Crece el pesimismo entre los principales institutos económicos alemanes de cara al 2025
Cinco de las casas de estudio económico del país advierten sobre la incertidumbre de la actividad y las sombrías perspectivas
Alemania cerrará 2024 en recesión con una caída de su producto interno bruto (PIB) de entre un 0,1% o de un 0,2%, después de contraerse el año pasado un 0,3%, según el último pronóstico de los principales institutos económicos del país europeo. Hasta aquí, ninguna sorpresa. Todo se mantiene en línea con lo esperado. Sin embargo, de cara al año próximo, los expertos se muestran más pesimistas y rebajan sus pronósticos de crecimiento, que se moverá entre el estancamiento y un débil repunte de entre un 0,2% y un 0,4% del PIB.
La mala situación de la industria alemana ―principal motor económico— lleva meses acaparando el debate público y la atención del panorama político, en un momento en el que el país se enfrenta a nuevas elecciones el próximo 23 de febrero, después de que el canciller alemán, Olaf Scholz, rompiera en noviembre la coalición tripartita que gobernaba Alemania desde 2021. Las desavenencias en política económica entre el líder socialdemócrata y el líder del Partido Liberal (FDP) y ministro de Finanzas, Christian Lindner, hizo insostenible el Gobierno de coalición.
“Estamos asistiendo a una combinación crítica de atonía económica y problemas estructurales”, indicó Geraldine Dany-Knedlik, responsable del departamento de coyuntura económica del DIW. “Esto está causando problemas particulares a la industria manufacturera, que se considera la columna vertebral de la economía alemana”, explicó durante la rueda de prensa de presentación. “Además del aumento de los costes de energía y materiales y una competencia cada vez más fuerte, en particular de China, ahora también existe la amenaza de los aranceles del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump”.
En su opinión, si bien la cuestión de qué podría hacer el futuro gobierno alemán diferente para ayudar a la economía es “la pregunta del millón”, una recomendación sería que hubiera “condiciones claras para la economía”. Sin embargo, cree que a pesar de este panorama sombrío, aún hay resquicios de esperanza cuando se mira el consumo privado que aumentará previsiblemente en los próximos años gracias a una inflación que esperan que sea estable. “Verán que tienen más dinero en sus bolsillos y se elevará el consumo privado”.
En concreto, el DIW espera una caída del 0,2% para 2024 y un crecimiento de apenas un 0,2% en 2025, frente al 0,9% que pronosticó en otoño y un 1,2% en 2026 (antes un 1,3%). “Esto supone una importante corrección a la baja para 2025. La razón principal es la gran incertidumbre y el profundo pesimismo que reina tanto entre las empresas como entre los ciudadanos”, explicó su presidente, Marcel Fratzscher. “La industria sigue siendo el gran problema de la economía alemana. Muchos sectores industriales no despegan o incluso siguen contrayéndose. Es probable que el trabajo a jornada reducida, los despidos, los cierres de fábricas, las insolvencias y la infrautilización continúen en 2025 y puedan incluso tener un impacto negativo en la economía”.
Por su parte, el IFO, que espera una contracción este año del 0,1%, planteó dos posibles escenarios futuros debido al “alto grado de incertidumbre” actual, uno en el que todo continúe como hasta ahora y entonces apenas crecerá la economía —un 0,4% en 2025 y un 0,8% en 2026—, y otro, más optimista, en el que el cambio estructural no solo hará desaparecer las viejas tecnologías de producción, sino que creará otras nuevas para lo que indicaron que se requiere decisiones de política económica fiables. En ese caso, espera un crecimiento del 1,1% para 2025 y del 1,6% para 2026.
“Por el momento, aún no está claro si la actual fase de estancamiento es una debilidad temporal o un cambio permanente y, por tanto, doloroso en la economía”, afirmó el experto en coyuntura económica del Ifo, Timo Wollmershäuser, durante la rueda de prensa de presentación del nuevo pronóstico.
Los institutos económicos IfW, RWI y IWH no son mucho más optimistas. En sus pronósticos actuales, los tres fijaron una caída del PIB del 0,2% para este año. Mientras, para el próximo año el IfW espera un estancamiento. En su opinión, la economía alemana no crecerá hasta el 2026 cuando lo haga un 0,9%. “La crisis es en gran medida una crisis industrial”, explicó Stefan Kooths, jefe de coyuntura económica del IfW.
Mientras, el RWI rebajó su pronóstico y apuntó que el PIB crecerá un 0,6% en 2025 (en lugar del 0,9% anterior) y un 1,3% en 2026 (en vez de 1,4%). “Para que la economía alemana vuelva a crecer el año que viene, necesita sobre todo más certidumbre económica y política general. Esto beneficiaría tanto a las empresas como al consumo privado”, declaró Torsten Schmidt, responsable de coyuntura económica del RWI.
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