_
_
_
_

¿Qué sube y qué baja en 2025? Se abaratan las hipotecas, pero vuelve el IVA de la luz y los alimentos

El año que viene se prevé que los tipos de interés sigan moderándose y la inflación se estabilice; desaparecerán las rebajas fiscales a alimentos y energía, y aumentarán las cotizaciones para empresarios y trabajadores

Puesto de frutas y verduras en el mercado madrileño de Ventas, este lunes.
Puesto de frutas y verduras en el mercado madrileño de Ventas, este lunes.Jaime Villanueva
El País

El próximo año se presenta como un nuevo ejercicio de normalización de precios en muchos ámbitos y de contención tras las sacudidas que empezaron con la pandemia. Las previsiones apuntan a que la inflación seguirá moderándose; el transporte público gozará de una prórroga de los descuentos que empezaron en 2022; las pensiones se revalorizarán en línea con el índice de precios al consumo, y los costes hipotecarios y de endeudamiento bajarán gracias a la previsible reducción del euríbor con la relajación de la política monetaria.

La otra cara de la moneda es que finalizarán del todo las rebajas fiscales a los alimentos y a la energía, habrá incrementos de cotizaciones para empresarios y para trabajadores, nuevos impuestos a los cigarrillos electrónicos, y las grandes compañías de telecomunicaciones subirán sus tarifas. Además, los precios de los inmuebles, tanto en alquiler como en venta, no tienen viso de ceder y mantendrán el acceso a la vivienda como uno de los mayores problemas de la ciudadanía.

Además, quedan asuntos por cerrar y un clima de incertidumbre generalizada. Aún no se ha fijado la subida del salario mínimo y del sueldo de los funcionarios, y queda pendiente el incremento fiscal al diésel que exige la Comisión Europea. Los bancos centrales, pese a haber inaugurado una nueva fase expansiva, siguen alerta ante el temor de que la inflación vuelva a encenderse, y una vuelta al proteccionismo duro con el regreso de Trump podría desencadenar un ulterior efecto dominó en los precios. A la espera de despejar los últimos nubarrones, estos son los cambios más relevantes para el nuevo curso:

Electricidad y gas. El recibo de la luz se verá penalizado en 2025 por el regreso definitivo del IVA al 21%, terminada ya la excepcionalidad por la crisis energética. Esa vuelta al punto de partida la notarán todos los clientes, tanto en el mercado regulado (también conocido como PVPC) como en el libre. Y podría verse compensada si la paradójica alianza PP-Junts termina saliéndose con la suya y liquida el impuesto sobre la producción, que las eléctricas trasladan directamente a los consumidores finales. La reciente subida del gas natural promete unos precios algo más altos en el mercado mayorista, del que bebe en gran medida la tarifa que pagan quienes están en el mercado regulado (cuatro de cada diez hogares).

Los 1,8 millones de perceptores del bono social, por renta o por ser familias numerosas, sí notarán cambios en su factura. El 1 de enero, el descuento para los consumidores vulnerables pasará del 57,5% al 50%, mientras que la bonificación para vulnerables severos pasará del 72,5% al 65%. La siguiente bajada llegará el 1 de julio: los primeros pasarán a tener un descuento del 35% y los segundos, del 50%. En el caso de las empresas, el sector industrial de gran consumo (electrointensivo) ha logrado que el Gobierno les compense el máximo de los costes de las emisiones indirectas de dióxido de carbono que permite la UE.

La tarifa regulada de gas natural (TUR, la más habitual y, desde el estallido de la crisis de precios, también la más económica) subirá un 10% en el primer trimestre del año respecto al periodo octubre-diciembre, un aumento que responde, sobre todo, al repunte de la demanda propio el invierno (las calefacciones, ahora sí, operan a pleno rendimiento en Europa). En el caso de la TUR vecinal, la que aplica sobre los bloques de pisos con caldera comunitaria, el aumento es de entre el 13,5% y un 18,3%, en función de su consumo total. El bono social térmico regresó a su nivel precrisis a mediados de 2024, antes que el eléctrico.

Tendido eléctrico a las afueras de Sevilla.
Tendido eléctrico a las afueras de Sevilla.PACO PUENTES

Carburantes. 2025 llega con la expectativa de novedades fiscales. El Gobierno tendrá que ingeniárselas para aplicar, antes de marzo, una subida sobre el diésel que iguale la carga que soporta este carburante con la de la gasolina y que le exige Bruselas. Un movimiento que encarecerá este carburante en alrededor de 11 céntimos; unos seis euros más por depósito de 50 litros.

El dólar fuerte también tiene visos de encarecer los repostajes: el crudo cotiza en esa divisa y el tipo de cambio tiene traslación directa sobre su coste en Europa. Ese movimiento, sin embargo, se verá en gran medida compensado por la propia debilidad del precio del crudo, donde la oferta mundial supera con creces la demanda y la tendencia es bajista.

Salarios y pensiones. Aunque el nuevo año llega con subidas en las retribuciones, también trae un incremento de costes para empresarios y trabajadores. Casi 11 millones de pensionistas (incluidos los funcionarios de clases pasivas) verán revalorizarse sus prestaciones un 2,8%, lo que subió la inflación media entre diciembre de 2023 y noviembre de 2024. Además, en cumplimiento de las últimas reformas de pensiones, las prestaciones mínimas contributivas subirán más que el resto, un 6%; las pensiones no contributivas y el ingreso mínimo vital aumentarán un 9%.

El salario mínimo interprofesional (SMI), fijado en 1.134 euros al mes en 12 pagas, también experimentará una nueva subida, si bien el Ministerio de Trabajo y los agentes sociales aún tienen pendiente negociarla. Los expertos aconsejan que se sitúe dentro de una horquilla aproximada del 3% al 4%, aunque los sindicatos exigen un aumento mayor, de entre el 5% y el 6%. Gobierno y centrales también tienen pendiente acordar el alza salarial para más de tres millones de empleados públicos, quienes en cualquier caso recibirán en sus nóminas a partir de enero un incremento adicional del 0,5% para compensar el IPC del presente ejercicio, con efectos desde el 1 de enero de 2024.

Pensionistas en una calle de Sevilla, el 23 de octubre de 2024.
Pensionistas en una calle de Sevilla, el 23 de octubre de 2024. PACO PUENTES

Estas mejoras se verán contrarrestadas por un alza en las cotizaciones sociales que pagan empresarios y trabajadores para costear el incremento del gasto en pensiones. La base mínima subirá lo mismo que el SMI; la máxima se elevará previsiblemente un 4% y pasará de 4.720,59 euros a unos 4.910 euros. La pensión máxima contributiva queda fijada en 3.267,60 euros, una subida del 2,9%. Además, el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI) subirá por tercer año consecutivo al 0,80% de la base de cotización del empleado: un 0,67% será a cargo de la empresa y un 0,13% del trabajador. En 2025 también se pagará por primera vez la cuota de solidaridad, otra sobrecotización que se aplica en la parte salarial que excede de la base máxima de cotización.

En el caso de los autónomos, los encuadrados en los tres primeros tramos (ingresos entre 670 y 1.166,70 euros mensuales) pagarán una cuota mínima mensual más baja que oscilará entre los 202 y los 295 euros al mes. Los que declaren rendimientos netos de entre 1.166,70 y 1.700 euros mantendrán la misma cuota mínima: 294 euros al mes. A partir de los 1.700 euros de ganancias netas, las cuotas mínimas aumentarán respecto a 2024.

Impuestos. En 2025 finalizan las rebajas fiscales a los alimentos y la energía que se pusieron en marcha para mitigar la espiral inflacionaria. La retirada ha sido progresiva. El IVA de los alimentos básicos como el pan o las verduras volverá al 4% habitual —estuvo en el 0% hasta septiembre y en el 2% desde octubre—. Las pastas y los aceites de semilla vuelven al 10% pero el aceite de oliva se mantendrá en el tipo superreducido, del 4%.

Por otra parte, el Congreso ha dado luz verde a un paquete fiscal que incluye un impuesto a los vapeadores, que entrará en vigor en primavera; una subida de dos puntos del IRPF a las rentas del ahorro de más de 300.000 euros; una rebaja de impuestos a pymes y micropymes; un nuevo gravamen a la banca, progresivo, para tres años —el impuesto energético ha sido aprobado por decreto, pero de momento no tiene los apoyos suficientes para prosperar en las Cortes—; una reducción del IVA a los yogures, un aumento de los precios del tabaco y la aplicación del tipo mínimo del 15% a las grandes multinacionales. En la fiscalidad corporativa, también se introducen mejoras en la reserva de capitalización, se extiende la libertad de amortización para las inversiones que empleen energías verdes y se mantiene el límite del 50% a la compensación de bases imponibles negativas.

Otra novedad llegará con la campaña de la renta: los contribuyentes con más de un empleador, que ganen por debajo de los 22.000 euros, no deberán presentar la declaración del IRPF si la suma de lo que perciben del segundo y restantes pagadores es inferior a los 2.500 euros, en lugar de los 1.500 que aplicaban hasta ahora. También se mantienen los límites cuantitativos para los autónomos acogidos al régimen de módulos y se extiende a todo 2025 la deducción del IRPF para reformas en la vivienda que mejoren la eficiencia energética y para la compra de vehículos eléctricos.

Vivienda. 2025 llega con novedades para los inquilinos. En la actualización anual de las rentas (la subida que una vez al año puede pedir el casero si lo pone el contrato) desaparece el límite del 3% que imperaba en 2024. Esto significa que para la mayoría de arrendatarios solo actuará el IPC como límite máximo, mientras que para los que hayan firmado el contrato a partir del 25 de mayo de 2023, cuando entró en vigor la ley estatal de vivienda, operará un nuevo indicador que publica el INE. En la práctica, la desaparición del 3% tiene pocas consecuencias porque ya había quedado obsoleto, puesto que la inflación lleva muchos meses por debajo.

Alquiler en Madrid
Construcción de un bloque de viviendas en Madrid, el 17 de diciembre de 2024.Juan Barbosa

Más crudo lo tendrán quienes se cambien de casa o alquilen una por primera vez, puesto que se espera que los precios suban entre un 7% y un 10% a lo largo del año. Y la alternativa de comprar no será más económica, las previsiones apuntan a subidas como mínimo del 4% en los precios de la vivienda en venta a lo largo de 2025. Para quienes tengan una hipoteca variable o mixta, en cambio, la cuota seguirá moderándose: los analistas estiman que el euríbor, el índice al que están vinculados la mayoría de los préstamos, se mitigue y su promedio anual se sitúe algo por encima del 2%. Este resultado refleja las sucesivas bajadas de tipos inauguradas por el Banco Central Europeo que reducen en general los costes de endeudamiento, tras el endurecimiento espectacular aplicado a partir de 2022 para domar la inflación.

Transporte. El esquema de ayudas al transporte público, en pie desde 2022, se mantiene hasta el 30 de junio. El Ministerio de Transportes advierte que este periodo de transición conducirá a un segundo semestre con importantes novedades. En la primera mitad del año, los descuentos alcanzan el 100% en los abonos de Cercanías, Rodalies, servicios ferroviarios de Media Distancia convencional y de las líneas de autobús estatal. También se repite al menos el 50% de reducción del precio de los abonos y títulos multiviaje en el transporte urbano y metropolitano, que es competencia directa de comunidades y ayuntamientos. Y estarán a mitad de precio, en este caso durante todo 2025, los abonos para el tren Avant. Como medida excepcional se ha anunciado la gratuidad para los abonos de Cercanías en Asturias y Cantabria, y para el transporte público colectivo terrestre de Canarias y Baleares. Los habituales de la bicicleta compartida van a tener recortes mínimos del 50% en el precio.

A partir del 1 de julio se anuncia un billete único de Cercanías por 20 euros al mes, transporte público gratuito para menores de 15 años o descuentos para jóvenes. En el caso de las líneas de autobús de titularidad estatal las rebajas irán del 40% al 70%.

Los peajes en las autopistas recogen incrementos que parten de la actualización del IPC, aunque hay bonificaciones ya anunciadas en casos como la AP-9 y AP-66, al tiempo que revisan al alza sus tarifas los servicios de taxi en las principales ciudades.

Usuarios en una parada de autobuses en Bilbao, el 28 de noviembre.
Usuarios en una parada de autobuses en Bilbao, el 28 de noviembre. Fernando Domingo-Aldama

Telecomunicaciones y correos. Las tres grandes operadoras (Movistar, Masorange y Vodafone) subirán los precios de sus paquetes de banda ancha y móvil a lo largo del primer mes del año. Telefónica aumentará sus precios desde el 13 de enero. Los aumentos varían según el plan contratado, pero alcanzan hasta los cuatro euros mensuales. Las mayores subidas se producirán en los que llevan incluido el fútbol o alguna plataforma de streaming de series y películas, aunque en este caso se debe a que la operadora se limita a replicar los aumentos anunciados por las plataformas, como es el caso de Netflix o Disney. Vodafone España subirá sus distintos planes de tarifas una media del 3% a partir del 1 de enero, lo que supondrá un incremento medio de 1,5 euros al mes para el conjunto de su base de clientes, según los cálculos del operador. Y Orange, ahora integrada en Masorange, aplicará un aumento de tarifas a partir del 27 de enero de 2025 que alcanzará hasta los seis euros mensuales para algunos de sus planes. Estas subidas no afectarán a las promociones que se tengan contratadas ni a las marcas low cost como O2, Lowi, Pepephone o Simyo. Digi tampoco subirá sus tarifas.

Correos también subirá sus precios. El importe de los sellos para el envío de cartas y tarjetas postales hasta 20 gramos se encarece desde el 1 de enero en 7 céntimos, 0,89 euros en total; el paquete azul de menos de un kilo pasa a costar 16,2 euros; los de más de 20 kilos subirán hasta los 45,6 euros. La carta certificada de menos de 20 gramos pasará a costar 5,29 euros, y también se encarecen las cartas y paquetes internacionales. En este último caso, el de menos de cinco kilos costará 47,2 euros para envíos a determinados países europeos o bajo su jurisdicción.


Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_