Lambán: “A poco que le vaya bien a España, le va a ir muy bien a Aragón”
El presidente autonómico y la ministra de Transportes reivindican las capacidades energéticas, logísticas y agroalimentarias de la comunidad en el encuentro ‘Aragón, construyendo futuro’, organizado por el Gobierno regional y EL PAÍS
El presidente del Gobierno aragonés, Javier Lambán, es optimista respecto al futuro económico de su comunidad autónoma. “Hemos conseguido la coincidencia virtuosa de una serie de elementos que sería imperdonable que no fuéramos capaces de aprovechar”, ha dicho este jueves Lambán durante su intervención en el encuentro Aragón, construyendo futuro, organizado por el Gobierno regional y EL PAÍS con la colaboración de la Cadena SER. Los elementos a los que se refiere el presidente autonómico son, entre otros, “territorio, agua y una formidable capacidad de generar energías renovables”, factores que potencian sus actividades pujantes: el sector agroalimentario, la logística y la energía verde. Es un diagnóstico parecido al que ha realizado la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez. “Es indudable que Aragón cuenta con activos para mirar al futuro”, ha indicado la ministra, en un acto celebrado en el hotel The Westin Palace de Madrid, al que también han asistido la ministra de Educación, Pilar Alegría, y directivos de algunas de las principales empresas aragonesas.
Durante su intervención, Lambán ha detallado las virtudes de la comunidad que preside para atraer inversiones. “El cierzo [viento septentrional], el bochorno y el sol fueron maldiciones bíblicas durante toda la historia y en este momento se han convertido en bendiciones absolutamente impagables para el desarrollo de energías renovables. La geografía también nos ha favorecido, especialmente la ubicación de Zaragoza. Es estratégicamente insuperable. Si lo sabemos hacer bien, el futuro de Aragón puede ser esplendoroso. A poco que le vaya bien a España, le va a ir muy bien a Aragón”.
La situación geoestratégica de Aragón (a medio camino entre Madrid y Barcelona y con frontera con Francia) convierte al territorio, en opinión de Sánchez, en “una plataforma logística en sí misma”. Además, la ministra de Transportes ha puesto en valor las infraestructuras que favorecen esta posibilidad: “Estamos redactando los proyectos que harán posible la autopista ferroviaria entre Zaragoza y Algeciras, que va a potenciar más si cabe la logística en la capital aragonesa”. Sánchez ha asegurado que antes de final de año estará operativa una nueva terminal de carga en el aeropuerto de Zaragoza y que a principios de 2023 se licitará la reforma integral de la segunda pista de aterrizaje. Por su parte, Lambán ha anunciado que este jueves el Ejecutivo que preside ha trasladado al Ministerio de Hacienda una solicitud para que dicho aeropuerto acoja una zona franca (donde la tributación arancelaria es menor).
En lo que respecta al sector agroalimentario, el presidente aragonés ha reconocido su preocupación por “los estigmas negativos” asociados a esta industria. Esta impresión fue especialmente visible a principios de año, en plena polémica sobre las macrogranjas en España. “Queremos que la agroalimentación aragonesa sea la primera que consiga con plenitud la sostenibilidad”. Para ello, ha defendido la sustitución de la fertilización mineral (más contaminante) por la orgánica, así como avanzar en la conversión de los purines (uno de los elementos más nocivos de las grandes industrias cárnicas) en abonos orgánicos. “Puede parecer irrelevante, pero puede ser una revolución que queremos liderar”.
“No queremos someternos al colonialismo energético”
En el transcurso del evento también se ha discutido ampliamente sobre energías renovables, que en opinión de Lambán pueden beneficiar mucho al tejido industrial ya presente en la comunidad. Aunque ha advertido: “Eso sí, Aragón no se puede volver a convertir en un territorio que beneficia a otras comunidades en detrimento de sí mismo. No queremos someternos al colonialismo energético del que fuimos víctimas en otro momento. Queremos que las renovables que se produzcan en Aragón alimenten la actual economía aragonesa y la que pueda venir. Que la energía se convierta en un motor de inversiones”. El presidente también ha reivindicado el suelo disponible en su comunidad, una de las más afectadas por la despoblación (especialmente la provincia de Teruel), que favorece los proyectos de energía verde.
Asimismo, Lambán ha destacado la importancia de que Europa recupere la soberanía industrial, energética y alimentaria “que había perdido”. Si se materializa esa hipótesis, cree que su comunidad autónoma tiene “mucho que ganar”. El presidente ha terminado su discurso respondiendo a una pregunta sobre fiscalidad, en plena carrera de gobiernos autonómicos por bajar impuestos, con las elecciones regionales a la vuelta de la esquina. “El debate fiscal siempre se debe plantear en base al modelo social que se defiende. Decidir qué servicios públicos queremos, qué tipo de Estado, qué políticas económicas y después qué fiscalidad queremos. No soy dogmático, pero como defensor del Estado del bienestar defiendo una fiscalidad suficiente”. También ha dicho que todos los presidentes autonómicos deberían “reconducir el debate al terreno de la razón” y “tender a la armonización en la mayor medida posible”.
El evento se ha completado con una mesa redonda en la que han participado algunas de las principales voces de la empresa aragonesa: Raquel Pelegrín, director financiero de Libelium; Sergio Atarés Real, director de planificación estratégica de Grupo Térvalis; Sergio Samper Rivas, consejero delegado del Grupo Jorge; Ramón Alejandro, presidente del Grupo Saica; y Jorge Costa, consejero delegado del Grupo Empresarial Costa.
Las perspectivas apuntan a que en 2022 la economía aragonesa dará los primeros pasos en la senda de la recuperación, con un crecimiento estimado del 5,7% del PIB, y una reducción significativa de las cifras del paro. Un cambio de rumbo que llega tras las contracciones sufridas en 2020 y los ligeros repuntes del 2021, y a pesar de factores externos que lastran la recuperación, como las consecuencias globales de la invasión de Ucrania, que se ha traducido en más inflación por el aumento de los precios de la energía y menos crecimiento.
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