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El euríbor acelera su bajada en diciembre con la mayor caída mensual en más de 14 años

La mayoría de las hipotecas variables que se revisen ahora seguirán encareciéndose, aunque las que se recalculan más de una vez por año encontrarán ya el primer alivio

Hipoteca Euribor
Vista de un grupo de viviendas en Barakaldo (Bizkaia), el día 17.Miguel Toña (EFE)
José Luis Aranda

Lo del euríbor ya es definitivamente otra historia. El indicador que toman como referencia la mayoría de las hipotecas variables en España ha protagonizado en diciembre la mayor caída mensual en más de 14 años, desde febrero de 2009. A falta de un día para el cierre definitivo, la media se sitúa en el 3,679%. Es decir, 0,343 puntos menos (la sexta contracción más abultada de todos los tiempos) que en noviembre, cuando ya retrocedió. Las ligeras oscilaciones que empezaron a observarse en verano palidecen ante lo que se ha vivido con la llegada del invierno. La inflación parece en vías de controlarse y los mercados dan por hecho que el Banco Central Europeo (BCE) no subirá más los tipos de interés oficiales. Es más, suponen que los acabará bajando en algún momento de 2024. Pese a ello, la mayoría de las hipotecas que se revisen en diciembre verán encarecerse sus letras, aunque para aquellas que se recalculan cada tres o seis meses el año nuevo llegará ya con el primer alivio.

Para una hipoteca media (145.510 euros a pagar en 24 años, según los datos del INE en 2022) que se hubiera solicitado en diciembre de 2022 y tuviera un diferencial de euríbor más un punto, ahora las letras saldrían 37,7 euros más caras. Es decir, habría que pagar unos 452 euros más en un año. Es un incremento inferior al 5%, el menos abultado desde marzo del año pasado, cuando el euríbor empezó a subir con fuerza. El aumento se debe a que, pese a la bajada de este mes, el indicador se encuentra todavía por encima de los niveles de 12 meses atrás. Sin embargo, está ya por debajo de las medias que había marcado en los últimos ocho meses y por eso quienes revisan la hipoteca con una periodicidad más corta (lo que no es habitual) sí verán una rebaja.

El movimiento de diciembre responde en gran medida a expectativas. El euríbor no es más que un indicador teórico: el interés al que una serie de bancos de la eurozona estarían dispuestos a prestarse dinero entre sí. El condicional es importante porque no se trata de operaciones reales. Y su importancia es que ese ejercicio hipotético, planteado con un plazo de devolución del dinero de 12 meses, es la referencia que toman la mayoría de las hipotecas variables en España para calcular sus importes. De ahí que sea tan relevante lo que está pasando ahora como lo que esos bancos creen que va a pasar dentro de un año con los tipos de interés oficiales que marca el BCE. El euríbor no está obligado a seguirlos, pero la realidad es que siempre trata de emularlos.

Eso explica que en el primer semestre del año pasado el indicador empezara a subir con fuerza, pese a que el BCE no movió ficha hasta julio para corregir la política monetaria de tipos ultrabajos que llevaba una década imperando en la eurozona. Desde entonces hemos asistido a uno de los giros de política monetaria más abruptos de la historia, con 10 incrementos consecutivos, y el euríbor ha respondido en consonancia. Pero en la reunión de octubre, el regulador del euro no movió nada. Y en diciembre ha hecho lo mismo. “Parece que ya se ha tocado techo y ahora la pregunta es cuánto tiempo se mantendrá ahí antes de bajar”, resume Hugo Rodríguez, investigador del Instituto de Análisis Económico del CSIC. La respuesta a esa cuestión, para los bancos, es que el precio oficial del dinero retrocederá antes de un año, de ahí que el euríbor a 12 meses se modere.

Hipotecas más caras que antes

Esto supone un cambio de escenario radical para muchos prestatarios. Los incrementos de las cuotas que empezaron a detectarse a principios del año pasado alcanzaron su cima en marzo de este año: una hipoteca media se encareció entonces en más de 270 euros al mes. Posteriormente, esos incrementos se han ido moderando, pero hay que tener en cuenta que es porque el año anterior ya habían absorbido una parte del aumento. En total, entre la revisión de 2022 y la de 2023, un préstamo medio se ha encarecido en unos 300 euros al mes. Y esa tendencia podría mantenerse unos meses más, en función de cómo de empinada sea la senda de descenso que ya se ha iniciado y hasta dónde llegue, pero parece que el momento en que las letras bajen está más cerca. “Ahora observaremos lo contrario de lo que hemos visto en los últimos tiempos”, explica Rodríguez, “los tipos de las hipotecas se beneficiarán de los tipos que van bajando”.

La mala noticia para quienes tienen préstamos variables es que hay consenso entre los analistas en que la caída de ahora tiene un recorrido mucho más corto que el de subida. Nadie espera que el BCE vuelva a situar tipos oficiales en el 0% o incluso en negativo. “Tendría que pasar una cosa muy gorda para volver a esa situación”, señala el investigador del CSIC, quien apuesta por un tipo de interés que “debería estar entre el 3% y el 4%” para cuando la inflación retorne al objetivo del 2%. Ese escenario supondría que gran parte del movimiento a la baja se ha recorrido ya este diciembre. Y, aunque es muy probable que en 2024 los prestatarios noten un consuelo al recalcular sus cuotas, las hipotecas a la postre serán sí o sí más caras que antes de la pandemia.

[Esta pieza ha sido actualizada el 29 de diciembre de 2023 para incluir los datos definitivos de cierre del mes].

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Sobre la firma

José Luis Aranda
Es redactor de la sección de Economía de EL PAÍS, diario donde entró a trabajar en 2008. Escribe habitualmente sobre temas de vivienda y referentes al sector inmobiliario. Es licenciado en Historia por la Universitat de València y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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