Carlos Cruzado: “La Agencia Tributaria no se dedica lo suficiente al gran fraude”

“La justicia fiscal en España no es todo lo perfecta que debería”, denuncia Carlos Cruzado (Madrid, 1958). Abogado y técnico del Ministerio de Hacienda, enumera las fallas y lagunas que a lo largo de las últimas décadas se han generado y acumulado en el sistema tributario, tanto dentro del país como a nivel internacional, y que han contribuido a exacerbar las desigualdades latentes y a crear nuevas fronteras. Pero no es todo de color negro: también se han logrado importantes mejoras y hay retos ambiciosos que vienen por delante, recogidos en el libro Los ricos no pagan IRPF (Capitán Swing, 2024), del que es coautor junto a José María Mollinedo y que saldrá a la venta este lunes.

El titular del libro se inspira en una misma frase que dos políticos tan diferentes como José María Aznar y Pedro Sánchez pronunciaron a distancia de dos décadas: “Los ricos no pagan impuesto sobre la renta”. “Lo dijeron en sentidos distintos, pero ambos coincidían en que los ricos no se retratan en el IRPF”, explica Cruzado en una entrevista con EL PAÍS. El exlíder del PP lo afirmó en 1998, en respuesta a quien criticaba que su reforma del impuesto beneficiaba a los contribuyentes de altos ingresos. El actual presidente del Gobierno lo dijo en 2018, al anunciar una subida fiscal para las rentas más elevadas.

“El IRPF lo pagan sobre todo las clases medias, las familias de ingresos medio-altos, aquellos que trabajan por cuenta ajena. Pero lo que entendemos por ricos, los patrimonios relevantes, no pagan el IRPF”, abunda Cruzado. Al margen de la posible evasión, suelen estructurar sus patrimonios para rebajar el nivel de renta, gravada más que el capital o las sociedades. A raíz de esta evidencia, Cruzado explica cómo el sistema tributario ha perdido progresividad, tanto en España como en muchos países del entorno, apoyándose en la teoría de que la imposición indirecta es menos distorsionante. “Pero ese mantra ya se va dejando atrás. La desigualdad lastra el crecimiento, no es solo un problema social”, comenta.

Aunque quede mucho por hacer, hay avances tangibles. El intercambio de información bancaria ha dado pasos de gigante, se ha alcanzado un acuerdo internacional para que las multinacionales tributen más, el debate sobre la imposición fiscal a los superricos gana peso y organismos que antes llamaban a la austeridad defienden ahora sistemas fiscales más justos como antídotos contra la desigualdad.

Volviendo a España, y ante el crónico déficit de presión fiscal con respecto a la media de la eurozona, Cruzado propone “un gran acuerdo político sobre la dimensión del Estado” del bienestar que queremos. “Hoy es una utopía visto el panorama político. Pero lo ideal sería calcular qué nivel queremos de sanidad, educación pública, pensiones... y a partir de ahí ver los ingresos que necesitamos. Desgraciadamente no se hace. Más bien se juega a subir y bajar impuestos para alcanzar determinados objetivos. Es una visión cortoplacista que ha estado muy influenciada por los periodos electorales”.

Tampoco ayuda la gran bolsa de economía sumergida, una lacra de la que no existen cifras oficiales, pero sí estimaciones que en España la sitúan alrededor del 20% del PIB. “Quizá no interesa a los distintos gobiernos el sacar unas cifras que pueden ser muy altas. Y es algo difícil de explicar porque la Ley de Prevención del Fraude de 2021 incluye una disposición adicional por la que el Gobierno se compromete a realizar estos estudios”.

El fraude fiscal y la economía sumergida ocupan una parte importante del libro y son un argumento que tanto Cruzado como Mollinedo conocen de primera mano. Son, respectivamente, presidente y secretario general del Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), que lleva años demandando más competencias para investigar la evasión de impuestos. “El fraude fiscal provoca muchas distorsiones y en la Agencia Tributaria se combate, pero no con los medios suficientes. No nos referimos solo a los técnicos. Siempre decimos que aproximadamente el 80% de los efectivos de la Agencia Tributaria sirve para controlar discrepancias de renta, de rendimientos de trabajo, de pequeñas empresas, autónomos, y no se dedica lo suficiente al gran fraude”, zanja.

Las amnistías fiscales y las facilidades que se conceden a los evasores para regularizar su situación, abunda Cruzado, son otro punto flaco que no ayuda a que la ciudadanía se sienta cómoda e interiorice el famoso eslogan Hacienda somos todos. El libro no deja bien parada a la Agencia Tributaria en este sentido, sobre todo por su actuación ante la Lista Falciani y el rey emérito. “Buena parte de la ciudadanía piensa que la Agencia Tributaria tiene una doble vara de medir”, afirma. “Por otro lado, los artículos del Código Penal relativos a los delitos contra la Hacienda Pública no parecen estar cumpliendo con el objetivo. Se dan demasiadas facilidades para regularizar y evitar el delito, siempre y cuando no se hubiera abierto una inspección o no se hubiera notificado por parte de la Fiscalía”.

Dentro del mismo saco entran los sucesivos escándalos —LuxLeaks, Papeles de Panamá, OpenLux, Papeles de Pandora...— que han sacado a la luz los trapos sucios de políticos, empresarios, multinacionales y hasta Estados.

—Entonces, ¿los impuestos no son iguales para todos?

—Es lo que quizás se desprende de muchas de las cuestiones que tratamos en el libro. Porque, sin ánimo de hacer un desarrollo completo del sistema fiscal, sí que hemos pretendido mostrar que los principios constirucionales deben aplicarse para hacer efectivo ese Hacienda somos todos.

Sigue toda la información de Economía y Negocios en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal