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Moody’s rebaja la calificación del banco NYCB a bono basura y hunde aún más su cotización

New York Community Bancorp, la entidad que rescató el Signature Bank, lucha por su supervivencia ante el castigo del mercado

Sector inmobiliario
Una pantalla muestra la cotización de New York Community Bancorp en el parqué de la Bolsa de Nueva York, el pasado 31 de enero de 2024.BRENDAN MCDERMID (REUTERS)
Miguel Jiménez

Los inversores han señalado a New York Community Bancorp como posible próxima víctima de las turbulencias financieras en Estados Unidos desde la semana pasada y el castigo del mercado tiene algo de profecía que se autocumple. Las acciones de la entidad se desplomaron en Bolsa tras publicar por sorpresa que había entrado en pérdidas en el cuarto trimestre. Desde entonces, ha estado sometida a vigilancia constante y este martes la entidad ha recibido un duro golpe. Moody’s, la principal agencia de calificación financiera, ha rebajado la nota de solvencia de la entidad al nivel de bono basura.

Moody’s ha rebajado este martes la calificación de Baa3 a Ba2, dos escalones por debajo del grado de inversión, y además ha advertido de que puede haber nuevos recortes si las condiciones se deterioran. Una calificación así es una calamidad para una entidad financiera. Moody’s señala en su informe riesgos financieros y de gobernanza, incluidos los relativos a las funciones de riesgo y auditoría del banco, en un momento crucial para la entidad. Bloomberg publicó la semana pasada que directivos clave de esas áreas habían dejado la entidad.

Las acciones del banco se han desplomado este martes otro 22%, hasta 4,20 dólares, con lo que acumulaban al cierre una caída de más del 60% en una semana. Además, han vuelto a hundirse fuera del horario habitual de negociación tras conocerse el informe de Moody’s. En solo una semana, los títulos han perdido dos tercios de su valor y cotizan a su mínimo desde 1997.

Moody’s tiene previsto centrarse en las perspectivas de la cartera inmobiliaria comercial del banco, los beneficios, la capitalización y el uso de financiación mayorista al sopesar si vuelve a recortar sus calificaciones. También evaluará la gobernanza, incluida la gestión del riesgo y del balance.

La agencia ha indicado que podría rebajar la calificación del banco si sus resultados crediticios se debilitan, el uso de la financiación de mercado aumenta en relación con la financiación de depósitos, no consigue reforzar el capital o experimenta una pérdida de confianza de los depositantes que socave la liquidez. Desplomes en Bolsa y fugas de depósitos han ido de la mano en ocasiones en otras entidades, retroalimentándose.

La entidad comunicó la semana pasada que sus beneficios anuales se habían disparado, desde los 617 millones de 2022, hasta los 2.341 millones de 2023. Sin embargo, esos resultados incluían una partida contable de unos 2.200 millones de dólares de fondo de comercio negativo por la compra de activos de Signature Bank, una entidad que cayó en la crisis bancaria de hace un año. Una vez ajustados por esa partida y por otras partidas, el beneficio de 2023 fue de 609 millones de dólares, un 4% menos que el año anterior. Sin embargo, en el último trimestre, el banco registró unas pérdidas de 252 millones de dólares, con una necesidad de provisiones que sorprendió a analistas e inversores.

Silicon Valley Bank, Signature Bank y First Republic Bank cayeron el año pasado por sus inversiones en deuda, que perdieron valor con la subida de los tipos de interés. Se trataba de un problema que afectaba a muchas más entidades y por eso hubo por momentos un riesgo sistémico. En el caso de New York Community Bancorp el detonante de su entrada en pérdidas es el sector inmobiliario comercial. De nuevo, son muchos los bancos regionales estadounidenses que tienen una exposición relevante a ese segmento del mercado.

La subida de los tipos de interés, el auge del trabajo a distancia por la pandemia y otros cambios en las tendencias de los consumidores y la regulación han castigado el valor de los inmuebles comerciales y dificultado su refinanciación en algunos caos.

Curiosamente, NYCB fue una de las entidades que salió aparentemente reforzada de la crisis de hace un año al comprar Signature Bank. A través de su filial Flagstar Bank, acordó asumir 38.000 millones de dólares de los activos de dicho banco, incluidos 25.000 millones en efectivo y unos 13.000 millones en préstamos, a la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC). La cotización de sus acciones se duplicó con creces, hasta las cercanías de los 14 dólares por título a finales de julio, aunque en los últimos meses había cedido terreno.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.

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