_
_
_
_
_

Políticas para captar el capital privado

El Gobierno aragonés propone más colaboración pública con la empresa en un marco estable que contribuya a un mayor desarrollo de las áreas económicas de la región

Javier Lambán, presidente de Aragón.
Javier Lambán, presidente de Aragón.JUAN BARBOSA

Javier Lambán, presidente de Aragón, insiste en las posibilidades de futuro de su comunidad autónoma. “Tenemos territorio, agua y una formidable capacidad de producir energías renovables”, acota, vinculando el éxito de su territorio con el de España. A su potencial para las energías limpias suma la agroalimentación y la logística. “Si Europa ha aprendido algo de errores pasados es que debe recuperar la soberanía energética, industrial y alimentaria perdida”, enfatiza en su intervención, que cierra el Foro Aragón, construyendo futuro. Para ello es necesario abordar varias cuestiones en las que, según puntualiza, ya se está trabajando. Como el corredor cantábrico-mediterráneo, la autopista ferroviaria Algeciras-Zaragoza o el aeropuerto de la capital maña, para el que se ha solicitado al Ministerio de Hacienda su nombramiento como Zona Franca, con las mismas ventajas aduaneras y tributarias de las que ya disfrutan cinco o seis puertos de la P…enínsula. “Queremos las ventajas de las ciudades costeras para una ciudad sin mar”, reclama.

“Nos preocupan los estigmas y la imagen que la agricultura y la ganadería intensiva tienen en los entornos urbanos”, reconoce Lambán, que se comprometió varias veces durante su charla a “hacer todo lo posible” para que la agroalimentación aragonesa sea el primer sector que alcance la sostenibilidad. Recordó hitos como el del grupo Térvalis, pionero en España en la búsqueda de soluciones definitivas para sustituir los fertilizantes minerales por los orgánicos, y añadió que uno de los problemas que dañan la imagen del porcino, como son los purines, quedaría eliminado, al convertirse estos subproductos en abonos orgánicos, dentro de la lógica de la economía circular. “Esto es una revolución en la actividad primaria, y queremos ser nosotros quienes lideremos y hagamos propuestas solventes”, exclamó.

El presidente aragonés aboga por la colaboración público-privada para la producción de renovables (en realidad es su apuesta para cualquier ámbito de actuación), y defiende que no será posible desarrollarlas “sin generar beneficios netos a la comunidad”. Insta a “superar el viejo colonialismo energético” y, rememorando los embalses construidos en los Pirineos para generar electricidad que se iba fuera de sus fronteras, se niega rotundamente a que su territorio sea de nuevo “una zona extractiva de recursos para beneficiar a otras economías”. Es algo, según añade, que empezó a cambiar en 1982 cuando Aragón consiguió su estatuto de autonomía, y a lo que, 40 años más tarde, no se puede volver de ninguna de las maneras. Llama al autoconsumo energético y se encomienda al cierzo, que sopla fuerte en el corredor del Ebro, y al sol, para alimentar la industria aragonesa, la actual y la futura. “Producimos el doble de renovables de lo que consumimos, y todavía hay muchas solicitudes de nuevas instalaciones en fase de tramitación”, revela.

Gestión a medida

En varios momentos de su intervención, Lambán ha manifestado lo bien que le ha sentado a Aragón su estatuto de autonomía, que ha permitido a su comunidad “desarrollar nuestro territorio a nuestra medida”. Siendo consciente, también, de que un gobierno regional tiene sus limitaciones competenciales y no debe “incurrir en el ilusionismo o la soberbia de pensar que puede determinar la política económica, energética o monetaria del país”. Pero sí puede crear las condiciones para que la iniciativa privada de desenvuelva con tranquilidad, contribuyendo al éxito de la actividad empresarial.

“Nuestra Ley de Simplificación Administrativa, que puede ser puntera en España, pretende garantizar una estabilidad jurídica y hacer más sencillo el proceso”, pone como ejemplo Lambán. “Hay inversiones e iniciativas que jamás se harían desde un Gobierno central si no tuviera al lado un Ejecutivo autonómico conocedor de las necesidades de un territorio”, señala. “Para que la economía funcione, ponemos la alfombra roja a los inversores”, apostilla.

Al final del acto, el presidente aragonés ha contestado a las preguntas del público, entre ellas una sobre la fiscalidad autonómica que, en su opinión es “prácticamente irrelevante” en el conjunto nacional. Aunque sí reconoció que el runrún sobre lo que hace una autonomía o deja de hacer la otra provoca en materia de impuestos “mucho ruido”. Él no es que rehúya este debate, de hecho le parece fundamental, pero supeditado a la definición de “qué servicios públicos queremos, qué tipo de Estado, qué políticas económicas”... Solo entonces veremos el tipo de fiscalidad que aplicamos. “Como defensor del Estado de Bienestar abogo por una fiscalidad suficiente” declara Lambán. Cree que hay que “tender a la armonización en la medida de lo posible”, pero defendiendo siempre el ámbito de decisión de las comunidades autónomas en esta materia.


Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_