Beatriz Corredor: “La red no es un cuello de botella para las renovables”
La presidenta de Redeia cree que el calendario de cierre de las nucleares es “compatible con la seguridad de suministro”
La jefa de Redeia —el grupo al que pertenecen, entre otras, Red Eléctrica de España (REE) e Hispasat—, Beatriz Corredor (Madrid, 55 años), recibe a EL PAÍS en un momento clave para el sector energético español: en plena salida de la crisis de precios y justo cuando toca sentar las bases para la profunda revolución renovable en marcha. La presidenta del gestor técnico del sistema tiene claro que la red eléctrica “no es un cuello de botella para las renovables”, aunque llama a acortar los tiempos de aprobación y tramitación de estas infraestructuras, y considera que el calendario de cierre de las nucleares es “compatible con la seguridad de suministro”.
Pregunta. ¿Hay suficiente red para dar cabida a los proyectos de generación renovable que hay en camino?
Respuesta. El PNIEC [Plan Nacional Integrado de Energía y Clima] dice qué tenemos que hacer para cumplir sus objetivos. Somos muy conscientes de que hay que hacer algo con las redes para poder incorporar todo lo que viene.
P. Acaban de anunciar unas inversiones mínimas de 1.000 millones de euros al año para ese refuerzo de la red. ¿Cómo se van a pagar?
R. Sobre todo, a través de la retribución oficial que se nos dé [por la red] y de la capacidad que tengamos de salir al mercado, que es obvio que confía en nuestro balance. Estamos muy pendientes del siguiente periodo regulatorio, que para nosotros es crítico. En este año, 2024, tenemos que poner entre todo el sector las bases de cómo tiene que ser esta nueva regulación para afrontar un cambio en una configuración de sistema eléctrico que es muy relevante y que la regulación de hace diez años no puede acompañar.
P. No descartan, tampoco, la venta de activos no estratégicos.
R. Descartamos hacer desinversiones en América Latina, aunque estamos en periodo de consolidación y queremos concentrar nuestra fortaleza financiera en España. También se nos ha ido preguntando si estudiaríamos alguna operación con activos que no son nuestro negocio core, como es el caso de Hispasat, y ya veníamos diciendo que cualquier oferta de un socio industrial o financiero, nos la plantearíamos. Hasta este momento no se ha dado esa circunstancia, pero, si se diera, el consejo de administración lo estudiaría y tomaría una decisión.
P. ¿Está sobre la mesa una posible fusión con Enagás?
R. No. No tenemos ninguna propuesta, ni siquiera indicación. Es, en cualquier caso, una cuestión muchísimo más estratégica, de país.
P. En otros países los gestores de los sistemas eléctrico y gasista ya están unificados.
R. El modelo dominante en Europa es el que nosotros tenemos. Hay otras opciones, pero no necesariamente más eficientes.
P. Se habla mucho del apetito industrial por la electricidad barata española. ¿Cuántas peticiones tienen de conexión de demanda?
R. Es imposible de decir. Es un dato que no tenemos, porque las peticiones de demanda se plantean en diferentes instancias y procesos, y no se ha hecho ningún trabajo de suma de toda esta capacidad que se solicita. Entre otras cosas, porque sería poco relevante por el diferente grado de madurez. En cualquier caso, todas estas demandas tendrán que incorporarse a una reflexión amplia de lo que tiene que ser un nuevo modelo de planificación: hay que hacer un planteamiento de redes de transporte eléctricas diferente del que se viene haciendo hasta ahora.
P. Al margen de la cifra concreta, sí les constará ese apetito por nuevos puntos de conexión.
R. Sí, es muy importante. Se ha creado una nueva oficina para centralizar y ordenar todas estas peticiones de nuevo consumo. Tenemos capacidad para atenderlas, pero nuestras infraestructuras requieren un periodo de desarrollo largo y las decisiones tienen que ser rápidas.
P. Las distribuidoras dicen no estar pudiendo ofrecer la potencia requerida a sus clientes porque REE tampoco se la está dando a ellas. ¿Es cierto?
R. Lo más eficiente sería que hicieran un cálculo cada una de ellas de cuál es la potencia que requerirían esas nuevas instalaciones. Y, también, de cuáles son las exigencias de refuerzo, actualización y mantenimiento de esas redes de distribución. En algún caso estoy convencida de que tienen un recorrido importante.
P. En los últimos tiempos se ha asentado la idea de que la red es el gran cuello de botella para el desarrollo renovable. ¿Lo comparte?
R. No. Ha habido una especie de esquizofrenia sobre las redes al hilo del crecimiento de la generación renovable. Estamos hablando de un equivalente a casi seis gigas al año, el equivalente a la potencia de seis centrales nucleares en España. Es mucho, y se está incorporando a la red de una forma absolutamente segura. Si la red lo está absorbiendo es, obviamente, porque no es un cuello de botella. Otra cosa es que los procedimientos de aprobación y tramitación de las infraestructuras de red sean demasiado largos o complejos. La media que tenemos entre que se planifica una instalación y se pone en servicio puede pasar de seis o siete años. No es asumible. Necesitamos que nos acompañen la regulación y la legislación.
P. Diría que el problema de acceso a la red es ¿mayor, menor o igual en España que en otros países europeos?
R. Tenemos una capacidad de integración de renovables absolutamente excepcional, porque hemos hecho de nuestra necesidad virtud: no estamos interconectados [con el resto de Europa] y, en lo energético, somos más isla que Irlanda. En España estamos integrando el 98% de nuestra generación renovable, con unos vertidos muy por debajo de lo que la UE recomienda. En esto, España sí puede dar lecciones.
P. Varias comunidades autónomas, en su mayoría gobernadas por el PP, han alzado la voz por retrasos en la conexión a la red de grandes consumidores futuros. Andalucía ha amenazado, incluso, con crear su propio mapa eléctrico.
R. El mapa de interconexión se hace conjuntamente para toda España: si queremos que sea eficiente, la red de transporte tiene que ser necesariamente nacional.
P. Pero, ¿entiende esas quejas de algunas comunidades?
R. El sistema de planificación implica que el operador del sistema se reúne con los técnicos de las comunidades y ponen en común cuáles sus demandas y dónde tiene que haber un refuerzo de la red. Luego, todo eso se suma.
P. El sector de los centros de datos está siendo especialmente vocal.
R. Me consta que hay mucha demanda. España es muy competitiva en la infraestructura básica, la red de fibra óptica, porque tenemos un despliegue y una calidad superior que en otros países europeos. Hay que preguntarse, eso sí, si estos centros de datos de alta demanda [de electricidad] pueden aportarle al operador del sistema algún servicio de flexibilidad, como están haciendo otras instalaciones de demanda. Y algo más: ¿generan estos centros de datos crecimiento económico, empleo estable y un impacto positivo en el ecosistema?
P. No la veo muy proclive.
R. No estoy ni a favor ni en contra: son decisiones que no nos corresponden. Lo que nosotros tenemos que decir es si los cientos de megas que se requieren se pueden poner aquí.
P. Se intuye un cambio de tono en las interconexiones: España y Francia acaban de crear una comisión bilateral para tratar su ampliación.
R. El impulso político es muy importante. Llevamos 28 meses con un saldo neto exportador mes tras mes, a pesar de que es una capacidad limitada, que podríamos intensificar. La pregunta es por qué Francia no tiene interés.
P. ¿Es más optimista que hace unos meses?
R. Sí, creo que se empieza a generar una mayor comprensión entre unos y otros. Hay un cierto cambio de tono en Francia, pero no es suficiente. Hace falta un impulso político mayor y que se entienda que los plazos los marca la UE.
P. La demanda eléctrica sigue aletargada. ¿Le preocupa?
R. Lo que me preocuparía es que no fuésemos capaces de cubrir la demanda o de adaptar el sistema a una bajada. Esa es mi obligación. Sí hay que ver por qué sigue baja: la eficiencia energética es mayor, los consumidores somos mucho más conscientes de la energía que consumimos y hay mucho más autoconsumo... Son cosas que han hecho que se desacoplen la demanda de electricidad y el PIB.
P. ¿Qué parte es achacable al autoconsumo?
R. Llevamos meses trabajando internamente en la cifra, y creemos que podremos tenerla a lo largo de este año. Necesitamos saber dónde está el autoconsumo, porque ya estamos hablando de una capacidad muy relevante y necesitamos incorporar esa precisión a los algoritmos de previsión de demanda.
P. En la presentación de resultados decía que los vertidos de energía achacables a la red son “ínfimos”, de alrededor del 1,8%. ¿Cómo evolucionará esa cifra en los próximos años?
R. Cuanta más generación renovable haya en el sistema, más subirán los vertidos. El tema es que seamos capaces de hacer esto eficiente, que los planes de negocio de los generadores salgan y que las previsiones de generación sean razonables… También dependerá de las interconexiones, que son absolutamente críticas para poder seguir exportando.
P. En 2023, España superó por primera vez el 50% de renovables sobre la generación total. ¿Qué esperan para 2024?
R. Es muy pronto para hacer una previsión, pero en lo que va de año llevamos ya más del 55%. Y este 2024 la hidroeléctrica va mejor.
P. ¿Qué queda para que el almacenamiento con baterías sea una realidad a gran escala en España?
R. Desde el punto de vista del operador del sistema, las baterías son una herramienta limitada. Lo más rápido, eficiente y barato es el bombeo.
P. ¿Es factible cumplir el calendario previsto para el cierre nuclear?
R. El calendario actual es compatible tanto con el PNIEC como con la seguridad de suministro. En cualquier caso, cuando se va a proceder a un cierre, se requiere un informe del operador del sistema que asegure que es compatible con la seguridad suministro. Ese informe se tendrá que producir. Con los datos que tenemos hoy, es compatible.
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