El año arranca con un repunte de la inflación al 3%, arrastrada por los precios de la energía
El IPC sube dos décimas en enero con respecto a diciembre mientras la inflación subyacente se modera
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El nuevo año comienza con un repunte de la inflación, que vuelve a presionar y se sitúa en el 3% en enero de 2025, dos décimas más con respecto al cierre de 2024. Tras este incremento se encuentran, principalmente, los precios de la energía, según detalla el Instituto Nacional de Estadística (INE), que este jueves publica el indicador adelantado del índice de precios al consumo (IPC) del primer mes del año. Por un lado está el encarecimiento de los carburantes, y por el otro el de la electricidad. En cambio, la inflación subyacente se modera hasta el 2,4%, un retroceso de dos décimas. Este indicador, a diferencia del general, no incluye los elementos más volátiles como los alimentos frescos y la energía, y da una mejor muestra de la tendencia de los precios de cara al futuro.
“Esta evolución es debida, principalmente, al aumento de los precios de los carburantes, frente a la bajada de enero de 2024. También, aunque en menor medida, a los precios de la electricidad, que suben más que en el mismo mes del año anterior”, detalla el instituto estadístico, que en su dato adelantado de enero no ofrece un desglose de cómo han evolucionado las distintas categorías que forman parte de la cesta que usa para determinar cómo evoluciona el IPC. Aun así, detalla que entre los productos que más se abaratan y tiran en sentido contrario están aquellos relacionados con el ocio y la cultura, cuyos precios se han reducido más que en enero de hace un año.
Los carburantes mantienen la tendencia alcista con la que se despidieron del año pasado. Arrancaron el nuevo curso en máximos que no se registraban desde el verano, aunque siguen estando lejos de los picos alcanzados en el momento más álgido de la crisis inflacionaria, en 2022. El petróleo brent, de referencia en Europa, también ha presionado algo al alza en enero, coqueteando con los 80 euros por barril, pese a que sus fluctuaciones no se trasladan de forma directa a los carburantes y se espera que sus precios se estabilicen.
La electricidad, por su parte, está protagonizando una escalada, con picos por encima de los 100 euros por megavatio-hora (MWh) en las últimas semanas —algo que, al menos hasta la crisis energética, no era nada habitual—. La cotización al alza del gas es una de las principales razones que explican este incremento. Con el comienzo de este año, además, han finalizado las rebajas fiscales a la electricidad que el Gobierno había puesto en marcha para mitigar la escalada inflacionaria. Es así que el recibo de la luz ha dejado de beneficiarse de los descuentos —que se activaban automáticamente cuando el precio de la electricidad alcanzaba determinados niveles en el mercado mayorista— y ha vuelto a estar sujeto al IVA habitual del 21%.
A partir del 1 de enero, además, ya no se aplican las rebajas a los alimentos básicos que también se pusieron en marcha para contrarrestar la merma en el poder de compra del consumidor. Aunque el INE no hace referencia los comestibles su nota, el IVA de los alimentos básicos como el pan o las verduras ha vuelto a su tipo impositivo normal con el comienzo del nuevo curso, del 4% —estuvo en el 0% hasta septiembre y en el 2% desde octubre—, y las pastas y aceites de semilla regresan a ser gravados al 10%. El aceite de oliva, en cambio, ha pasado a formar parte de la cesta básica gravada con un IVA superreducido, del 4%.
En tasa mensual, el repunte de los precios ha sido de dos décimas, una más con respecto a enero de 2024. Aun así, la situación va convergiendo poco a poco hacia la normalidad tras los picos inéditos en décadas que se alcanzaron en 2022 y se arrastraron los años siguientes, causados por la crisis energética desatada a raíz de la invasión rusa de Ucrania. El dato de cierre de 2024, del 2,8%, supuso de hecho una moderación de más de medio punto con respecto a la media del año anterior.
“La sorpresa ha venido este mes de la energía y particularmente la electricidad. Es probablemente el resultado de la normalización del IVA, porque el precio de mercado de la electricidad ha sido ligeramente más bajo en enero que en diciembre. También los carburantes se han encarecido algo, pero eso estaba más o menos descontado”, señala Raymond Torres, director de Coyuntura Económica del centro de estudios Funcas. En cambio, el IPC subyacente se ha comportado como previsto. “Teníamos una previsión del 2,4% en términos interanuales, es decir, una caída de 0,5 puntos en el mes, y es lo que ha ocurrido, según el adelanto. Por lo tanto, en ese sentido sigue el proceso de desinflación, aunque de una manera muy lenta. El repunte de los precios energéticos a su vez tiene impactos indirectos en el resto de precios y esto ralentiza claramente la desinflación. El año pasado tuvimos una media anual del 2,8%. Este año va a ser difícil que esté por debajo del 2,4%-2,5%”.
Recorte de tipos
La inflación de enero, aunque haya repuntado, sigue cerca del objetivo del 2% fijado por el Banco Central Europeo (BCE). También en la zona euro los precios se han moderado, situándose en diciembre en el 2,4%. Todo ello ha llevado el Eurobanco a acometer una nueva bajada de tipos este mismo jueves, hasta el 2,75%, la cuarta consecutiva. Es la primera vez desde principio de 2023 que el precio del dinero está por debajo del 3%, una señal más de que hay confianza en que los precios vuelvan al redil. “El proceso de desinflación sigue avanzando”, ha señalado el organismo en un comunicado. De hecho, hay consenso entre los analistas en que 2025 será un nuevo año de moderación de los precios, en el que habrá que recorrer las últimas millas, que siempre son las más duras, para alcanzar la meta fijada.
“Deberíamos ver la inflación caer durante primavera, principalmente por el componente energético, si no tenemos grandes shocks en los precios”, vaticina Ángel Talavera, economista jefe para Europa de Oxford Economics. En cuanto a las maniobras del BCE, prevé que en marzo se produzca un nuevo recorte. “Después, creo el debate va a ser más intenso”.
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