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Cómo frenar el éxodo rural desde el espacio

Hispasat impulsa una docena de proyectos en España para llevar internet de alta velocidad vía satélite a las zonas despobladas donde no llega la fibra

Exodo rural
Refugio de alta montaña en el Valle de Arán conectado vía satélite por Hispasat.Víctor Inchausti

A menudo, la solución de un problema cercano está muy lejos. Tanto como un satélite a 36.000 kilómetros, prácticamente la circunferencia de la Tierra. Un ejemplo de problema cercano es el proceso de despoblación interior que sufre España, agravado por la dificultad de conectar muchos pueblos a internet. Y un ejemplo de solución lejana es la conexión a la red vía satélite que ofrece la compañía Hispasat, controlada por Redeia (antigua Red Eléctrica de España). Hispasat, tercer operador comercial de satélites en Europa, tras la luxemburguesa SES y la francesa Eutelsat, controla nueve satélites localizados en seis posiciones orbitales y ha puesto en marcha una docena de proyectos en España para demostrar la eficacia de la conectividad rápida a internet desde el espacio para cubrir zonas donde no llegan los cables.

Los planes de Hispasat parten de que sin conexión a una velocidad mínima de 100 Mbps (megabits por segundo) no hay digitalización que valga. Según las estimaciones de la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales, en 2022 más de un millón de hogares españoles todavía no disponen de internet de 100 Mbps. Es un agujero negro cuya solución ofrece también oportunidades de negocio. Los números cantan. En Europa, en los últimos 10 años, 1.694 compañías relacionadas con el negocio espacial y las comunicaciones han recibido inversiones por un importe de 252.900 millones, según datos que maneja Hispasat.

El sector bulle. Los gobiernos apoyan planes espaciales público-privados, lo que facilita el florecimiento de una industria ligada a proyectos con menores barreras de entrada. Hay una explosión de start-ups del sector espacial, ligada a la reducción en el coste de fabricación y lanzamiento de satélites de pequeño tamaño (smallsats). Hasta la lenta maquinaria comunitaria maneja su plan para competir con iniciativas privadas, como las de la empresa SpaceX de Elon Musk (proyecto de nanosatélites Starlink) o el proyecto Kuiper de Amazon.

La España rural tiene problemas y dificultades de acceso a servicios básicos, algo especialmente relevante en los ámbitos formativo, asistencial, laboral y de gestiones administrativas. Los datos estadísticos que maneja Hispasat muestran que el 63% de los municipios españoles (5.120) perdió población entre 2001 y 2018 y, de estos municipios, casi 4.000 tenían menos de 1.000 habitantes. Sin buenas conexiones, la despoblación aumenta. Y al contrario. Un estudio elaborado por José Antonio López, consejero delegado de Lyntia, destaca la importancia que tiene no sólo llevar internet a la España vaciada, sino también que este servicio se ofrezca con unas condiciones y unas velocidades de conexión que permitan sacarle el máximo a las redes. Según sus datos, los pueblos con conexión de alta velocidad ganan habitantes en los últimos años, mientras el resto de la España rural los pierde.

María Jesús Cahué, vicepresidenta de la Asociación Nacional de Operadores de Telecomunicaciones y Servicios de Internet (Aotec), lo tiene muy claro: “La conectividad es el futuro”, asegura. ­Aotec colabora en los proyectos que ha puesto en marcha Hispasat y destaca la importancia del servicio vía satélite para miles de pequeñas empresas de zonas rurales que no pueden permitirse desconexiones por fallos de conexión o averías que suponen jornadas de inactividad. Empresas, ayuntamientos y explotaciones agrarias proporcionan un nicho importante de actividad y negocio. Cahué maneja un dato revelador: “Las poblaciones de zonas despobladas que han accedido a la banda ancha han incrementado su renta un 1,45%”.

“El satélite acumulaba cientos de ilusiones fallidas”, explican las fuentes consultadas en Hispasat. “Por este motivo”, añaden, “y desde el convencimiento de que las cosas se demuestran con hechos, hemos puesto en marcha una docena de proyectos piloto para demostrar que la tecnología ha superado las dificultades iniciales y una conexión satelital a internet de calidad ya es una realidad”.

Iniciativas

La docena de proyectos de Hispasat abarcan desde el despliegue de banda ancha para resolver la conectividad de una fábrica de harina en Palazuelos (Guadalajara) hasta el acondicionamiento de una embarcación pesquera —la Tuku-Tuku— con sensores que funcionan con internet vía satélite, pasando por la mejora de la conexión de los efectivos de Cruz Roja en el parque nacional del Teide, en Tenerife.

En Aralar, en la vertiente guipuzcoana de la sierra entre Navarra y el País Vasco, a más de 1.000 metros de altura y donde pasta el ganado de 15 pueblos de la mancomunidad de Enirio-Aralar, Hispasat —en colaboración con Next Machina y Elewit— ha llevado internet a las cabañas de pastoreo, así como dispositivos de SOS para los senderistas, smartwatch digitales (dispositivos que lleva el ganado colgado al cuello y que permite geolocalizarlo y controlar sus constantes vitales), así como sensores de acceso al interior de las cabañas y de riesgo de incendio. El sistema permite también controlar las plazas de parking para visitantes del parque natural y regular el alumbrado público en los alrededores de Abaltzisketa. “Es una buena iniciativa”, señala el alcalde de la localidad, Jon Zubizarreta. “El sistema es especialmente útil para controlar visitantes y ayuda a justificar y tramitar subvenciones con la Diputación o el Gobierno vasco” añade.

También en el valle de Arán, en el refugio de Artiga de Lin, la compañía ha instalado una burbuja wifi (HotSpot) que permite establecer un punto seguro de emergencias y proporcionar conexión a los excursionistas. Asimismo, permite digitalizar el albergue (controlar la temperatura, apertura de puertas, inundaciones, etcétera). El refugio se encuentra a las faldas de Coll de’t Or, una montaña con una alta tasa de accidentes mortales. Otro plan en marcha, el denominado “motor verde”, tiene especial interés ante el cambio climático. En colaboración con Repsol, Hispasat hace seguimiento del crecimiento de los bosques y de la cantidad de carbono absorbido por los árboles, un dato clave para certificar la compensación de emisiones de CO₂.

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