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¿Qué sube y qué baja en 2024? Los precios se suavizarán, aliviados por el alza de las rentas y las medidas anticrisis

Subirá la luz y el gas, se abaratarán las hipotecas, se mantendrán los descuentos en los transportes públicos y las empresas pagarán más impuestos

Viajeros gestionan la compra de sus abonos de Renfe en una estación de Cercanías de Madrid.
Viajeros gestionan la compra de sus abonos de Renfe en una estación de Cercanías de Madrid.Mariscal (EFE)
Ramón Muñoz

El año nuevo se presenta con nubarrones en torno a cómo evolucionarán los precios de los productos y servicios básicos, pero alejándose de la borrasca de crisis económica e inflación disparada del último trienio, marcado por el triple efecto de la pandemia, la invasión rusa de Ucrania y las tensiones energéticas. Los precios seguirán subiendo en 2024, pero de forma más moderada. Las rentas del trabajo se recuperarán a mayor ritmo: los pensionistas tienen asegurado el poder adquisitivo, al tener referenciada su paga al IPC; los funcionarios verán aumentado su sueldo hasta un 2,5%; y los trabajadores de la empresa privada también gozarán de mayores incrementos salariales, incluidos en los nuevos convenios. Eso sí, tanto el IRPF como las cotizaciones sociales aumentan para la mayoría.

Las medidas anticrisis aprobadas en el último Consejo de Ministros también paliarán las dificultades de los hogares para llegar a fin de mes. La reducción del IVA de la energía —aunque cada vez menor— y alimentos básicos, así como el transporte gratuito o con amplios descuentos, aligerarán las facturas de las familias. Por el lado de la vivienda, aunque tanto la compra como el alquiler seguirán disparados e inasequibles para una proporción cada vez más grande de la población, el descenso del euribor supondrá un alivio para los que estén pagando una hipoteca con tipos variables o los que se quieran comprar un piso.

La inflación acabó 2023 en el 3,1 %, tras moderarse en la última parte del año, y los precios subieron de media un 3,5%, cinco puntos menos que en 2022, gracias al abaratamiento de la energía. El Banco de España prevé que el IPC crezca un 2,3% en 2024. Los ahorros verán también aumentada su rentabilidad, puesto que —a pesar de que los tipos de interés parecen haber tocado techo— los bancos están perdiendo paulatinamente el colchón de liquidez del Banco Central Europeo (BCE) y deben remunerar a sus depositantes para atraer fondos, y competir con las letras del Tesoro. Estas son las variaciones más relevantes que afectarán al bolsillo del consumidor y las cuentas de las empresas en 2024:

Energía. Una de las incógnitas más relevantes del nuevo año es tratar de adivinar qué ocurrirá con el precio de la electricidad, el gas y los carburantes. Aunque los mercados de materias primas son tan soberanos como inescrutables, hay algunas pistas que apuntan, al menos en los dos primeros casos, a una subida moderada en la factura por motivos fiscales. El Gobierno ha optado por ir retirando poco a poco las rebajas extraordinarias del IVA: pasará del 5% al 10% el 1 de enero, para luego escalar al 21% en abril en el caso del gas, y en enero de 2025, en la luz.

El Impuesto Especial sobre la Electricidad (IEE), que se mantenía hasta ahora en el 0,5%, irá subiendo hasta alcanzar la normalidad en la segunda mitad del año. De enero a marzo, quedará en el 2,5%; de abril a junio pasará al 3,8%, y posteriormente alcanzará el 5,1% en el que estaba fijado antes de la crisis. El Impuesto sobre el Valor de la Producción de la Energía Eléctrica (IVPEE) también subirá de manera paulatina. Hasta marzo tendrá un tipo del 3,5%; luego pasará al 5,25% hasta junio, y posteriormente alcanzará el 7%, el nivel previo a la crisis. El impacto sobre los consumidores será directo en el caso del IVA e indirecto en el caso del IEE y el IVPEE, que afectan más al mercado mayorista y a las empresas eléctricas que a las familias, pero que acabarán siendo repercutidos.

En el resto de frentes hay pocos cambios. Los consumidores vulnerables y las familias numerosas podrán seguir beneficiándose del bono social eléctrico y térmico más generosos desde que hay registros. La tarifa de último recurso del gas (TUR, la regulada) seguirá topada, aunque subirá un 8% en el primer trimestre. Y los hogares con butano seguirán pagando un precio máximo de 19,55 euros por bombona.

En el caso de la gasolina y el diésel, que cierran 2023 en zona de mínimos del ejercicio, no hay novedades fiscales ni normativas. De modo que todo dependerá de lo que ocurra en un mercado internacional, el del petróleo, siempre al albur del tablero geopolítico y de los márgenes de las empresas de refino, que se han moderado en los últimos meses y que deberían seguir haciendo en los próximos, ya superado el cuello de botella provocado por la invasión rusa de Ucrania.

Pensiones
Una pareja de jubilados, en Sevilla. PACO PUENTES

Salarios y pensiones. Más previsible se presenta la evolución de las rentas del trabajo. El pacto salarial que sindicatos y patronales firmaron en mayo recomienda un alza salarial general del 3% en 2024, incremento al que se puede agregar un 1% adicional si la inflación supera ese 3%. Las grandes empresas de sectores como la distribución, las aerolíneas o los bancos ya han firmado convenios para los próximos años con subidas mayores. También será superior el incremento del salario mínimo interprofesional (SMI). Por el momento, el Consejo de Ministros ha prorrogado el actual de 2023 para 2024, a saber, 1.080 euros brutos en 14 pagas. Pero es previsible que en los próximos días o semanas se anuncie el nuevo incremento. El Ministerio de Trabajo plantea elevarlo un 4%, hasta 1.123 euros.

Por su parte, el sueldo de los funcionarios se incrementará un 2% en 2024, con posibilidad de subir un 0,5% adicional en función del avance de los precios. Esta subida forma parte de un paquete más amplio, de un 9,5% entre 2022 y 2024.

Las pensiones también suben en 2024, concretamente un 3,8%, en línea con la inflación media registrada entre diciembre de 2022 y noviembre de 2023. Con ese incremento, la pensión máxima quedará en 44.450 euros anuales, 3.175 euros brutos al mes en 14 pagas. Hay prestaciones que aumentan aún más, las que perciben los más vulnerables, en cumplimiento del acuerdo que los sindicatos alcanzaron con el Ministerio de Seguridad Social en marzo. Aún no se conoce el detalle de cada pensión, pero sí las líneas generales: las mínimas subirán entre el 5% y el 7%; las de viudedad con cargas familiares, un 14,1%; y las no contributivas (aquellas que perciben las personas que no han cotizado suficiente cuando llega su jubilación) un 6,9%. Este último guarismo también se aplica al Ingreso Mínimo Vital.

Por otro lado, el Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples (IPREM) se queda como estaba: en 600 euros. Este índice es fundamental para cientos de miles de personas, ya que sirve como referencia para la concesión de varios tipos de ayudas. Una de ellas es el subsidio por desempleo, que perciben casi un millón de personas en España. El Consejo de Ministros acaba de aprobar una reforma de estas prestaciones que entrará en vigor en junio de 2024: desde entonces la mayoría de ayudas subirán de los 480 euros actuales (el 80% del IPREM) a 570, una cuantía que decrecerá a 540 tras seis meses de prestación y a 480 si se llega al año. Los receptores de la ayuda para mayores de 52 años seguirán percibiendo el mismo subsidio que hasta ahora y sufrirán una paulatina reducción de la base de cotización.

En este último ámbito, las cotizaciones que pagan trabajadores y empresas crecerán en 2024. Esto se debe a la senda de subida establecida para el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), ideado para aumentar los ingresos de la Seguridad Social y hacer frente con más recursos al envejecimiento de la población. En 2023, el MEI es un 0,6% de cotización adicional sobre la base de cotización por contingencias comunes; y en 2024 será un 0,7% (un 0,58% a cargo de la empresa y un 0,12% a cargo del trabajador). Este instrumento seguirá creciendo hasta alcanzar un 1,2% en 2029.

Impuestos. 2024 vendrá cargado de cambios en materia fiscal. El Gobierno ha aprobado el referido paquete de ayudas contra la inflación que prorroga varias rebajas tributarias que de otra forma hubieran expirado el 31 de diciembre, pero con el objetivo de retirarlas paulatinamente. Pretende así mantener el escudo social y a la vez ahorrarse miles de millones de euros para poder conseguir el objetivo de déficit del 3% comprometido con Bruselas para el próximo año. Por otro lado, habrá actualizaciones y novedades tanto en los impuestos extraordinarios como en los convencionales, así como adaptaciones a la normativa europea.

Pescados y mariscos en un puesto del mercado de La Encarnación de Sevilla.
Pescados y mariscos en un puesto del mercado de La Encarnación de Sevilla.PACO PUENTES

Hasta el 30 de junio seguirá vigente la rebaja del IVA alimentario: el 0% para los productos básicos como pan, huevos, frutas y hortalizas; y del 5% en el caso de los aceites y la pasta. Su coste rondará los 1.600 millones. También se prorrogan los gravámenes extraordinarios a banca y a energéticas (con rebajas por las inversiones que impulsen la transición ecológica) con el objetivo de hacerlos permanentes, ya que se crearon inicialmente para dos ejercicios.

También se mantiene el tributo a las grandes fortunas a la espera de reformar la financiación autonómica. Mientras tanto, las comunidades que tenían bonificado el Impuesto sobre el Patrimonio —Madrid, Andalucía y Galicia— han anunciado que lo reactivarán, y varios gobiernos regionales, como La Rioja o Aragón, han aprobado rebajas fiscales a las sucesiones y donaciones de cara a 2024.

En cuanto al IRPF, se prorrogan las deducciones para obras en la vivienda que mejoren la eficiencia energética y se mantiene la ayuda a la compra de vehículos eléctricos. Por otro lado, desaparece la reducción extraordinaria del 10% sobre el rendimiento neto de los autónomos en módulos, que vuelve al 5%, pero se mantienen invariados para 2024 los límites de facturación. También se prorrogan los límites en el IVA para el régimen simplificado y especial de la agricultura, ganadería y pesca.

Con todo, el mayor efecto negativo de este impuesto sobre el bolsillo de los contribuyentes, es la negativa un año más del Gobierno de Pedro Sánchez a deflactarlo, es decir, a adaptar los tramos generales de la renta a las subidas del IPC. O sea, si el dato de inflación es del 3,1%, reducir todos los tramos de renta en la misma medida con el objeto de no aumentar la carga fiscal aprovechando la subida general de los precios. Solo los contribuyentes de las comunidades autónomas de Madrid, País Vasco, Canarias, Aragón y Navarra, cuyos gobiernos regionales han decidido deflactar sus tramos autonómicos del IRPF, se verán parcialmente beneficiados por la medida.

En el ámbito de la fiscalidad corporativa, el Gobierno ha aprobado el anteproyecto de ley que transpone la directiva europea sobre la tributación de las multinacionales. Estas pagarán en el Impuesto de Sociedades al menos un 15% sobre su resultado contable ajustado, una medida también contemplada en el acuerdo de coalición entre PSOE y Sumar y cuya previsión de recaudación aún no está cuantificada. En el Impuesto de Sociedades también se prorroga la posibilidad de amortizar libremente las inversiones en instalaciones renovables de autoconsumo. Por otra parte, en 2024 se actualizarán los coeficientes máximos para determinar la base imponible del Impuesto de Plusvalía.

Viviendas en construccióin en Fuengirola (Málaga).
Viviendas en construccióin en Fuengirola (Málaga).Jorge Zapata (EFE)

Vivienda. La ley de vivienda aprobada el pasado mayo traerá dos novedades relacionadas con el alquiler en 2024. Por un lado, la actualización de rentas en los contratos vigentes se verá limitada al 3%, frente al 2% actual. Es el tope que se pactó incluir en la norma para la revisión anual de precios, cuando esta viene contemplada en el acuerdo de arrendamiento, que se hace en el mismo mes en que se firmó el contrato. La Ley de Arrendamientos Urbanos limita esa actualización a lo que marque el IPC, pero, cuando la inflación se disparó, el Ejecutivo decidió poner un máximo del 2% para proteger a los inquilinos. En 2024 se decidió que sería del 3% y para 2025 debería entrar en vigor un nuevo sistema, una vez el Instituto Nacional de Estadística (INE) elabore un indicador específico para estas actualizaciones de renta.

La segunda novedad afecta a los caseros. Hasta ahora contaban con una bonificación fiscal sobre el 60% de las rentas de alquiler que percibían. La ley de vivienda rebaja ese porcentaje con carácter general al 50%. Solo es posible obtener mayores bonificaciones en caso de tener un piso en un área tensionada y alquilarlo con determinadas condiciones (por ejemplo, a una persona joven o rebajando el precio sobre el anterior contrato más de un 10%). Pero como estas áreas no han sido declaradas todavía en ninguna comunidad autónoma (Cataluña es la única que tiene intención de hacerlo), la realidad es que desde enero se verá reducida la bonificación.

En cuanto a los precios, se esperan pocas novedades: tanto el alquiler como la compra seguirán encareciéndose, según la mayoría de expertos. Aunque algunos conceden que la segunda mano podría bajar. El gran cambio, seguramente, llegará por el lado hipotecario. El euribor ya ha caído con fuerza en diciembre (el mayor retroceso mensual en más de 14 años) y por eso los analistas esperan que los préstamos se abaraten durante 2024. Aunque, advierten, seguirán siendo más caros que antes de la pandemia, ya que casi todas las apuestas sitúan este indicador entre el 3% y el 3,5% (frente al 3,7% actual).

Transporte. La prórroga de las subvenciones al transporte público dará un respiro a quienes lo utilizan cada día para ir a su lugar de trabajo o de estudio. Los abonos gratuitos de Renfe para viajeros frecuentes en Cercanías y Media Distancia, y los billetes de las líneas de autocar estatales se prorrogan durante todo 2024, aunque habrá que renovarlos cada cuatro meses, y realizar al menos 16 viajes cada cuatrimestre. También tendrán un descuento del 50% los servicios Avant y algunos trayectos cortos del AVE.

Respecto al transporte urbano (autobús, metro y tranvía), la mayor parte de los ciudadanos gozarán de un descuento de al menos el 50% en los abonos: 30% a cargo del Estado y 20% a cargo de las autonomías. Este año, todas las comunidades aplicaron los descuentos, por lo que es previsible que la medida sea general. Baleares y Canarias gozan de un régimen especial porque el transporte público es gratuito durante todo el año para los viajeros recurrentes, al asumir el Estado el 100% de la subvención.

Los automovilistas que usen las autopistas sí tendrán que rascarse el bolsillo. Los peajes de las vías de titularidad estatal bajo concesión administrativa subirán a partir del 1 de enero entre un 5% y un 6,65%, en función de las condiciones específicas de cada concesión.

Telecomunicaciones y Correos. Las grandes compañías de telecomunicaciones aplicarán subidas generalizadas en 2024, aunque en la práctica estas se verán aminoradas por las fuertes promociones periódicas que hacen todas las firmas dada la tendencia hacia el bajo coste. A partir del 15 de enero, Telefónica subirá sus paquetes de fibra y móvil entre uno y tres euros al mes a los clientes de Movistar. Vodafone también aumentará en un 4,38% todas sus tarifas en enero, de acuerdo a su política de actualización de precios de acuerdo a la inflación promedio anual del año anterior. Ni Orange ni MásMóvil, en pleno proceso de fusión, han anunciado aún su política de precios para 2024. La única que ha dicho que no subirá sus tarifas ha sido la rumana Digi, la operadora que más crece gracias a sus planes sencillos y low cost.

Las tarifas postales también suben. El sello de la carta nacional ordinaria, con un peso de hasta 20 gramos, las más enviadas, costará el próximo 1 de enero 0,82 euros, un 5,1% más. Las cartas internacionales a Europa se franquearán con 1,70 euros, con una subida de cinco céntimos (+2,94%), mientras que se congela para el resto de destinos. Y la paquetería nacional aumenta su precio un 1,99% de media, mientras que los burofax mantienen su tarifa, según Correos.

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