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Disney presume de su poder económico en Florida en medio de su pelea con el gobernador Ron DeSantis

Un estudio encargado por la compañía afirma que genera un impacto económico de 40.000 millones de dólares y es responsable de 263.000 empleos en el Estado

Luis Pablo Beauregard
Parque de atracciones Magic Kingdom, dentro de Walt Disney World
Unos turistas toman fotografías en el parque de atracciones Magic Kingdom, dentro de Walt Disney World, en Buena Vista, Florida.Ted Shaffrey (AP)

Disney muestra su músculo. El gigante del entretenimiento ha presumido este martes del profundo impacto económico que tiene en Florida, su principal bastión y un Estado donde protagoniza desde abril un pulso con su gobernador, el republicano Ron DeSantis. Es en medio de esta disputa en tribunales que la compañía ha querido elevar el perfil y asegurar que es responsable de 260.000 empleos directos e indirectos y que su actividad dejó beneficios por 40.000 millones de dólares el año pasado. “Disney es vital para financiar los servicios públicos, pues generó 6.600 millones de dólares en impuestos, incluyendo 3.100 millones de impuestos locales y estatales”, ha señalado Adam Sacks, de Oxford Economics, quien ha elaborado un estudio.

Disney afirma que si no existiera en Florida, un Estado de 22 millones de habitantes, el índice de desempleo saltaría del 3% al 5,4%, lo que lo colocaría en el segundo sitio con más paro en Estados Unidos. Hoy ocupa el lugar número 21. La empresa tiene una fuerza de trabajo de 82.000 personas. El 12% de los trabajadores, uno de cada ocho en el estado, labora para la compañía de Mickey Mouse en la región central de la entidad. Los empleados van más allá de los del parque de atracciones Walt Disney World. También se contabilizan aquellos de la línea de cruceros en Cabo Cañaveral y otros ubicados en los resorts de Fort Lauderdale y Miami.

El estudio de Oxford Economics fue comisionado por Disney. Ha sido presentado este martes en la reunión anual de la industria global de parques de atracciones, que se celebra en esta semana en la ciudad de Orlando. Hace 58 años y justo por estas fechas, Walt y su hermano Roy anunciaron en una conferencia de prensa “El Proyecto de Florida”. Así llamaron en un primer momento a lo que años después se convertiría en su segundo parque en Estados Unidos, Walt Disney World. Este abrió sus puertas en octubre de 1971. Hoy el sitio ocupa más de 100 kilómetros cuadrados, casi dos veces el tamaño de la isla de Manhattan. Sus cuatro parques de atracciones son visitados por 58 millones de personas anualmente. Esto lo convierte en el complejo de atracciones más visitado del mundo. Los turistas provocan una derrama de 12.000 millones de dólares en la entidad, de acuerdo a los economistas.

“Los números hablan por sí mismos de por qué Disney es tan importante para los empleos, la economía y el turismo de nuestra región”, ha señalado Jeff Vahle, el presidente de Walt Disney World. “Las futuras inversiones que haremos darán mayores oportunidades a la gente de Florida”, añadió. La empresa ha prometido destinar unos 17.000 millones de dólares en los próximos años, lo que podría crear otros 13.000 empleaos.

La empresa asegura que su calado es tan relevante que ayudan a prosperar a unos 2.500 pequeños comercios en la zona. Unos 160 negocios propiedad de terceros se encuentran dentro del parque de atracciones. Esto hace que Disney sirva de cobijo, tarde o temprano, a uno de cada 32 empleos que tiene Florida. En una llamada reciente con sus accionistas, Disney admitió que habían caído las visitas a Walt Disney World después de haber cancelado la Galactic Starcruiser, una estancia de hotel de dos noches inspirada en Star Wars que tenía un precio de entre 4.800 y 6.000 dólares.

Las cifras dadas a conocer esta mañana en Orlando pretenden dar un rostro dulce al duro choque que Disney mantiene con Ron DeSantis. El gobernador local, quien busca convertirse en el aspirante republicano a la presidencia, eligió una batalla con el gigante para mostrar que su cruzada contra la ideología woke (progresista) iba en serio. DeSantis enfocó el ataque cuando la empresa se posicionó en contra de una de sus leyes estrella, que prohíbe la enseñanza de educación sexual y temas de género en los primeros años del sistema público. La polémica ley es conocida por sus críticos como “No digas gay”.

El conflicto escaló cuando el político hizo una maniobra para nombrar a los cinco funcionarios que presiden el órgano de vigilancia del distrito donde está Walt Disney World. La afrenta rompió el acuerdo tácito entre el poder político de Tallahassee, la capital, con el poder económico de Orlando. Era la primera vez desde 1955 que Disney no designaba a los miembros del organismo. Disney acudió en respuesta a los tribunales para demandar a DeSantis por sus “represalias” y por instaurar un ambiente “antiempresarial” en la entidad.

La tensión entre las partes llevó a que Disney cancelara, de momento, la construcción de un edificio corporativo que albergaría a todos sus ingenieros dedicados a la creación de atracciones para sus parques. Estos se encuentran en Los Ángeles y la empresa había planeado reubicar a unos 2.000 al este para reforzar su presencia en Florida. La inversión rondaba los 1.000 millones de dólares, pero se puso en pausa. DeSantis aseguró en agosto que ya dejó atrás sus problemas con Disney. La disputa en tribunales continúa, sin embargo.

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Sobre la firma

Luis Pablo Beauregard
Es uno de los corresponsales de EL PAÍS en EE UU, donde cubre migración, cambio climático, cultura y política. Antes se desempeñó como redactor jefe del diario en la redacción de Ciudad de México, de donde es originario. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Los Ángeles, California.

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