España cierra la semana con la luz más barata de su historia
Menos de tres años después de las primeras turbulencias en los mercados energéticos, el viento, el sol y el agua llevan al mayorista a batir un récord que databa de 2013
Casi tres años después de las primeras curvas en los mercados energéticos —que acabarían derivando, invasión rusa de Ucrania mediante, en la mayor crisis sectorial de Europa—, el sistema eléctrico español registra los siete días más baratos de su historia. El precio mayorista de la luz cerrará la semana en 4,53 euros por megavatio hora (MWh), el dato más bajo desde que hay registros. Atrás quedan los 4,66 euros de la segunda de abril de 2013 —que era la más económica de toda la serie histórica hasta ahora— y también los 6,72 de la última de marzo de ese mismo año, que iba detrás.
Las razones que explican esta gran bajada de precios son, sobre todo, dos. La primera y más estructural, que ya venía de semanas atrás, es el hundimiento en la cotización del gas natural y de los derechos de emisión de dióxido de carbono (CO₂), que presiona a la baja todo el mercado en las horas en las que ese combustible fósil marca el precio de la luz. La segunda, coyuntural pero particularmente importante en esta racha semanal, tiene que ver con los mapas del tiempo: las fuertes rachas de viento han activado como nunca la energía eólica; el sol ha mantenido un buen tono fotovoltaico en muchos tramos diurnos; y las lluvias recientes en las cuencas más importantes han permitido un funcionamiento de las centrales hidroeléctricas notablemente por encima de la media de los últimos tiempos, en los que la sequía había hecho mella. La correlación es clara: a más renovables en el sistema, menor precio de la luz.
Este domingo, el precio mayorista de la luz será de cero euros la mayor parte de la jornada: entre la una de la madrugada y las seis de la tarde, según las cifras del Operador del Mercado Ibérico de Energía (OMIE). Serán horas en las que la suma de la generación renovable y nuclear —que está aflojando su producción ante el impulso de eólica y fotovoltaica— superará con creces la demanda. Y en las que las interconexiones con Francia, Portugal, Marruecos y Andorra estarán en inequívoco sentido exportador. Un patrón muy similar al de prácticamente todos los días de esta semana.
Los hogares en el PVPC, grandes beneficiados
No todos los consumidores se están beneficiando inmediatamente por este abaratamiento sin precedentes. Quienes sí llevan días viendo sustancialmente reducidos sus recibos son los algo más de ocho millones de hogares y pymes acogidos al mercado regulado o PVPC, cuyo precio bebe en gran medida del mayorista. En su caso, el recorte es inmediato. Para el resto, quienes optan por el mercado libre —en su mayoría, con tarifas fijas—, el respiro solo llegará cuando les toque renovar o cuando decidan pasarse al regulado.
La reciente caída en el precio de la electricidad ha sobrepasado, de hecho, las previsiones del Gobierno, que en su decreto de medidas anticrisis condicionó la rebaja del IVA de la luz a que la cotización del mercado mayorista permaneciese por encima de los 45 euros por MWh. En febrero ya cerró por debajo de esa cota, y tanto marzo como abril y mayo apuntan en la misma dirección, según los mercados de futuros. Un potente factor desinflacionista, que ya se ha dejado sentir en los datos de febrero, que permite también un respiro en las cuentas públicas.
La sensación generalizada en el sector, casi 11 años después del último récord de precios bajos, es que pasarán muchos menos hasta que se consiga batir uno nuevo. Esa impresión está avalada por los datos: mientras que la demanda eléctrica está anclada prácticamente en los mismos niveles de hace una década, las renovables, de largo las fuentes más baratas de generación, han crecido —y siguen creciendo— exponencialmente. En especial la solar fotovoltaica, que hunde a plomo los precios en los tramos centrales del día.
Aunque se supere, que se superará, una racha de precios tan bajos como los de esta semana no es sostenible en el largo plazo. Primero, por una cuestión meteorológica: el cóctel de viento, agua y sol que se ha dado en los últimos días ha sido extraordinario. Segundo, porque todos los modelos apuntan a una demanda ascendente en los próximos tiempos, a medida que el coche eléctrico y la aerotermia se abren paso en los hogares y la industria pasa consumos que hoy son fósiles a eléctricos. Y tercero, y no por ello menos importante, porque prácticamente ninguna planta de generación —ni actual ni futura— es rentable a estos precios.
Febrero ya fue el mes más barato desde que hay registros para quienes optan por el PVPC, donde los márgenes de las eléctricas están fijados de antemano y el precio de la luz varía hora tras hora y día tras día. En el segundo mes del año, los 40 euros justos por MWh en el mercado mayorista español supusieron una caída de casi el 70% respecto a un año antes y un 33% y un 29%, respectivamente, respecto a Alemania y Francia, los dos mayores polos de consumo del Viejo Continente.
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