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Panduro (Hispasat): “La nueva constelación de satélites va a ser vital para el nuevo orden mundial”

La empresa española de satélites hace oficial su candidatura para hacerse con el proyecto europeo IRIS², para desplegar una red de redes de aparatos orbitales que permitan comunicaciones más seguras, rápidas y universales

Miguel Angel Panduro, consejero delegado de Hispasat.
Miguel Angel Panduro, consejero delegado de Hispasat.INMA FLORES
Jesús Sérvulo González

Hispasat, la empresa española de satélites fundada hace 30 años, está en plena transformación. La sociedad de capital público, sus principales accionistas son Redeia (antigua Red Eléctrica, la SEPI y el CDTI), acaba de hacer oficial su candidatura junto a otras cuatro empresas europeas del sector como Airbus Defence and Space, Eutelsat, SES y Thales Alenia Space para hacerse con la licitación de la Comisión Europea de la futura constelación europea de satélites IRIS² (infraestructura para la resiliencia, interconectividad y seguridad por satélite). El consorcio que aspira a desplegar una red de satélites que den servicios de telecomunicaciones de máxima seguridad a toda Europa también contará con un equipo central formado por Deutsche Telekom, OHB, Orange, Hisdesat, Telespazio y Thales. “Juntos se proponen crear una constelación de satélites de última generación basada en una arquitectura multiórbita que sea interoperable con el ecosistema terrestre”, explican en un comunicado conjunto.

El programa prevé enviar más de 600 satélites y ponerlos en órbita baja, es decir a una distancia de entre 500 y 1.000 kilómetros de la Tierra. El sector aeroespacial espera lanzar los primeros dispositivos antes de 2027. El programa, que tiene un presupuesto total de 2.400 millones de euros, permitirá que la nueva red satelital proporcione una infraestructura de comunicaciones segura para los organismos y agencias gubernamentales de la UE, los servicios de emergencia y las delegaciones europeas en todo el mundo.

“El sistema busca garantizar la autonomía estratégica de la UE en el ámbito de las comunicaciones gubernamentales, en un contexto en el que las amenazas a la ciberseguridad son cada vez más importantes, especialmente tras la guerra de Rusia contra Ucrania”, explicaba el Parlamento europeo en una nota para anunciar la aprobación definitiva del programa. Un mes después de que la Eurocámara diera el visto bueno al proyecto, la Comisión Europea abrió la licitación para adjudicar la concesión para diseñar, producir, lanzar y gestionar la constelación de satélites de la UE denominada IRIS².

Miguel Angel Panduro, en su casa de Madrid.
Miguel Angel Panduro, en su casa de Madrid. INMA FLORES

Miguel Ángel Panduro (Miguel Esteban, Toledo, 1962) es el consejero delegado de Hispasat. En una entrevista con EL PAÍS explica en qué consiste el proyecto. “Este programa IRIS² va a poner en marcha una constelación multiórbital de satélites de comunicaciones, que tiene como objetivo principal garantizar la soberanía europea en las comunicaciones seguras. Y brindar una nueva infraestructura de conectividad segura y resiliente a los gobiernos, las empresas y los ciudadanos europeos. IRIS² ofrecerá soluciones de conectividad resilientes y seguras a los gobiernos para proteger a los ciudadanos europeos y proporcionará servicios comerciales a las economías y sociedades europeas. También reforzará la política de asociación de la UE al ofrecer esta infraestructura en otras regiones. IRIS² es el nuevo programa espacial insignia de la UE para una Europa digital, resiliente y más segura”.

El sector espacial vive una revolución, sobre todo en el ámbito de las telecomunicaciones, que está experimentando un proceso disruptivo. Se podría decir que el cambio empezó en Estados Unidos. Elon Musk, fundador de Tesla, ya ha puesto en marcha el sistema Starlink a través de SpaceX para ofrecer un servicio de internet a banda ancha, baja latencia y cobertura mundial con costes reducidos. Ya tiene más de 3.000 satélites en órbita ofreciendo sus servicios. Jeff Bezos, propietario de Amazon, también ultima su constelación de 3.236 satélites, bautizado como proyecto Kuiper, para ofrecer servicios de comunicaciones e internet a particulares, escuelas, hospitales, empresas y otras organizaciones ubicadas en lugares donde no hay acceso a internet de banda ancha. China también tiene planes para lanzar su propia red de redes, pero sus proyectos son más opacos.

Tras la guerra de Ucrania, Europa se ha percatado que no puede depender de terceros para cuestiones estratégicas. Por eso, las autoridades europeas están definiendo las áreas e impulsando los programas para tener autonomía estratégica. Para no quedarse atrás han puesto en marcha la constelación IRIS². “El primer elemento que se busca con esta constelación es la autonomía estratégica. Lo que nos ha mostrado la guerra de Ucrania es que Europa carece de algunas capacidades y se ha evidenciado el temor a depender de otros. Si Europa pretende seguir jugando un rol en el mundo debe ser autónoma para garantizarse ciertas capacidades. Esta en concreto, lo que pretende la constelación IRIS² es reforzar la capacidad de comunicaciones. Va a ser vital para el nuevo orden mundial que se está configurando”, remarca Panduro. Aunque aún pueden surgir otros competidores al proyecto que lidera Hispasat junto con los gigantes del sector aeroespacial europeo resulta difícil que pierdan el contrato.

La charla con Panduro discurre entre la necesidad de que Europa agilice el proceso de decisiones para no perder el paso con EE UU y China y la oportunidad que se abre con los nuevos sistemas multiorbitales. Este ingeniero de telecomunicaciones, que lleva en Hispasat desde 1998, es uno de los ejecutivos que más sabe del sector de la defensa y de la industria aeroespacial en España. Echa mano de su capacidad divulgativa para explicra con paciencia en qué consiste un sistema multiorbital. “En los últimos tiempos se habla mucho de los sistemas de satélites de órbita baja (Leo), que son los que constituirán la futura constelación de IRIS². Son satélites que vuelan a entre los 500 y 2.000 kilómetros de distancia de la Tierra. También hay otros satélites de órbita media a una distancia de 5.000 kilómetros. Y luego los grandes satélites geoestacionarios que orbitan a 36.000 kilómetros. La característica de los de 36.000 es que aparentemente son puntos fijos en el espacio que rotan al mismo ritmo de la tierra para dar cobertura sobre el mismo punto de la superficie terrestre. Una vez que apuntas a una antena con esos, la tienes permanentemente apuntada. Sin embargo, los satélites de órbita baja (Leo) necesitan un terminal en tierra que vaya siguiendo a esos satélites y, por tanto, desde el punto de vista de los terminales que utilizamos los usuarios son más caros, pero al final lo que importará, es que tengamos una capacidad que ofrezca soluciones a todas las necesidades que se plantean, tanto en el ámbito de la seguridad, de la defensa como en el ámbito, civil o comercial, porque son redes que permiten una comunicación de muy alta velocidad, baja latencia y cobertura global”.

Pregunta. ¿Qué impacto tiene en los ciudadanos?

Respuesta. Hay una parte muy importante en las comunicaciones seguras, que es garantizar a los ciudadanos europeos que van a tener unas capacidades propias sin depender de terceros países. La reciente guerra de Ucrania ha puesto de manifiesto en Europa ciertas carencias. Ese es uno de los objetivos que se pretende cumplir. El otro consiste en ayudar a cerrar la brecha digital.

Hay tres características de estos sistemas de satélites que orbitan a menos distancia de la Tierra que destaca el ejecutivo de Hispasat: la seguridad, la cobertura universal y la latencia (el tiempo de respuesta de una comunicación). “Cuando se habla de comunicaciones seguras nos referimos por un lado al uso de ciertas bandas de frecuencias que son exclusivas para uso militar y también porque se pretende utilizar unos sistemas y unos equipamientos especialmente diseñados para dar respuesta a esa seguridad, donde se garantice una gran robustez en temas de ciberseguridad, gestión de usuarios...”, explica Panduro.

P. Entiendo que con esta constelación de satélites se forma una malla que podrá ofrecer comunicaciones de alta velocidad y seguridad. Y se podrá ofrecer comunicaciones e internet a lugares donde ahora no llegan.

R. Exacto. Esa es una de las características de los satélites de esta constelación, que tienen cobertura universal. El matiz de estas nuevas constelaciones es que además hay una característica que se llama la latencia, que es el tiempo en el cual tardas en comunicarte. Para ciertas aplicaciones necesitas tener muy poca latencia. Ese es el gran factor diferencial. Por ejemplo, para hacer una operación quirúrgica a distancia, para un guiado de misiles o para el futuro coche autónomo, necesitas muy poco tiempo de respuesta y tienes que actuar en tiempo real. Para eso, los satélites más óptimos son los satélites que queremos lanzar.

Miguel Angel Panduro, consejero delegado de Hispasat.
Miguel Angel Panduro, consejero delegado de Hispasat. INMA FLORES

P. ¿Cuando Se podría lanzar el primer satélite?

R. El primer satélite podría estar operativo en 2024. El objetivo sería tener lista esta versión de la constelación en 2027. Pero como es una constelación multiorbita hay elementos que ya están operativos, que podrían contribuir el año que viene a dar los primeros pasos de la configuración de esta capacidad global.

P. ¿Cómo son estos satélites? ¿Son las grandes máquinas de las décadas pasadas?

R. Aún no sabemos cómo son. Tenemos hasta finales de julio para diseñar esta constelación. Los satélites Geo que conocemos pesan entre cuatro y seis toneladas. Ahora estamos con los Leo hablamos de satélites de cientos de kilos. Es otro concepto desde el punto de vista tecnológico. El objetivo será que sean competitivos. Que podamos poner en órbita de manera competitiva para jugar ese papel a nivel global, compitiendo con otras grandes constelaciones que vienen o que están ya operativas, particularmente de Estados Unidos y la que se esperan de China.

P. ¿Qué cobertura tendrá cuando esté operativo?

R. Una de las características de este tipo de redes es que tienen cobertura global. A diferencia de los antiguos Geos (satélites geoestacionarios) que tú decidías qué partes del mundo cubrías. Las constelaciones de los satélites Leos tienen cobertura mundial. Si Europa pretende seguir jugando un rol más allá de las necesidades de cubrir Europa. Europa tiene intereses en África, en Latinoamérica, en los polos. Y ese será otro de los objetivos para que a través de este tipo de constelación de satélites podamos desarrollar también la diplomacia tecnológica―.

P.. ¿Cómo se compite con EE UU y China en este sector?

R. Es muy complicado, porque ellos juegan con otra baraja, pero tenemos la obligación de competir. A nivel de conocimiento, formación y procesos en Europa hay mucho. Nuestros ingenieros en Europa están bien formados, pero el problema es cómo financias los proyectos y la velocidad de las decisiones. Ese es uno de los problemas que tenemos que superar en Europa. Pero Estoy satisfecho como se está desarrollando el programa IRIS2 en Europa. Los primeros pasos han sido muy rápidos. Los primeros pasos demuestran que en Europa estamos aprendiendo y vamos más rápido.

P. Pero EE UU y China son más ágiles, en el primer porque son empresas privadas y en el segundo porque es una autocracia.

R. Creo que se compite consolidando el sector en Europa. No podemos, ni debemos hacer la guerra cada uno por nuestro lado. Tenemos que poner en valor nuestro conocimiento y colaborar con nuestras capacidades.

P. ¿En qué situación financiera llega Hispasat a un desafío como este?

R. Una de las fortalezas de Hispasat es su solidez financiera. En el entorno de nuestros competidores del sector uno de los indicadores claves es la deuda ebitda. Y vemos en el sector que hay compañías que están por encima del 3,5. Hispasat está por debajo del 2%. A esto ayuda los resultados de los últimos años. En concreto, en 2022 hemos cerrado con unos ingresos de 230 millones de euros, supone un 8% más. Con un ebitda por encima de los 148 millones de euros y con un resultado neto también interesante, lo cual nos ha permitido dar un dividendo a nuestros accionistas. Ratifica que estamos en el buen camino en ese proceso de transformación que empezamos hace tres años. El crecimiento tiene mucho que ver con un crecimiento inorgánico, pero incluso en el orgánico, donde la mayoría de las empresas han reducido sus ingresos entre un 8% y un 10%, Hispasat ha podido crecer en el último año un 4%.

P. ¿Podremos ver en el futuro un cambio en la estructura corporativa de Hispasat? Ahora está vinculada a Redeia, antigua Red Eléctrica, pero quizá sería más razonable asociarla a alguna otra empresa pública o participada por el Estado del sector de la defensa o la seguridad.

R. Esta es una pregunta que debería hacerla a mis accionistas. Es evidente que se está produciendo a nivel mundial una reconfiguración del sector, con una consolidación muy intensa. Recientemente Intelsat ha abierto conversaciones con SES. Eutelsat ha anunciado una fusión con Oneweb. Hispasat tiene que jugar en ese tablero y evidentemente nuestros accionistas tendrán que tomar sus propias decisiones. Pero a día de hoy es una decisión que les compete a los accionistas.

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Sobre la firma

Jesús Sérvulo González
Redactor jefe de Economía y Negocios en EL PAÍS. Estudió Económicas y trabajó cinco años como auditor. Ha cubierto la crisis financiera, contado las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el rescate a España y las reformas de las políticas públicas de la última década. Ha cursado el programa de desarrollo directivo (PDD) del IESE.

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