España y Alemania decretan el ahorro de energía: diferencias y semejanzas de las restricciones
La legislación alemana obliga, como la española, a apagar los escaparates, pero impone límites de temperatura solo en edificios públicos. Francia, Portugal e Italia ultiman sus planes
Europa ha empezado a tomar medidas para ahorrar energía ante el riesgo de escasez de gas este invierno. Alemania y España están entre los primeros países de la UE en imponer restricciones en la calefacción y el aire acondicionado, apagar los escaparates de los comercios por la noche y exigir a las tiendas que instalen un mecanismo de cierre de las puertas para evitar el desperdicio de energía. Existen algunas diferencias: Berlín ha decidido que los límites de temperatura en los edificios afecten solo a los lugares públicos, mientras en el caso español la obligación se extiende a los comercios privados y la hostelería. El Gobierno español, sin embargo, ha dejado que el alumbrado ornamental de los monumentos siga encendido por la noche, mientras Alemania ha prohibido que se ilumine cualquier fachada por razones estéticas (de hecho, la Puerta de Brandenburgo lleva semanas medio a oscuras por decisión de las autoridades locales).
Los países de la UE se están movilizando ante un invierno que amenaza con ser duro. Rusia es el mayor proveedor de gas del Viejo Continente, aunque algunos países como España, Portugal e Irlanda son menos dependientes. La Unión ha elaborado un documento con recomendaciones para reducir el consumo de gas entre un 7% y un 15% (Ahorra gas para un invierno seguro) y los Estados miembros están activando o preparando medidas que afectan a la industria, el comercio, la Administración y los hogares.
Alemania y España ya han aprobado decretos para poner en marcha unas medidas que, en el caso español, han provocado críticas por parte del PP, pero de momento han dejado frío al principal partido de la oposición alemana, la conservadora CD, que aún no se ha pronunciado sobre estas iniciativas en concreto. El partido democristiano sí ha criticado duramente la decisión del Gobierno federal de imponer a partir de octubre una tasa al consumo del gas, combinada con una rebaja del IVA de este hidrocarburo que compensa a los ciudadanos, pero que no se aplica a la debilitada industria alemana.
Estas son las medidas principales que han aprobado ya, o están a punto de aprobarse, para reducir el consumo en la UE.
Alemania. Berlín ya anunció a comienzos de verano un giro en su política energética con el impulso del uso del carbón para generar electricidad, una medida que se ha topado con duras críticas por parte de los ecologistas. Esta semana el Gobierno ha publicado un decreto, que entrará en vigor la semana que viene y se aplicará en principio hasta el 31 de marzo de 2023, con el que pretende reducir un 2% el consumo de gas y ahorrar 10.800 millones de euros. Las nuevas reglas establecen un límite de 19 grados en la calefacción de los edificios oficiales, desde inmuebles de la Administración a estaciones de tren. En el caso de los vestíbulos, pasillos y habitaciones para equipamientos técnicos de esos edificios, los radiadores deberán apagarse completamente.
Tampoco se podrán iluminar las fachadas por motivos estéticos, ni encender los anuncios de neón por las noches. Las tiendas no podrán dejar abiertas sus puertas para evitar que se escape el calor. Los escaparates deberán apagarse de las diez de la noche a las seis de la mañana. El agua de las piscinas climatizadas de uso privado no se podrán calentar con gas y electricidad. Tampoco habrá agua caliente para lavarse las manos en los edificios públicos de uso no residencial.
Las principales ciudades alemanas se habían adelantado ya a estas medidas. Berlín lleva semanas sin encender las luces de sus monumentos por la noche. En Hannover, en los gimnasios y centros deportivos solo hay duchas de agua fría y en la ciudad bávara de Augsburgo se ha debatido la posibilidad de apagar los semáforos en las calles menos concurridas y a las horas de menor tráfico.
Las nuevas medidas dan prioridad a los trenes que transportan carbón y petróleo para circular en la red ferroviaria, saturada porque la sequía que afecta al Rin ha reducido la capacidad de carga del río.
España. El decreto de ahorro energético convalidado el jueves por el Congreso contiene medidas similares a las de Alemania, con el objetivo de reducir el consumo un 10%. Se aplican limitaciones de temperatura en los edificios que tienen usos administrativos, comerciales, la hostelería, los espacios culturales y las estaciones de tren, metro y aeropuertos. El aire acondicionado no podrá ser inferior a los 27 grados y la calefacción, en invierno, superior a los 19 grados. Hay excepciones: los umbrales de temperatura deberán “ajustarse” para cumplir con el decreto sobre disposiciones mínimas de seguridad y salud en el trabajo.
A partir de las 22.00, se deberán apagar los escaparates y el alumbrado de los edificios públicos que a esa hora estén desocupados. Queda fuera de las restricciones la iluminación de los monumentos.
Además, los edificios deberán contar a partir del 30 de septiembre con un sistema automático de cierre de las puertas que dan a la calle, para evitar que estén abiertas de par en par, algo común en grandes almacenes, tiendas o bares. Esta obligación ya existía desde 2009, salvo para locales que se climatizan con energía renovable, que ahora también tendrán que adecuarse.
En el decreto de ahorro energético se han incluido medidas para compensar a los ciudadanos por la escalada de precios, sobre todo, con la gratuidad o descuentos para los usuarios del transporte ferroviario.
Francia. El Gobierno tiene previsto presentar la semana que viene las grandes líneas de su plan de “sobriedad energética”, con diversos paquetes de ahorro. Hasta ahora ha trascendido que se va a prohibir la publicidad luminosa durante parte de la madrugada (de una a seis) y la climatización de comercios u oficinas que tengan las puertas abiertas, con un máximo de 26 grados en el aire acondicionado. Durante el verano se ha puesto en marcha una campaña dirigida a la ciudadanía para apagar la luz cuando se sale de una habitación no solo para reducir el consumo por la crisis energética actual, sino también por el medio ambiente. En este sentido, ha sido muy controvertida esta semana la posibilidad de que se limiten los vuelos de jets privados.
Portugal. Lisboa presentará su plan de ahorro la semana que viene. Se espera que incluya límites de temperatura en las tiendas y las oficinas, y que se reduzca la iluminación nocturna.
Italia. Junto a Alemania, es uno de los países más afectados por un posible corte del gas ruso. El Gobierno prepara medidas para reducir el consumo un 20%, con limitaciones en la temperatura de 19 grados en el caso de la calefacción y 27 en el aire acondicionado. Se prevé reducir un 40% el alumbrado público y limitar la iluminación nocturna de comercios, bares y restaurantes. También es posible que se anuncie un adelanto del horario de cierre de los comercios y las oficinas públicas. Está previsto que se comuniquen los detalles antes de las elecciones del 25 de septiembre.
Grecia. Las medidas son similares a las del resto de los países. En línea con las recomendaciones de la UE, Atenas decretó en julio una serie de medidas para ahorrar energía en edificios e instalaciones del sector público, que incluía restricciones a la climatización en el interior: 27 grados en verano y 19 grados durante el invierno. Además, obliga a apagar todos los equipos de oficina, así como la calefacción y el aire acondicionado, en las zonas en las que no haya empleados.
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