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El FMI condiciona el cumplimiento del déficit de España en 2024 a la retirada de las ayudas energéticas

“Recomendamos a España un ritmo más fuerte de consolidación fiscal a partir del año que viene″, afirma el director de Análisis Fiscal del fondo, Vitor Gaspar

El director de Asuntos Fiscales del FMI, Vitor Gaspar.
El director de Asuntos Fiscales del FMI, Vitor Gaspar.Kim Haughton
Lluís Pellicer (Enviado especial)

El Fondo Monetario Internacional (FMI) cree que España cumplirá con los objetivos de déficit comprometidos con Bruselas y cerrará 2024 con un desfase presupuestario inferior al 3% del Producto Interior Bruto (PIB). Sin embargo, el organismo con sede en Washington supedita la consecución de esas metas a la retirada de las ayudas energéticas, que estima que equivalen a un punto porcentual del PIB. “Esperamos que el déficit fiscal mejore del 3,9% del PIB en 2023 al 3% en 2024. Eso está en línea con nuestras proyecciones. Claramente, creemos que la previsión está condicionada a que todas las medidas de apoyo a la energía y algunas otras medidas de control de precios se eliminen gradualmente, exactamente como se planificó, cuando expiren a finales de este año”, afirma el director de Asuntos Fiscales del FMI, Vitor Gaspar, en una entrevista con EL PAÍS.

La institución que dirige Kristalina Georgieva, según recoge el informe Fiscal Monitor publicado este miércoles y avanzaban el día antes las Proyecciones Económicas Mundiales, espera que España cumpla con sus objetivos gracias a un aumento del 4,7% de los ingresos y del 2,8% de los gastos. Ese escenario se cumplirá, según el FMI, si se retiran las ayudas aprobadas para hacer frente a la crisis energética y a la vez se siguen recibiendo los desembolsos previstos del fondo europeo de recuperación Next Generation EU. El Gobierno aprobó varios paquetes para hacer frente a la crisis inflacionista: se rebajaron los impuestos de la factura de la luz, se reforzó el bono social término y eléctrico y se redujo el IVA del gas y de los alimentos básicos, entre otras medidas. El Gobierno debe remitir esta semana a Bruselas su plan presupuestario para 2024, donde debería plasmar la suerte de esas actuaciones.

Sin embargo, en un escenario sin cambios en las políticas fiscales, el déficit volverá a subir en 2025 hasta cerca del 3,4%. “De cara al futuro, serán necesarios mayores esfuerzos para reducirlo y mantener la deuda pública a un ritmo suficientemente decreciente”, afirma Gaspar. De hecho, el FMI augura que la deuda pública se situará este año ya en el 107,28% del PIB y en el 104,7% en 2024, muy por debajo del 110% que preveía el Gobierno. A partir de 2025, sin la adopción de nuevas medidas, el endeudamiento quedaría anclado alrededor del 103,9% del PIB. “Recomendamos un ritmo más fuerte de consolidación fiscal a partir de 2024, que es necesario para reconstruir el colchón y crear espacio para futuros golpes económicos”, sostiene Gaspar, quien cree que el Ejecutivo debe seguir eliminando todas las ayudas de estos años, ampliar las bases impositivas o profundizar en los impuestos ambientales. El FMI no está preocupado por que la formación de un Gobierno en España pueda retrasar esas decisiones. “Sobre la transición gubernamental en España, quiero enfatizar que hay tiempo suficiente para implementar las medidas de consolidación necesarias más allá de 2024″, señala el directivo del FMI y exministro portugués, quien por si hay dudas añade: “No creo que sea urgente”.

Calviño: “No se ha tomado ninguna decisión”

Sin embargo, la vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, ha sostenido que todavía no hay nada decidido sobre la retirada de los paquetes de medidas adoptados para paliar la subida de los precios energéticos. “No se ha tomado ninguna decisión al respecto y, como he señalado reiteradamente, de aquí a final de año tomaremos las decisiones oportunas”, ha insistido la vicepresidenta, quien ha avanzado que el plan presupuestario que se remitirá a Bruselas se basará en una política económica “sin cambios”. Aun así, Calviño se ha felicitado de que las cifras del FMI avalen las del Gobierno. “Todos los organismos están validando la senda presentada por el Gobierno de España para reducir el déficit y la deuda lo más rápidamente posible. Hemos cumplido ampliamente nuestros compromisos en los últimos años y vamos a seguir con esa responsabilidad fiscal”, ha agregado la también ministra de Asuntos Económicos.

Si bien los datos de crecimiento económico sitúan a Estados Unidos en una mejor posición que la zona euro, no ocurre lo mismo con su posición fiscal. Washington verá cómo este año su déficit fiscal se dispara hasta el 8,2% del PIB y el año que viene permanecerá en niveles elevados, del 7,4%. La zona euro, en cambio, registrará un déficit conjunto del 3,4% en 2023 y del 2,7% en 2024. Habrá, sin embargo, grandes diferencias dentro del club de países de la moneda única. Italia (-4%), Francia (-4,5%) o Bélgica (-4,8%) se situarán fuera de los parámetros del Pacto de Estabilidad o Crecimiento, que fijan un tope de déficit del 3%. Países Bajos (-1,9%) Alemania (-1,7%) o Portugal (-0,1%) cumplen a rajatabla. “En la zona euro, los déficits cayeron en 2021 y 2022 debido a la recuperación económica, la inflación y la retirada del apoyo relacionado con la pandemia. Se prevé que los ratios de deuda pública disminuyan continuamente en la zona euro y se acerquen a los niveles anteriores a la pandemia en 2028″, pronostica Gaspar.

Reforma de las reglas fiscales

A pesar de que las proyecciones para la zona euro son mucho mejores que para EE UU, Gaspar pone deberes a los países de la moneda única. En especial, dos tareas. La primera, reconstruir sus reservas fiscales, en la línea de la recomendación a España. “Como hemos visto en las últimas semanas, los rendimientos de los bonos soberanos han aumentado más en los Estados miembro de la zona euro con una deuda elevada”, recuerda el directivo del FMI. “El endurecimiento fiscal también apoyará al Banco Central Europeo en sus esfuerzos para rebajar la inflación a tiempo y contribuir a bajar los tipos de interés”, añade.

Y dos, Gaspar pide celeridad en la reforma de las reglas fiscales. El FMI, en general, está de acuerdo con la propuesta que la Comisión Europea ha puesto encima de la mesa y que provoca recelos en Berlín, que querría ver unas normas más duras. El organismo ve especialmente con buenos ojos que los planes sean individualizados y que la norma se base en una regla de gasto. “Apoyamos las trayectorias de gasto a medio plazo como instrumento operativo, porque eso permite otra dimensión importante de flexibilidad, que es el pleno funcionamiento de los estabilizadores automáticos en el lado de los ingresos”, agrega Gaspar, quien concluye: “Es muy importante que los Estados miembro de la UE lleguen pronto a un acuerdo. Espero con ansia el éxito bajo la presidencia española”.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer (Enviado especial)
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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