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La española Exolum compra una gran planta de amoniaco en EE UU

La instalación, en la que la antigua CLH tendrá una participación del 50%, está en Houston y albergará uno de los mayores proyectos del mundo de producción de un vector energético. Su intención es traer el aprendizaje y aplicarlo en España

Ignacio Fariza
La planta de amoniaco de Houston, en una imagen reciente.
La planta de amoniaco de Houston, en una imagen reciente.

Exolum entra a lo grande en Estados Unidos. La antigua CLH, líder en el transporte y distribución de productos petrolíferos en España, comprará una gran terminal de almacenamiento de amoniaco verde en la boca del canal de Houston, uno de los mayores polos petroquímicos de Occidente. La adquisición, que adelanta EL PAÍS, será anunciada en las próximas horas y quedará únicamente pendiente del habitual visto bueno de los reguladores, que la empresa prevé para febrero. Aunque hasta entonces no se conocerán las cifras económicas de la operación, la operación será de “cientos de millones” de dólares. Hasta ahora, Exolum no tenía presencia en el gigante norteamericano.

La planta texana será piedra angular del mayor proyecto de amoniaco limpio —un derivado del hidrógeno— de EE UU y uno de los mayores del mundo, en el que la española y sus socios locales invertirán 1.400 millones de dólares (casi 1.300 millones de euros) en los próximos años con el objetivo prioritario de aumentar las exportaciones a Asia. Cuando esté operando a pleno rendimiento, será capaz de generar 1,1 millones de toneladas de amoniaco cada año; todas ellas, con captura de dióxido de carbono (CO₂). Unas cifras que lo convertirán en uno de los mayores del mundo.

“Es el primer paso para entrar de lleno en los combustibles descarbonizados. Y, para nosotros, tiene el valor de adquirir el know how [las capacidades y el conocimiento] y traerlo a España, donde hay mucho potencial”, apunta Jorge Lanza, consejero delegado de Exolum, en conversación con este diario. “Houston es el sitio en el que hay que estar”. Esta zona de EE UU, la más petrolera, es particularmente competitiva en la producción petroquímica por la elevada disponibilidad y bajo precio del crudo y del gas.

La reconversión de su actividad en España

La idea de futuro de la antigua CLH pasa por convertir los puertos españoles —en los que tiene importantes tanques de almacenamiento de combustibles fósiles— en polos de exportación de moléculas verdes, ya sea en forma de metanol o de amoniaco. “En España hay mucho potencial de producción, pero no el conocimiento necesario para su manejo: no hay ningún logístico que lo trabaje. Es un producto tóxico y corrosivo, pero muy necesario en el mundo. Y esta inversión, que será de centenares de millones de euros, acelerará ese conocimiento”, añade Lanza. “Necesitamos invertir en negocios relacionados con la transición energética para revertir el potencial impacto negativo de la caída de la demanda de productos petrolíferos”, reconoce. “Y el amoniaco limpio es nuestra apuesta más fuerte de inversión en el corto y medio plazo”.

VMH, las siglas con las que se conoce la instalación, está actualmente gestionada por Vopak (50%) y por Moda Management (50%). A esta última compañía es a la que le compra la participación Exolum. “VHM ya es un player logístico establecido en el sector del amoniaco, una plataforma de importación y exportación que ya genera flujos de caja estables, y que es capaz de acomodar fácilmente proyectos de expansión por contar con terreno y permisos disponibles, subraya la compañía.

La planta —inaugurada a finales de 2021— es una de las más modernas del mundo y tiene una capacidad de almacenamiento de 70.000 toneladas, lo que le convierte en una de las más grandes de América. En el futuro, su misión principal será la exportación de amoniaco azul —generado con combustibles fósiles, pero libre de emisiones, porque se captura el CO₂— a Japón y a Corea del Sur para generar electricidad y reducir la huella contaminante del carbón en sus centrales térmicas. El proyecto obtendrá importantes subvenciones procedentes de la Ley de Reducción de la Inflación estadounidense (IRA, por sis siglas inglés).

Más allá de su uso —temporal— en centrales térmicas en Asia, el amoniaco libre de carbono es la manera más efectiva de transportar el hidrógeno a largas distancias, a la imagen y semejanza del gas y el gas natural licuado (GNL). Y está llamado a jugar un papel esencial en la industria de producción de fertilizantes y en el transporte marítimo. En este último ámbito, las principales navieras mundiales se debaten estos días entre apostar por el amoniaco o por el metanol como combustible del futuro para sus barcos.

En paralelo, las energéticas van tomando posiciones para el cambio de paradigma que está por llegar. “La demanda del mercado de amoníaco ya existe, y está preparada para crecer de la mano de los nuevos usos esperados, confía la antigua CLH. “El crecimiento del sector del amoniaco limpio requerirá inversiones en infraestructura de transporte y logística (tanques, oleoductos, muelles), replicando las cadenas de valor similares a las de los productos petrolíferos o el GNL. Y Exolum puede aprovechar su presencia y experiencia posicionándose como un actor competitivo en este negocio”.

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Sobre la firma

Ignacio Fariza
Es redactor de la sección de Economía de EL PAÍS. Ha trabajado en las delegaciones del diario en Bruselas y Ciudad de México. Estudió Económicas y Periodismo en la Universidad Carlos III, y el Máster de Periodismo de EL PAÍS y la Universidad Autónoma de Madrid.

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