Escrivá asegura en Bruselas que la reforma de las pensiones estará lista “en las próximas semanas”
“Estamos negociando a tres bandas con los agentes sociales, los grupos políticos y la Comisión”, señala el titular de Seguridad Social
El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, ha vuelto a Bruselas menos de dos semanas después de haber ido a presentarle a la Comisión Europea las líneas generales de la reforma de pensiones. Sobre el papel ha estado en la capital comunitaria para acudir a la presentación de un informe sobre protección social y verse con el comisario de Empleo, el luxemburgués Nicolas Schmit. Y también ha respondido a preguntas sobre el gran asunto pendiente de su departamento: la reforma de las pensiones. “Estamos en la fase final. Tengo expectativas de que en las próximas semanas podamos concluir este proceso”, ha dicho.
Los plazos de los que habla Escrivá están muy ligados a los tiempos del plan de recuperación español. Para recibir los 180.000 millones de euros en subvenciones y créditos que el Fondo de Recuperación de la UE tiene reservados para España, es clave que el Gobierno cierre la reforma de pensiones. Es, junto a la reforma laboral (ya realizada) y la fiscal, la piedra angular de ese plan. Ahí el Ejecutivo se comprometió a asegurar la sostenibilidad financiera de la Seguridad Social a medio plazo y tener lista esa hoja de ruta para el cuarto pago del plan, 10.000 millones. Y la hora de la verdad ya se acerca.
“Estamos trabajando en tres líneas y tenemos que ir saltando de una pista a otra”. Se refiere a todas las negociaciones abiertas sobre la reforma de pensiones: con los agentes sociales (principalmente con los sindicatos), con los socios parlamentarios habituales del Ejecutivo y con la Comisión Europea. No ha mencionado, por razones obvias, la que hay en el seno del Gobierno entre los dos componentes de la coalición: el PSOE y Unidas Podemos.
Ante las preguntas de los periodistas, el mismo Escrivá ha admitido que no va a dar detalles, aunque sí ha hablado de algunos temas que están sobre la mesa. Principalmente, lo ha hecho de la posibilidad de alargar el periodo de cómputo con el que se calculan las pensiones, ahora en 25 años. Su propuesta con todos sus interlocutores es llevarla hasta los 30 años, con la posibilidad de que el futuro jubilado pueda descartar los dos años con menor cotización. La norma general dice que cuanto más tiempo se toma para calcular la prestación futura, esta resulta más baja, pero con el matiz introducido por la Seguridad Social el impacto es mínimo.
“Nosotros, en el periodo de cómputo, como está definido en el hito [del plan de Recuperación] y en las recomendaciones del Pacto de Toledo, lo que hacemos es tener en cuenta aquellas carreras de cotización que son más volátiles y buscar soluciones para que el sistema sea más equitativo”, ha explicado. De forma indirecta, Escrivá señala que su propuesta buscar rebajar algo las pensiones de quienes tienen una vida laboral más estable y mejorar la de aquellos que pierden su empleo en años previos a la jubilación, con el consiguiente castigo a la cotización de estos trabajadores que ese despido implica.
De lo que no ha hablado el titular de Seguridad Social es de la propuesta adelantada por EL PAÍS de añadir un recargo en la cotización de los salarios más altos para allegar más recursos al sistema de pensiones y cerrar el déficit estructural que tiene abierto, ya que su opción no pasa por recortar gastos ni prestaciones. En concreto, este recargo se impondría sobre los sueldos que no cotizaran plenamente pese al incremento de la base máxima que ha planteado.
Una de las ofertas que ha hecho Escrivá es incrementar la base máxima de cotización en un 30%. En 2023, ese tope se sitúa en 4.495 euros mensuales. Quienes ganan más de esa cantidad no cotizan por todo el dinero que se sitúa por encima: alguien que este año tiene un sueldo por esa cuantía paga a la Seguridad Social lo mismo que quien ingresa 7.000 euros. Lo que pretende el ministro es aumentar esos casi 4.500 euros un 30% durante un periodo de 30 años. No obstante, ese aumento, que puede ser mayor o menor según lo que se negocie en todos los frentes abiertos, puede dejar todavía sueldos por encima de ese nuevo límite. Sería a estos a los que se les incluiría ese recargo adicional.
Además de este doble aumento en las cotizaciones, hay una tercera: extender hasta 2050 las seis décimas de cotización adicionales para todos los trabajadores, independientemente de su sueldo. Esta aportación extraordinaria se aprobó ya en 2021 hasta en 2032.
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