El 30% de los desempleados en España son de larga duración

Tres de cada diez desempleados en España llevan al menos dos años en esa situación. Esta es una de las conclusiones de la última Encuesta de Población Activa, que Adecco disecciona en un informe difundido este jueves. El último registro, del cuarto trimestre de 2022, fue del 28,22%, frente al 28,55% del tercero y el 32,68% del segundo. Antes, España venía registrando un alza en este guarismo, catapultado desde el inicio de la pandemia, cuando era del 22,11%,

“El aumento del número de parados de larga duración (aquellos que buscan empleo sin conseguirlo desde hace al menos dos años) se ha detenido: en los dos últimos trimestres este colectivo presenta pequeñas reducciones, aunque suficientes como para insinuar una reversión, siquiera tímida, de la tendencia al alza”, indica el estudio de Adecco. “Sin embargo”, continúa el informe, “como proporción del total de personas sin empleo, considerando la media de los últimos cuatro trimestres, los parados de larga duración equivalen al 30,1% del total, tres puntos porcentuales más que un año atrás”.

En el mismo estudio, la compañía pone el acento en las diferencias en esta variable por territorios: “El caso general, que se da en ocho autonomías, imita lo ocurrido a nivel nacional: se ha reducido el número de parados de larga duración al mismo tiempo que también se ha acortado el colectivo de parados de corto plazo. Es el caso de Andalucía, Baleares, Canarias, Castilla y León, Extremadura, Galicia, La Rioja y la Comunidad Valenciana”. Sin embargo, en seis regiones han aumentado ambos grupos de parados: en Asturias, Aragón, Castilla-La Mancha, la Comunidad de Madrid, Navarra y el País Vasco. En Cantabria ha crecido el número de parados de larga duración y ha bajado el de aquellos de corto plazo; y en Cataluña y la Región de Murcia se ha contraído la cantidad de parados de larga duración y ha subido el de desempleados de corto plazo.

Más allá de tendencias, la comunidad con menos parados de larga duración es Baleares (19,7%), con Asturias (35%) en el otro lado de la balanza. Estos datos son medias de 2022.

La semana pasada el Consejo de Ministros aprobó una dotación para las comunidades autónomos de 2.803 millones de euros para mejorar la empleabilidad de los parados. La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, instó a las autonomías a que se centren en los parados de larga duración. “El mandato que vamos a dirigir en la Conferencia Sectorial es que en esta ocasión centremos las medidas de empleabilidad a uno de los colectivos que mayor relevancia tienen por su número y por el drama social que suponen, los parados de larga duración”, apuntó. “Hemos reducido ese número más de un 14%, en cerca de 300.000 personas, pero es verdad que las personas en paros de larga duración y mayores de 45 años son muy numerosas. Este es el problema principal en términos de desempleo que tiene España. Queremos que las comunidades se impliquen en el abordaje de estas realidades”.

67,8% de los desempleados cobran la prestación

El informe de Adecco entra en la letra pequeña de otras variables de la encuesta elaborada por el Instituto Nacional de Estadística. Por ejemplo, disecciona cuántos parados cobran una prestación por desempleo: la media nacional es del 67,8%, un 0,8% más que un año antes. Extremadura lidera esta variable, con un 100%, frente al 47,4% de la Comunidad de Madrid.

Por otro lado, el estudio analiza el número de huelgas y su participación. Según Adecco, el número de paros ha aumentado por sexto trimestre consecutivo, elevando la media nacional hasta 12,3 conflictos cada 100.000 empresas, un 5,7% más interanual. “En la práctica, esta variable ha estado estabilizada a lo largo de todo 2022 en poco más de 12 huelgas por trimestre cada 100.000 firmas. Es una cantidad menor que, por ejemplo, las 16,8 huelgas de 2019 o las casi 14 de 2017 y 2018, para referirnos a años recientes”, indica la empresa de trabajo temporal. Por contra, cae la participación en las huelgas: “Una mayor cantidad de huelgas junto con una reducción de los participantes en ellas sugiere que, de media, cada conflicto ha tenido un seguimiento menor”.

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