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La sequía deja sin cosechas al secano e impide el cultivo de miles de hectáreas

Agricultores y ganaderos urgen al Gobierno a lanzar un plan de choque ante la “crítica” situación en el campo

Cultivos en la zona de las Tablas de Daimiel (Ciudad Real), una zona natural muy afectada por la sequía.
Cultivos en la zona de las Tablas de Daimiel (Ciudad Real), una zona natural muy afectada por la sequía.José Luis Regalado (EFE//WWF)
Ginés Donaire

Caídas en las cosechas en el secano del 80%, reducciones de las superficies de cultivo de hasta un 90% o incrementos de más de un 30% en los costes de alimentación del ganado. Son algunos de los efectos más devastadores que está sufriendo el campo por la sequía extrema y las prolongadas olas de calor. La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) califica la situación de “crítica” y pide al Gobierno la convocatoria urgente de la Mesa de la Sequía para definir un plan de choque para paliar las pérdidas millonarias en el sector agrícola.

En el secano, donde el agua es el factor limitante, se están viendo afectados en muchas zonas del país cultivos leñosos como el viñedo o el olivar, que incluso sufren problemas de cuajado de fruto o paradas vegetativas que amenazan también cosechas de próximas campañas. “En el secano prácticamente no vamos a tener ninguna producción, da pena ver cómo están los olivos”, señala Antonio Román, un agricultor jiennense que explota, como titular y arrendatario, más de un millar de olivos de secano en la comarca de Las Villas.

En el regadío la situación no es mucho mejor. Las importantes restricciones en las dotaciones de riego en determinadas cuencas hidrográficas, en especial las del Duero, Guadalquivir y Guadiana, han condicionado los cultivos. “Lo normal es contar con una dotación de 1.500 metros cúbicos por hectárea, pero este año hemos tenido 900 y el año próximo sólo habrá agua para los cultivos permanentes”, asegura Francisco Elvira, secretario de Organización de COAG en Jaén. Esta organización vaticina una producción nacional de aceite de oliva por debajo del millón de toneladas, lejos de la media de 1,4 millones o de los 1,8 millones que llegaron a producirse no hace muchos años.

La falta de agua ha llevado a una drástica reducción de la superficie plantada en cultivos como el arroz o el tomate. En Extremadura, la superficie cultivable de arroz ha caído un 90% (de 21.300 hectáreas el año pasado a 2.100 este año), mientras que la superficie plantada de tomate de industria ha caído casi un 30% de media, aunque en zonas de Sevilla la reducción se eleva al 50%. Y, según el informe sobre el impacto de la sequía en la agricultura elaborado por la COAG, aunque el precio del tomate industrial se ha encarecido en 24 euros por tonelada, ese incremento no es suficiente para compensar la subida del 30% de los costes de producción.

Antonio Punzano, ganadero con una explotación de cabras y ovejas en la Sierra de Segura de Jaén.
Antonio Punzano, ganadero con una explotación de cabras y ovejas en la Sierra de Segura de Jaén.Ginés Donaire

La ganadería es otro de los sectores más castigados por el clima adverso. Lo sabe bien Antonio Punzano, un ganadero de 47 años que gestiona, junto a su cuñado Manuel, una explotación de 1.300 ovejas y 100 cabras en la Sierra de Segura de Jaén. “Como no ha llovido no hay pasto, lo que nos ha obligado a tener que comprar 30.000 kilos más de cereales para alimentar a animales y encima el pienso ha duplicado su precio respecto al año pasado”, subraya Punzano, que lleva toda su vida dedicado a la ganadería extensiva trashumante. Y ni siquiera la ayuda establecida por el Gobierno a sectores afectados por la invasión rusa de Ucrania satisface a los ganaderos. Para una explotación como la de Punzano se trata de unos 5.000 euros, “una cifra totalmente insuficiente para cubrir las pérdidas”, afirma.

Coste eléctrico

En el caso de la ganadería avícola y porcina el incremento de costes viene motivado principalmente por la subida de la tarifa eléctrica. Además, las elevadas temperaturas han duplicado la mortalidad (hasta un 7%) y en granjas de engorde es habitual que no se disponga de refrigeración, lo que ha supuesto mayores dificultades para que los animales desarrollen su ciclo con normalidad. Una situación similar se vive en la apicultura, donde se espera entre un 60% y un 70% menos de cosecha por la severa malnutrición de las colmenas por la falta de lluvias.

Otros agricultores que se están planteando no recoger sus cosechas por la falta de rentabilidad son los algodoneros. En la provincia de Jaén hay más de 3.200 hectáreas de este cultivo, que han recibido un 70% menos de agua este año. En el regadío los aforos prevén una producción inferior a los 1.000 kilos por hectárea, pero en el secano es inexistente, lo que impide a su vez a los agricultores optar a la ayuda para cultivos por encima de los 500 kilos por hectárea. Ante ello, COAG ha pedido a la Junta de Andalucía que se activen las excepciones oportunas y no se pongan en entredicho el cobro de las ayudas acopladas a este cultivo.

Para intentar mitigar el alza de los costes de producción derivado de la guerra en Ucrania varias comunidades han autorizado el cultivo en tierras que estaban inactivas y en barbecho. En Andalucía ya se han puesto en producción más de 35.000 hectáreas, la mayor parte de ellas de girasol y el resto con diversos cereales. Con todo, la falta de agua está llevando a producciones por debajo de los 1.000 kilos por hectárea.

Además de la sequía y las prolongadas olas de calor, el campo ha sufrido en los últimos meses otro sinfín de adversidades climáticas. Desde las heladas de comienzos del mes de abril a la calima y el polvo sahariano. Pero también los incendios forestales están afectando a muchas zonas productoras quemando cosechas ante la desesperación de unos agricultores que viven uno de los peores años.

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