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Portugal eliminará las ventajas fiscales para extranjeros por agravar la crisis de la vivienda

El primer ministro António Costa anuncia el fin del régimen especial de residentes no habituales en 2024 y reconoce su injusticia

Decenas de personas se manifestaron en Lisboa por la crisis de la vivienda el sábado 30 de septiembre.
Decenas de personas se manifestaron en Lisboa por la crisis de la vivienda el sábado 30 de septiembre.Tereixa Constenla
Tereixa Constenla

El paraíso portugués podrá seguir siendo idílico pero será menos paraíso fiscal para los extranjeros. El primer ministro António Costa anunció que el régimen especial para residentes no habituales, que establece una fiscalidad laxa para atraer extranjeros al país desde 2009, tiene los días contados. En una entrevista para TVI/CNN Portugal, Costa reconoció que el sistema representa una desigualdad respecto a los portugueses, que soportan un régimen impositivo más elevado. La otra diferencia es la progresividad, que está presente en el régimen general y que no existe en el caso de los no residentes habituales. “Mantener este régimen en el futuro es prolongar una medida de injusticia fiscal que no se justifica y es una forma de inflacionar el mercado de la vivienda”, indicó.

La respuesta de Costa llegó 48 horas después de la movilización multitudinaria vivida en Portugal por la crisis de la vivienda. Miles de personas protestaron contra su expulsión del mercado de compra o alquiler por su incapacidad salarial para afrontar los precios de las casas. Mientras los salarios medios reales han subido solo un 3% en Portugal desde 2010, los precios de las casas se han disparado hasta colocar algunas ciudades como Lisboa entre las más caras de Europa. Según el Instituto Nacional de Estadística de Portugal, la tasa de variación media del precio de la vivienda creció un 12,6% en 2022 frente al retroceso del 4% que experimentaron los salarios medios reales.

Algunos economistas citan entre los factores que han contribuido al auge de precios la expansión incentivada de los pisos turísticos, los visados de oro para extranjeros por inversiones inmobiliarias en vigor desde 2012 y el régimen especial para residentes no habituales. El agravamiento del problema ha hecho que en los últimos meses el Gobierno luso esté virando radicalmente las políticas presupuestarias pensadas para extranjeros. Una de las medidas aprobadas ha sido la eliminación de esos vistos gold por la compra de casas, aunque en contrapartida hay otra modalidad ventajosa que busca atraer nómadas digitales. Además, en la nueva ley sobre vivienda que acaba de ser promulgada se contempla la prohibición de nuevos pisos turísticos en la mayor parte del país, incluidas las ciudades de Lisboa y Oporto.

Costa aseguró que el régimen especial para no residentes habituales dejará de estar en vigor en 2024. Es una de las medidas más inesperadas de los próximos Presupuestos Generales del Estado, que se presentarán la próxima semana, aunque era una antigua reivindicación de las formaciones que se sitúan a la izquierda del Partido Socialista, algunos economistas y la propia Comisión Europea. “Tuvo sentido los primeros años, pero ya cumplió su función”, indicó el primer ministro, que aludió al impulso que este régimen concedió a la rehabilitación de los edificios de los cascos históricos.

Esta agresiva política fiscal fue creada durante el Gobierno de otro socialista, el primer ministro José Sócrates, para atraer rentas foráneas de ciertos profesionales al país y estimular tanto el consumo como el mercado inmobiliario. Ofrecía ventajas de dos tipos. Los jubilados extranjeros que se instalasen en Portugal dejaban de pagar impuestos por sus pensiones y establecía un tipo fijo del 20% para los extranjeros que tuviesen rentas del trabajo durante diez años. La mayoría de los beneficiarios seguían en el país pasado ese tiempo, pero un porcentaje significativo del 41% abandonaban Portugal al concluir el periodo de regalías tributarias.

Las dádivas del régimen no se modificaron durante los tres lustros de vigencia, a diferencia de lo ocurrido en el régimen general que se aplica a los ciudadanos portugueses. El único cambio aprobado afectó a los pensionistas extranjeros, que comenzaron a pagar el 10% a partir de 2020, tras las presiones de Suecia y Finlandia, que acabarían rompiendo sus acuerdos internacionales bilaterales con Portugal ante las ventajas fiscales que disfrutaban sus jubilados en el país por contraste con los pensionistas que se quedaban en los dos países nórdicos.

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Sobre la firma

Tereixa Constenla
Corresponsal de EL PAÍS en Portugal desde julio de 2021. En los últimos años ha sido jefa de sección en Cultura, redactora en Babelia y reportera de temas sociales en Andalucía en EL PAÍS y en el diario IDEAL. Es autora de 'Cuaderno de urgencias', un libro de amor y duelo, y 'Abril es un país', sobre la Revolución de los Claveles.

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