas estrategias de diversidad e inclusión que, por otro lado, redunda en un clima de trabajo muy positivo para su organización.

“Hay muchas empresas que están apostando por ello, ya sea de manera voluntaria o porque el mercado, sus accionistas, sus consejos de Administración o los propios fondos de inversión les exigen que las políticas de diversidad e inclusión sean prioritarias en las empresas”, afirma Mesonero. Eso sí, rápidamente destaca que la batalla dista mucho de estar ganada porque, señala, aunque en el ámbito de los Recursos Humanos sí exista mucha sensibilización, con frecuencia esta no se generaliza en el resto de las áreas de una empresa, y todavía se producen muchos descartes automáticos por el hecho de tener una discapacidad: “Al final, todos los temas de diversidad hay que tratarlos con el resto de áreas de la empresa, que en definitiva son los clientes internos del departamento de Recursos Humanos. Todo esto para que, cuando este proponga un candidato con discapacidad, no tengas esos prejuicios y estereotipos que todavía perduran”.

Conviene, en cualquier caso, recordar que referirse a las personas con discapacidad es hablar de un colectivo tremendamente heterogéneo, donde la edad, el grado o tipo de discapacidad incluye decisivamente a la hora de buscar empleo. Un grupo donde el gran reto es, sin duda, el que se refiere a las personas con discapacidad intelectual, “porque es la gran abandonada. Si existen prejuicios y desconocimiento respecto a la discapacidad en general, ya no te digo sobre la intelectual”, explica. Pero ¿por qué? “El cómo manejar una situación de crisis de una persona con discapacidad mental es mucho más complicado que con una discapacidad física. Se trata de personas que, normalmente, se desarrollan en centros especiales de empleo, no en empresas ordinarias, pero es como el ratón que se muerde la cola: sería magnífico si estos centros actuaran como trampolines hacia un empleo ordinario, pero al final cuesta mucho dar ese paso”, añade.

Busca trabajo, pero búscalo bien

Garantizar la igualdad de oportunidades en el acceso al mercado laboral de este segmento de la población pasa, según Mesonero, por tres aspectos fundamentales: fomentar la sensibilización y la formación de los empleadores; mejorar la accesibilidad en los lugares de trabajo; e impulsar políticas activas de empleo “que proporcionen la formación y el apoyo adecuados para que los jóvenes con discapacidad puedan conectar con los sectores que hoy lideran la creación de empleo”.

Para el director general de la Fundación Adecco, la responsabilidad de encontrar empleo es siempre compartida, algo que no cambia por el mero hecho de partir con desventaja: “Si tú ya eres consciente de que las empresas te rechazan por prejuicios o estereotipos, busca en los rankings de empresas inclusivas, consulta el listado de empresas que trabajan con la Fundación Adecco o acude a asociaciones o fundaciones e identifica las que se dediquen a labores de inclusión, y preséntate ahí, no en otras donde te puedan tumbar a la primera. Tu trabajo es buscar empleo, pero búscalo bien”.

El directivo se refiere, con ello, a empresas que hayan puesto en marcha procesos de selección alternativos en los que las personas con discapacidad tengan oportunidades reales y puedan competir con el resto de profesionales; y que cuenten con una formación en liderazgo inclusivo en todos sus niveles. Un paso necesario a la luz de los datos que arroja el informe de la Fundación Adecco: el 56,7 % de los jóvenes con discapacidad declara haber sentido discriminación en el proceso [de búsqueda de empleo]: un 43,3 % en la fase previa del currículum y un 72 % en la propia entrevista de trabajo”.

“Lo que el candidato [con discapacidad] tiene que hacer es destacar en su currículum, e identificar cuáles son sus habilidades blandas a la hora de encontrar empleo, porque al final muchas veces las empresas exigen una formación que con frecuencia no existe en el mercado laboral, y prefieren formarte”, esgrime Mesonero. Habilidades como la empatía, el esfuerzo, la capacidad de sacrificio, la superación o incluso una motivación que, en el caso de este segmento de la población, va más allá de la remuneración económica: “La persona con discapacidad busca una inclusión social, aumentar su autoestima, tener independencia económica e incrementar su red social y de contactos. Son aspectos que tienen que poner en valor para convertir esa discapacidad en una fortaleza”, apunta. Y, si necesita ayuda para elaborarlo, sugiere acudir a la propia Fundación Adecco o a CV Maker, una herramienta basada en IA que presentaron recientemente.

La importancia del ‘mentoring’

Los significativos obstáculos a los que se enfrentan las personas con discapacidad en su búsqueda de empleo les llevan también a buscar distintas formas de acercarse a las empresas, conscientes de que la interacción y la visibilidad resultan claves a la hora de derribar barreras. Así, señala la Fundación Adecco en su informe, muestran un creciente interés en participar en programas de mentoring dirigidos por profesionales de empresas (un 84,9 %, según el informe). Pero también desean realizar prácticas en organizaciones para capacitarse en un puesto de trabajo concreto (80,6 %) y participar en talleres o webinars sobre búsqueda de empleo donde puedan recibir consejos prácticos y orientación laboral.

“El mentoring constituye una palanca poderosa para la inclusión y el desarrollo profesional de los jóvenes con discapacidad. No solo les proporciona una guía personalizada, adaptada a sus necesidades, sino que se construyen relaciones sostenibles que les permiten recibir un apoyo constante y mejorar su confianza en el mercado laboral”, explica Mesonero.

10 claves para encontrar el primer empleo con una discapacidad

Con el objetivo de ayudar a estos jóvenes a salir airosos de esa complicada búsqueda de trabajo, la Fundación Adecco sugiere un decálogo con los aspectos más importantes que pueden servir de más ayuda:

1. Identifica tus habilidades blandas y destácalas en el currículum.
2. Redacta una carta de presentación en la que compartas tus principales motivaciones y aspiraciones para el empleo. Trata de proyectar ilusión por aprender y aportar valor.
3. Fórmate en áreas relacionadas con el empleo que deseas: idiomas, nuevas tecnologías, marketing digital, habilidades de comunicación...
4. Convierte la discapacidad en una fortaleza. Construye un discurso en positivo, explicando cómo la discapacidad te ha servido para desarrollar habilidades y competencias como el esfuerzo, la orientación a resultados, la superación o la capacidad para adaptarte.
5. Saca provecho a la inteligencia artificial: recurre a la herramienta CV Maker de la Fundación Adecco para elaborar de la mejor manera tu currículum. Es gratuita.
6. Usa servicios de apoyo y redes de contacto. Aprovecha los servicios de orientación laboral que ofrecen entidades sin ánimo de lucro como la Fundación Adecco, conéctate con otros profesionales en Linkedin y participa en grupos y foros de tu sector.
7. Busca empresas inclusivas y programas especializados.
8. Apuesta por la proactividad y la perseverancia. No te rindas, insiste y la oportunidad acabará llegando: por ejemplo, investiga las empresas donde te gustaría trabajar y contacta directamente con ellas, sin esperar a que publiquen una oferta de trabajo.
9. Establece objetivos claros y define metas específicas y alcanzables en tu búsqueda de empleo, como enviar un determinado número de solicitudes por semana o asistir a cierto número de eventos de networking al mes.
10. Mantén una actitud positiva y no te desanimes. Postular a varias ofertas y no tener suerte es completamente normal.

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