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Nigel Chalk: “Ante el malestar social, es importante que los ricos paguen su parte justa de impuestos”

El jefe interino para América Latina del Fondo Monetario Internacional asegura que para bajar la deuda y no sacrificar los apoyos a los más vulnerables, los Gobiernos deberán recaudar más y gastar mejor

Isabella Cota
Nigel Chalk
Nigel Chalk, habla en un evento parte de las Reuniones Anuales de 2021 del Fondo Monetario Internacional.Cory Hancock (IMF Photo)

Desde su oficina en Washington, el economista Nigel Chalk (Bristol, 1968) se conecta a una videollamada con EL PAÍS, un par de días después de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) haya publicado un agridulce reporte con sus estimaciones para este año. Economías latinoamericanas como la mexicana y la brasileña se han mostrado más fuertes de lo esperado, pero la desaceleración es inevitable. La inflación seguirá empeorando las condiciones de vida de los más pobres y la guerra en Ucrania seguirá generando inestabilidad geopolítica.

“El sistema demostró ser más resistente de lo que pensábamos”, dice Chalk, director interino del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo, “pero será un año difícil”. Chalk tomó el puesto que dejó su antecesor Ilan Golfajn en octubre, cuando este se postuló para la presidencia del Banco Interamericano del Desarrollo (BID), la cual tomó en enero. Chalk ha trabajado con el Fondo durante 27 años de manera intermitente en donde ha estudiado las crisis en mercados emergentes. “Rusia en los noventa, Brasil en 2022, Argentina en 2005″, recuerda con entusiasmo, “más recientemente pasé a trabajar en países que no son miembros prestamistas pero están comprometidos en discusiones de políticas. Así que fui jefe de misión para China durante cinco años antes de llegar como jefe de misión para Estados Unidos en donde he estado los últimos nueve, casi diez años”. “Me avergüenza decir eso, porque normalmente no pasamos tanto tiempo en ese trabajo”, añade bromeando.

El panorama para el grupo de economías emergentes en América Latina es complicado, a pesar de que ha logrado, hasta ahora, navegar el incremento en la deuda y del gasto social por la pandemia. Pero no fue sin una muestra del descontento social, con protestas en Perú ahora mismo y manifestaciones en otros países a partir de la pandemia.

Pregunta. El Fondo recientemente mejoró su perspectiva económica para este año en Latinoamérica, pero advierte que viene una desaceleración.

Respuesta. Así es. Creo que lo tenemos bastante claro: en casi todas partes, la economía se está desacelerando. Y luego surgen algunas preguntas como ¿quién va a estar en recesión? ¿En dónde habrá contracción? Esa es una especie de tendencia subyacente. Y creo que ahí es donde vemos vientos en contra. Hablando de Latinoamérica, está la crisis del costo de vida, la guerra de Ucrania, el endurecimiento de las condiciones financieras globales, tasas de interés más altas en casi toda la región. Esperamos también una reversión de algunas de las políticas fiscales que se implementaron durante la pandemia porque los países tienen una deuda alta. Creo que eso está creando la desaceleración. Es cierto que la desaceleración es menos abrupta de lo que habíamos pensado tal vez en octubre. Entonces, en ese sentido, las cosas se ven un poco mejor, pero el mundo aún se está desacelerando. Que sea un poco mejor no significa que sea bueno. Este es el sentido que queremos transmitir, que todavía va a ser un año difícil, ciertamente más difícil que el año pasado debido a todas estas cosas que están sucediendo. El sistema demostró ser más resistente de lo que pensábamos, esa es la buena noticia, pero no cambia que las circunstancias fueron bastante difíciles.

P. ¿Esto quiere decir que el rebote inesperado ya pasó y ahora empieza la caída?

R. Sí. Aunque creemos que hay un punto de inflexión, las economías tocarán fondo durante el transcurso de este año y está bajando la inflación, persiste el problema de que la gente no va a saber que la economía está tocando fondo antes de recuperarse. La inflación seguirá siendo alta. Entonces, si usted es un trabajador promedio, ha perdido poder adquisitivo salarial, le preocupa perder el empleo, sus condiciones de vida se están deteriorando este año, aunque les decimos a nivel macro que las cosas van a mejorar. Así que creo que esto genera un poco de tensión. La región deberá esperar que los niveles de vida en promedio probablemente empeoren este año.

P. Esto es inquietante, sobre todo cuando pensamos que la región ha pasado fuerte descontento social en los últimos años. ¿Qué tanto le preocupa esto al Fondo?

R. Sabemos a qué se debe este descontento y no es sorprendente. La pandemia fue brutal. En la mayoría de los países afectó más a los pobres, a los trabajadores presenciales que no podían no ir a trabajar, los que no tenían una red de seguridad. Pero también afectó mucho a la clase media, tuvimos negocios en bancarrota, mucha gente sufriendo. Y al poco tiempo de que salimos de eso, nos pegó la alta inflación. Los salarios no se mantienen al día con la inflación, lo que, nuevamente, afecta más a los pobres y a la clase media. En este contexto económico, el empeoramiento de los niveles de vida, esperamos más ansiedad. No es sorprendente que la gente se esté cuestionando qué está haciendo el Gobierno. Que cuestionen su confianza en el gobierno y se pregunten cómo están mejorando sus condiciones de vida. Esto nos preocupa desde varios ángulos, uno de ellos es que afecta directamente a la actividad. Las masivas protestas en Perú, por ejemplo, ya vemos cómo está impactando al turismo, con el cierre forzoso de Machu Picchu. Está afectando también al crecimiento porque las empresas no quieren invertir cuando la estabilidad es tan incierta. Tampoco entran nuevas inversiones o nuevas empresas extranjeras al país. Las personas tienden a aferrarse a sus ingresos, no consumen tanto, tal vez no salen, reducen su consumo discrecional. Finalmente, realmente tiene un impacto en la política porque cuando el sistema es tan inestable, es muy difícil hacer buenas políticas, aquellas que puieran generar una buena distribución del ingreso, por ejemplo. Hemos visto en varios países de América Latina que las políticas que la mayoría de la población perciben como las más sensatas se vuelven muy difíciles de legislar e implementar. Estas tres cosas nos preocupan: la política, en el impacto directo en el bienestar de las personas y en esta creación de más incertidumbre.

P. ¿Cuál es un ejemplo de una política pública con buena percepción pero que es difícil de implementar?

R. Las reformas tributarias, por ejemplo. Cuando tienes mucho malestar social, es realmente importante pasar una reforma fiscal en la que los más ricos paguen su debida parte. Es muy importante generar confianza en el gobierno, ofrecerle a la gente una red en la que puedan caer si pierden su trabajo, por ejemplo. Tratar de estructurar una reforma tributaria, cuando tienes intereses que obviamente empujan en la otra dirección, mientras estás en un entorno político polarizado, se vuelve muy, muy difícil.

P. Está claro que los países tienen que recaudar más para reducir su deuda sin afectar la protección a los más vulnerables. Pero una manera fácil de que los más ricos evaden impuestos es a través de paraísos fiscales.

R. Estoy de acuerdo, ese es un problema. El Fondo ha apoyado dos propuestas. Primero, hemos brindado un gran apoyo en el lado corporativo al impuesto mínimo global, el cual Estados Unidos y la OCDE han tratado de instaurar. Si una empresa extranjera obtiene todas sus ganancias en una jurisdicción de impuestos bajos no está pagando ningún impuesto. La propuesta dice que si estás haciendo eso el país pedirá que se pague un impuesto mínimo. Esa nos parece una reforma muy razonable para poner un piso a este tipo de paraíso fiscal para que, en lugar de depender de los paraísos fiscales para gravar a las empresas, se graven en casa. La secretaria del Tesoro de EE UU ha estado insistiendo mucho en eso. Hay un acuerdo de la OCDE que le da un marco para hacer eso y está en proceso de ser adoptado. Y lo segundo que creo que ha sido realmente importante en lo que hemos dedicado mucho tiempo en el intercambio de información fiscal entre países. Argentina es uno de los países recientes que acaba de firmar este acuerdo con EE UU para reciprocar en información tributaria. Ambas propuestas están tratando de deshacerse un poco de este arbitraje internacional del que hablas. El objetivo final es que queremos un sistema justo. Queremos gente con más ingresos, más ganancias.

P. Hemos hablado aquí del malestar social y de la ansiedad ante un costo de vida más alto. ¿Qué le corresponde hacer a los ciudadanos?

R. ¿Qué es razonable esperar de su gobierno? Que sean buenos administradores de tus recursos, de los impuestos que pagas. Que no vayan a la corrupción, que vayan a la transparencia. El Fondo ha puesto mucho esfuerzo en esas cosas a lo largo de los años. Es muy, muy importante porque, nuevamente, genera confianza en lo que el gobierno está haciendo, refuerza el papel del gobierno. Ligado a eso está ser eficiente con el gasto. Muchos países son realmente ineficientes. Invierten mucho dinero en cosas que no tienen muchos beneficios, ya sea en términos sociales o en términos de crecimiento, o invierten muchos recursos en una redistribución ineficaz. Queremos que la redistribución llegue a quienes más lo necesitan. Un buen ejemplo de redistribución ineficiente es cuando los países ven que los precios del petróleo se disparan y simplemente otorgan subsidios generales a todos, de modo que los ricos obtienen dinero y los pobres obtienen dinero. Eso no es un uso eficiente del gasto. Y finalmente, creo que hay una pregunta sobre qué servicios debería proporcionar el gobierno. Si la base de ingresos es limitada, hay que priorizar, ¿cuáles son los tipos de servicios que más necesita el país? ¿Y qué servicios tal vez el gobierno no debería estar haciendo? Y vemos esto en muchos países diferentes. Algunos países tienen una huella muy grande para el gobierno, incluso a través de empresas públicas y otras cosas. Y algunos países tienen una huella mucho más pequeña. Esas son áreas importantes donde puede haber progreso y pueden ayudar a construir este sentido de que el gobierno está cumpliendo.

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Sobre la firma

Isabella Cota
Es corresponsal económica para América Latina. Como periodista de investigación trabajó con Quinto Elemento Lab, NHK, BusinessWeek y OpenDemocracy, entre otros. También fue staff de Bloomberg News y Reuters en Centroamérica y Reino Unido. Es licenciada en Comunicación y Máster en Periodismo de Negocios y Finanzas por City University London.

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