España eliminará los controles sanitarios en los aeropuertos para los viajeros de todos los países
La medida, que se hará efectiva próximamente, permitirá que los turistas procedentes de países de fuera de la UE no pasen ningún filtro
Los turistas procedentes de Estados fuera de la Unión Europea (UE) y de los países asociados al espacio Schengen ya no tendrán que someterse a controles sanitarios a su llegada a España, bien sea por vía aérea o marítima, según ha podido saber EL PAÍS de fuentes relacionadas con el control fronterizo. La medida, que se hará efectiva en octubre o principios de noviembre, eliminará los controles sanitarios por la covid en el primer punto de entrada de los viajeros (puertos y aeropuertos), que hasta ahora incluían, al menos, la toma de temperatura, una inspección documental y una comprobación visual sobre su estado físico.
Estos controles de temperatura y estado de salud solo están vigentes actualmente para países terceros fuera del espacio Schengen, puesto que desde el pasado 2 de junio se eliminaron para los viajeros procedentes de países de la UE, que podían entrar en España sin realizar ninguna inspección ni presentar documento alguno (test o certificado de vacunación). También estaban excluidos de los controles una serie de países terceros (Baréin, Chile, Colombia, Indonesia, Kuwait, Nueva Zelanda, Perú, Qatar, Ruanda, Arabia Saudí, Corea del Sur, Emiratos Árabes Unidos, Uruguay y China). Ahora la medida se extenderá a todos los Estados, incluyendo a los viajeros que lleguen de Estados Unidos, Latinoamérica, África o Asia.
El primer paso para la eliminación de los controles lo dio la pasada semana el Ministerio del Interior, que dictó una orden, publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el 15 de septiembre, por la que se modificaba el régimen anterior, permitiendo la entrada en el país a los viajeros que estuvieran provistos de un certificado de vacunación contra la covid-19 o un certificado de recuperación o un certificado de diagnóstico negativo de dicha enfermedad (PCR, test de antígenos, etcétera). Es decir, que se suprime el requisito de tener un certificado de vacunación reconocido por la UE, y basta mostrar un test negativo.
En los próximos días, el Ministerio de Sanidad publicará un reglamento que desarrolle esta orden, especificando los documentos que deben presentar los ciudadanos que provengan de estos terceros países. Una portavoz del ministerio señaló a este diario que habrá que esperar a la publicación en el BOE para conocer los detalles de la norma. Sin embargo, las fuentes anteriormente citadas indicaron que se eliminarán completamente los controles físicos (de temperatura y estado de salud) y que los documentales se mantendrán en un mínimo: bastará con disponer de un test negativo o un certificado de recuperación de la enfermedad que puede ser presentado en el origen del viaje, en lugar de ser contrastado en destino por personal español, como hasta ahora.
En la práctica, desaparecerán todos los controles que hasta la fecha se llevan a cabo en puertos y aeropuertos por personal externo (chalecos amarillos o batas blancas) a los viajeros, independientemente del país de procedencia.
Relajación de las medidas
El Gobierno, a través de los ministerios de Interior y Sanidad, ha ido relajando las medidas de control sanitario de acuerdo con la evolución de la incidencia de la pandemia. El pasado 1 de agosto, eliminó la obligatoriedad de la aplicación de todas las medidas sanitarias vinculadas al coronavirus en los aeropuertos españoles, como el uso de mascarillas, la toma de temperatura o la distancia en las colas para los controles.
En realidad, la medida ya se había implantado por Aena el pasado mes de mayo, siguiendo las instrucciones de la Agencia de la Unión Europea para la Seguridad de la Aviación (EASA) y el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC).
No obstante, se mantiene el uso obligatorio de mascarillas en el interior de los aviones, así como en el resto de modos de transporte colectivo (trenes, autobuses y metro). España es, junto a Alemania, el único país de la UE en exigir que los pasajeros de las aerolíneas usen una mascarilla a bordo, en contra de las recomendaciones de los especialistas en enfermedades infecciosas de Europa.
Conflicto por el coste de las medidas
Las medidas de control en los aeropuertos no solo tienen un aspecto sanitario, también han derivado en un conflicto financiero, para dilucidar quién se hace cargo de los gastos ocasionados por ellos. Por el momento, ha sido Aena la encargada de asumirlos, incluyendo la contratación del personal externo para desarrollar esas tareas. Pero el gestor aeroportuario ya ha avisado que cargará esos costes a las aerolíneas dentro de las tarifas que les cobra por el uso de las instalaciones. Las compañías, a través de su patronal, la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), rechaza esa medida y ha reclamado al Estado que asuma la totalidad de los gastos ocasionados por la implantación de controles sanitarios en los aeropuertos, al tratarse de una materia completamente ajena a su responsabilidad.
Las tarifas de Aena correspondientes al presente ejercicio, que entraron en vigor el pasado 1 de marzo, repercuten en las compañías aéreas un coste de 138 millones, incurrido por Aena en 2020 y en los nueve primeros meses de 2021, para adaptar los aeropuertos a las exigencias sanitarias y subcontratar el control de pasajeros ante el virus.
Para aplicar esta factura a las aerolíneas, el gestor aeroportuario se agarra al Real Decreto Ley 2/2021, de 9 de junio, sobre medidas urgentes de prevención, contención y coordinación para hacer frente a la crisis sanitaria ocasionada por la covid que permite a Aena recuperar costes operativos y sanitarios por la pandemia hasta donde no llegue la subvención del Gobierno. La factura se incrementará por los costes incurridos desde octubre del año pasado hasta que desaparezcan esos controles.
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